Hollywood logra una condena sin precedentes contra las descargas gratis
TorrentSpy se declara en bancarrota tras ser multada con 71 millones
Hollywood obtuvo ayer una nueva victoria en su lucha contra las descargas gratuitas en la Red al conseguir que la web TorrentSpy fuera condenada a pagarle 110 millones de dólares (71 millones de euros) a la Motion Picture Association of America (MPAA) por violar el copyright de películas y series de televisión.
Los estudios compraron la información contra el portal a un 'hacker'
Después de dos años de luchas judiciales, y tras haber sido clausurada por voluntad propia el pasado marzo, TorrentSpy se lleva así uno de los mayores mazazos económicos recibidos en el mundo del intercambio de archivos, lo que le ha llevado a declararse en bancarrota. El sistema de intercambio p2p basado en el protocolo bittorrent permite establecer una red entre usuarios que buscan y comparten trozos del mismo archivo sin que la propia web almacene o distribuya el material. Funcionan como un catálogo y no como un almacén, como ocurría con Napster, la web que popularizó el intercambio de música online a principios del siglo XXI.
Mientras que en Europa impera la tolerancia con las webs de intercambio p2p -la justicia europea ha avalado el anonimato de las descargas- en Estados Unidos la jurisprudencia creó un precedente en 2005, cuando Grokster fue acusada de "incitar al delito" a sus usuarios y tuvo que pagar 32,2 millones de euros a la industria discográfica por violación de derechos de copyright. En el caso de TorrentSpy, la multa se ha doblado.
"La desaparición de TorrentSpy es una clara victoria para los estudios y demuestra a los sitios piratas que no se les permitirá seguir funcionando", declaró el presidente de la MPAA, Dan Glickman. La asociación que agrupa a los productores más poderosos de Hollywood espera que esta condena sirva de advertencia a otros portales similares, como PirateBay.
La condena impuesta por la juez de Los Ángeles Florence-Marie Cooper consiste en una multa de hasta 30.000 dólares por cada una de las 3.699 películas o programas de televisión cuyos derechos de propiedad fueron violados por TorrentSpy. Curiosamente, la MPAA consiguió la información utilizada para denunciar a la empresa comprándole a un hacker 34 páginas de emails internos.
La saga que ha terminado con la multa millonaria se inició en 2005, cuando Rob Anderson, ex socio de Justin Bunnell, propietario de TorrentSpy, tuvo una bronca con éste. Para vengarse hackeó el correo interno de la empresa y se puso en contacto con la MPAA, a la que, según se dijo entonces, le vendió 34 páginas de información por 34 dólares y firmó un contrato diciendo que la había obtenido de forma legal. En marzo de 2006, la MPAA llevó a juicio a TorrentSpy, y aunque la empresa alegó que los emails utilizados en la demanda habían sido conseguidos de forma ilegal, y denunciaron por ello a la MPAA, TorrentSpy perdió ese juicio. La revista Wired publicó hace unos meses la entrevista con el hacker, quien dijo haber cobrado un total de 15.000 dólares de la MPAA, cuyos métodos contra la piratería fueron puestos en entredicho.
Tras comenzar el litigio, el juez exigió a TorrentSpy que le entregara las direcciones de IP de los usuarios de su web, algo a lo que Bunnell se negó rotundamente. El peligro a violar así la privacidad de los usuarios de Internet provocó gran crispación en la Red y un fuerte debate sobre los derechos a la privacidad en Internet.
No obstante, con esta condena la MPAA se apunta un tanto que pone en peligro otras páginas de intercambio de archivos p2p. Las fórmulas legales para atacarlas siguen creciendo: PirateBay, otra popular página de intercambio de torrents con sede en Suecia, se enfrenta desde enero a una denuncia en los juzgados suecos por sacarle beneficios económicos a través de la publicidad al intercambio ilegal de archivos.
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