Invasores del reino animal
Varias especies procedentes del extranjero se asientan en la región
Llegaron a la región hace años. Se han adaptado a la geografía y al clima madrileño de forma asombrosa. Sin hacer ruido, sin grandes mutaciones se han hecho fuertes sobre las copas de los árboles, los ríos y los bosques de Madrid. Son las especies invasoras que desde hace años residen en la región. La cotorra argentina, la tortuga de Canadá, el visón americano y los mapaches son los ejemplos más claros de la adaptación de animales a un hábitat impropio.
"Hay que diferenciar entre las especies invasoras y las que se escapan y se adaptan al medio", explica Patricia Orejas, de la asociación Brinzal de protección de especies. "No hay un registro oficial. Es muy difícil saber qué especies hay", precisa Orejas.
Cotorras argentinas, visones americanos, tortugas de Florida... pueblan la región
Cualquier animal que se venda en una tienda puede aparecer en el campo
José Luis Viejo, catedrático de Zoología de la Universidad Autónoma de Madrid, indica que "la situación se ha agravado en los últimos años con el comercio de mascotas exóticas en las pet shops (tiendas de animales). Cualquier especie que se venda en las tiendas de animales puede aparecer en medio del campo".
Sólo hay que introducir la búsqueda de algunas de estas especies en algún buscador de Internet y aparecen decenas de enlaces en los que se compran y venden hurones, mapaches, visones... Muchas de las ofertas provienen de propietarios que quieren deshacerse de sus mascotas.
A la región han llegado mamíferos, aves y reptiles. Las aves han tenido una adaptación más fácil. La cotorra argentina y la de Kramer se han acostumbrado a nuestro clima de forma asombrosa. "Hay zonas en Madrid donde hay poblaciones abundantes de estas especies", indica un portavoz del Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (GREFA). La argentina o cotorra gris proviene de Suramérica. Es un loro de tamaño pequeño con tonalidades verdes en su plumaje. Convive con la de Kramer, algo más grande, que proviene de África y algunas zonas asiáticas. Ambas especies viven en zonas urbanas como la Casa de Campo, la Dehesa de la Villa y la Ciudad Universitaria de Madrid. En estos espacios residen desde hace años familias de ruidosas cotorras argentinas. Aletean entre los árboles. Rapiñan pequeños insectos. "Afecta a la flora y a la fauna autóctona. Pero no de forma agresiva. Generan competencia entre otras especies y como las cotorras son gregarias y desplazan a las autóctonas", explica un portavoz de GREFA.
Otra de las especies alóctonas son las tortugas de Florida. Unos pequeños galápagos que residen en las riberas de los ríos. "Son pequeñas mascotas que compra la gente y cuando empiezan a crecer y a oler mal se deshacen de ellas", cuenta José Luis Viejo. Se las conoce, también, como tortuga de orejas rojas, porque tienen dos manchas encarnadas a ambos lados de la cabeza. Llegaron hace unos 20 años a Madrid, como animal de compañía. "Hay muchas en el jardín tropical de la estación de Atocha, en el estanque del Retiro y en las riberas de los ríos", mantiene el catedrático de Zoología. Éste no descarta que algunos de estos galápagos hayan llegado a los ríos a través de los desagües. "Tienen una gran adaptación al medio urbano", agrega.
En las riberas de los ríos también pululan visones europeos. "Se escaparon de un camión que volcó cerca de Segovia hace ya unos años. Había granjas en la zona porque su piel es muy apreciada. Huyeron y ahora hay varias decenas de parejas en los cauces fluviales", explican desde GREFA. El visón americano compite por los alimentos y el territorio con el autóctono. "Pero pueden convivir juntos.
"También cohabita en el ecosistema de Madrid el desmón del pirineo", explican desde Brinzal. El desmón es una pequeña nutria, en peligro de extinción. "Es un roedor que se ha instalado en el valle de Lozoya. En esta zona hay pocos predadores por la aparición de otras especies más voraces", cuenta Orejas.
La dirección general de Medio Natura de la Comunidad de Madrid también ha detectado familias de mapaches en el parque regional del Sureste, en zonas próximas a los ríos Jarama y Manzanares. "La causa de aparición de estas especies en territorios no habituales se debe a la suelta de gente que las tenía como mascotas", insisten en Medio Ambiente. La Comunidad reconoce la dificultad de contabilizar estas especies alóctonas. "Hay algunos puntos de vigilancia en los ríos y los montes donde hay cámaras para detectarlos", señalan desde Brinzal.
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