La evolución moderna de un icono urbano
Casi 15 años después de la aparición del original, Renault lanza el nuevo Twingo. Es más grande, ofrece mayor espacio, confort y seguridad, y sigue siendo un coche urbano muy amplio. Gracias a su mayor potencia y aplomo permite afrontar ahora los viajes. Sale en septiembre (desde 7.900 euros).
El Twingo se lanzó en 1993 y fue el primer minimonovolumen del mercado. Ofrecía un interior muy amplio para su tamaño y estrenaba además soluciones ingeniosas para repartir el espacio, como la banqueta trasera deslizante, que permitía aumentar la capacidad del maletero o el espacio para las piernas reforzando su sentido práctico. La propuesta tuvo un éxito moderado (2,4 millones de unidades vendidas en 14 años), pero causó sensación y ha tenido imitadores.
El nuevo Twingo actualiza el mismo concepto. Sigue sorprendiendo por su amplitud y flexibilidad interior, en parte porque ha pegado un estirón de 17 centímetros (hasta los 3,6 metros de largo). El aumento hace que parezca más coche, y como la mecánica también se refuerza, amplía su radio de acción y, ahora, permite salir de la ciudad y afrontar algún viaje con mayor desahogo.
La segunda generación del Renault más pequeño llegará a España en septiembre con cuatro motores, todos con cambio de cinco marchas. Dos de los propulsores son conocidos: 1.2 de 60 CV y 1.2 16v. de 75 CV, el último con cambio secuencial opcional (BVR). Los otros dos son nuevos: 1.5 dCi turbodiesel de 65 CV, primer diésel de este modelo, y 1.2 TCE turbo de 100 CV, un innovador motor de gasolina que aporta, también por primera vez en la gama Twingo, prestaciones casi deportivas. Los precios van desde 7.900 euros (1.2 60 CV) hasta 12.540 (1.2 TCE). A mediados de 2008 saldrá una versión GTi creada por Renault Sport, el departamento de competición de la marca.
Estilo deportivo y tacto consistente
La carrocería abandona la arquitectura monovolumen y propone una silueta más convencional y un estilo más dinámico. El acabado GT, sólo combinable con el motor 1.2 TCE, exalta esta personalidad y luce un frontal más agresivo, llantas más grandes (15 pulgadas en vez de 14) y detalles específicos como un alerón trasero. El interior, por su parte, sigue el mismo camino y presenta un salpicadero que recuerda al del original, con la instrumentación en el centro y un aspecto sencillo, pero vistoso. Las cuatro plazas, la fila trasera móvil y otros detalles prácticos del modelo precedente, como la dotación de huecos, se mantienen y se acompañan ahora de una agradable sensación de amplitud y del maletero más grande entre los coches urbanos.
La evolución se aprecia igualmente al volante. El Twingo pisa con más aplomo y tiene un tacto más consistente y confortable. Resulta algo más refinado que los trillizos Citroën C1, Toyota Aygo y Peugeot 107, pero por tamaño y características está más cerca del Citroën C2, su rival más directo.
Equipamiento mejorable
Los precios son ajustados, pero el equipamiento es el gran punto débil del Twingo 2007: su dotación básica es raquítica. Hay cinco acabados, y sólo a partir del tercero se incluyen elementos fundamentales en un coche moderno, como airbags laterales y radio-CD. Además, los asientos traseros deslizantes son siempre opcionales (400 euros), como el radio-CD con MP3 (470) y el aire (1.000). El acabado básico Access, asociado al motor 1.2 de 60 CV (7.900 euros), sólo incluye ABS y airbags frontales. El Authentique, combinable con el 1.2 y el 1.5 dCi (8.700 y 10.500), añade cierre con mando, dirección asistida y elevalunas eléctricos. Y el Dynamique, para el 1.5 dCi y el 1.2 16v. (11.020 y 9.620), suma por fin airbags laterales y radio-CD, aparte de otros detalles.
Las versiones GT y GT iMusic, sólo para el motor 1.2 TCE (12.140 y 12.540), aportan una estética más deportiva, con llantas de aleación y otros detalles. Por último, el control de estabilidad ESP no estará disponible hasta fin de año.
EL MÁS AMPLIO ENTRE LOS PEQUEÑOS
CUATRO PLAZAS generosas, con más espacio incluso que las de muchos utilitarios, y el maletero más grande de los coches de ciudad. Y todo en sólo 3,6 metros de longitud. La nueva entrega del Twingo sorprende por su habitabilidad y mantiene al mismo tiempo las soluciones de flexibilidad interior del modelo original, que refuerzan la versatilidad de uso. Los asientos traseros se deslizan hacia delante y atrás y permiten mejorar el confort de los ocupantes o ampliar la zona de carga según convenga. Y la butaca del copiloto, que se abate hacia delante, libera espacio para poder transportar bultos largos de hasta dos metros.
La mala noticia es que ambas soluciones se pagan aparte y cuestan 400 y 150 euros, respectivamente. El maletero varía de 165 a 285 litros según la posición de las plazas posteriores, y si se mantiene la banqueta fija de serie ofrece 230 litros. Los respaldos traseros plegables vienen de fábrica y al tumbarlos elevan la capacidad de carga a casi 1.000 litros, sea cual sea el asiento posterior elegido. Otro detalle positivo es que la rueda de repuesto es de tamaño normal, algo habitual en los modelos de marcas francesas.
El salpicadero, por su parte, actualiza el diseño del primer Twingo y, al igual que sucede en la carrocería, no recibe muchos cambios. La calidad de acabados y materiales se sitúa por encima de la media de los coches urbanos, y la dotación de huecos para objetos es buena. Como opción se ofrece un techo solar de gran superficie (800 euros), que aumenta la luminosidad y la sensación de amplitud.
UN MOTOR CON GANCHO
EL NUEVO TWINGO estrena un innovador motor de gasolina. Se llama TCE y combina baja cilindrada para contener el consumo y las emisiones y un turbo que ayuda a mantener una buena potencia. Tiene 1.2 litros y 100 CV, y otorga un rendimiento notable: hace el 0 a 100 km/h. en 9,8 segundos y alcanza 189 km/h., pero gasta 7,6 litros en ciudad y 4,9 en carretera, y emite 140 g/km de CO2. Sube de vueltas con alegría y cierta contundencia, es suave y progresivo (apenas se nota el turbo) y mueve bien el peso en situaciones de exigencia, como adelantamientos y subidas largas. Pero se echa en falta una mejor insonorización, porque al estirar las marchas y cuando se circula a buen ritmo en autopista resulta algo ruidoso.
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