Joost y el incierto futuro de la televisión en línea
EL FUTURO de la tele por red es prometedor, pero nadie sabe todavía por dónde pasará. Forrester acaba de publicar un informe anunciando que la fórmula iTunes de venta de programas de vídeo está condenada. Días antes un nuevo servicio de acceso a la televisión P2P en el que muchos ven el futuro se había lanzado de manera semipública: Joost.
El acceso por pago es un "callejón sin salida", estima James McQuivey, responsable del estudio. Invoca dos argumentos: apenas uno de cada diez internautas (9%) ha comprado vídeo online. Además, presenciamos la existencia de ofertas en las que no hace falta pagar. El informe prevé que después de un crecimiento cercano al 300% en 2007, iTunes llegará a su techo en 2008 antes de conocer años difíciles. Según Jacqui Cheng, de ArsTecnica.com, que vio el informe en su totalidad, los sitios que funcionan sobre un modelo similar (Unbox de Amazon, Xbox Live Video de Microsoft, BitTorrent, y Movielink, entre otros) vivirán situaciones peores.
Es una mezcla de cadena televisiva, donde el contenido lo escoge un equipo, con telespectadores que se comunican entre sí en el puro estilo Web 2.0
La principal amenaza al modelo en boga proviene de Joost. Con una arquitectura P2P, promete "imágenes de calidad" y funciones típicas de la 'web'
"Televisión y cable pasarán la mayor parte de la tele en la web a fórmulas basadas en la publicidad donde controlan los anuncios y tienen medidas efectivas de medición de audiencias", vaticina McQuivey.
La principal amenaza al modelo en boga proviene de Joost. Sobre una arquitectura P2P promete "imágenes de calidad" y varias de las funciones que se encuentran en la web. La oferta resultó lo suficientemente atractiva como para que un grupo de capital riesgo pusiera 45 millones de dólares a disposición de los fundadores. La empresa ya tenía 18 meses de vida y había logrado probar su programa con medio millón de usuarios. Al igual que Gmail en sus inicios, el sitio es accesible hoy por invitación de los ya están inscritos.
La primera virtud de Joost es su arquitectura P2P, en la cual nadie tiene más experiencia que Niklas Zennstrom y Janus Friis, sus creadores y padres de Kazaa y Skype. En vez de conectarse a un servidor central los usuarios reciben fragmentos ya bajados por otros. Así distribuida, la carga es más ligera para el sistema y el tiempo de descarga más corto. Es más, cuantas más personas se interesan en una pieza, más fácil es conseguirla. Esto explica por qué la calidad de las imágenes deja que desear: todavía hay un número limitado de usuarios.
Quienes asocian el P2P con el intercambio libre de material bajo copyright tendrán que revisar su posición. Joost sólo publica vídeos de los que controla los derechos de difusión. Los ha obtenido de un centenar de fuentes, como Viacom, CBS, MTV y CNN.
La segunda apuesta clave viene de la oferta de herramientas propias de la web. Bajo cada pantalla figura una ventanilla de búsqueda que permite encontrar canales, actores y hasta anuncios. Cada internauta compone sus canales con los programas que quiere, y comparte el resultado. Los comentarios y los chats permiten conversar entre amigos a medida que avanza la película. El modelo funciona con publicidad. Cualquier inscrito debe dar un mínimo de información personal. El sistema aprende de los sitios que visita, de los programas que visiona y propone publicidad. Joost dice que puede producir "una televisión personalizada financiada por anuncios que le interesarán".
Cuando Joost funcionaba en modo semisecreto (como Venice Project) muchos anunciaban maravillas. Lo que se ve hoy es prometedor, pero está lejos de constituir una revolución. Uno de los retos es la apuesta por formatos largos como los que vemos en televisión convencional. Nadie sabe si se verán igual en el ordenador. En Youtube el promedio es de 11,5 minutos.
Lo más sorprendente es que se trata de una mezcla de cadena televisiva, donde el contenido es escogido por un equipo, pero con telespectadores que se comunican entre sí en el puro estilo Web 2.0. Después de haber trastocado -contra los poderes establecidos- el mundo de la música (Kazaa) y el de las telecomunicaciones (Skype), los enfants temibles de la web han escogido una fórmula más cautelosa para guiar los pasos de los poderes de la televisión en su necesaria adaptación a la web. No puede ser solamente una cuestión de edad.
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