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Kennedy deja la dirección del partido liberal británico

Charles Kennedy, de 47 años, cedió ayer a las presiones de su formación y dimitió como líder del Partido Liberal Demócrata británico dos días después de admitir públicamente y por primera vez sus problemas con el alcohol. En una declaración en la sede de su partido, en el barrio londinense de Westminster, Kennedy dijo que dejaba el liderazgo liberal demócrata con "efecto inmediato", tras llegar a la conclusión de que era lo mejor para su organización política. "En todo esto, los intereses de nuestro partido tienen prioridad. Es ahí donde están mis deberes personales, políticos y constitucionales", subrayó Kennedy, cuyo partido fue el que más criticó y más se opuso a la invasión aliada en Irak de 2003.

Según indicó Kennedy, su sucesor, al que prometió su total respaldo, debería ser elegido lo antes posible para concentrarse en los comicios locales que se celebrarán el próximo mes de mayo. El nuevo número uno, añadió, heredará un partido con la mayor representación parlamentaria en 80 años, 62 diputados. "Creo que la unidad es aún fundamental para conseguir mayores avances y éxitos", puntualizó.

Según Kennedy, su formación ha contribuido a superar el bipartidismo británico, dominado por laboristas y conservadores, y ahora el Reino Unido tiene tres importantes formaciones políticas. "Creo que es una buena herencia y una gran oportunidad", añadió.

Veinticinco de los 62 parlamentarios liberal-demócratas querían que Kennedy dimitiera y se negaban a trabajar con él después de que hubiera reconocido que se sometió en los últimos 18 meses a un tratamiento para superar el problema con el alcohol.

Kennedy destacó los mensajes de apoyo que recibió desde que el pasado jueves reconoció sus dificultades con la bebida, pero recalcó que "quedó claro que ese apoyo no estaba reflejado lo suficiente en todo el grupo parlamentario".

El ahora ex líder liberal-demócrata hizo hincapié en que seguirá trabajando en política para defender las libertades civiles, el derecho internacional y un Reino Unido visto como fuerza del bien. Tras su declaración del jueves, Kennedy trató de mantenerse en su puesto e insistía en que contaba con el apoyo de los afiliados. Sin embargo, una encuesta de la firma YouGov publicada ayer en The Daily Telegraph señaló que sólo un 27% de los miembros del partido quería que continuara como líder, frente al 65% que quería un nuevo dirigente.

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