Álvaro Cunhal, el líder histórico y carismático de los comunistas portugueses
El último estalinista europeo y el más feroz luchador contra la dictadura portuguesa se rindió ayer. Álvaro Cunhal, el líder histórico y carismático del Partido Comunista Portugués (PCP), marxista-leninista ortodoxo, murió durante la madrugada de ayer, en Lisboa, a los 91 años de edad.
Nunca ejerció el poder, y su pensamiento radical e inflexible desencadenó las más encendidas y dispares opiniones. Sin embargo, ayer las reacciones fueron unánimes. Portugal entero, de la derecha a la izquierda, reconoció su mérito no sólo como luchador incansable por el fin del régimen dictatorial que gobernó Portugal entre 1926 y 1974, sino también como escritor y artista. El Gobierno ha decretado el próximo miércoles jornada de duelo nacional en su honor, dada su "dimensión cívica y política".
"Álvaro Cunhal es una de las grandes figuras políticas portuguesas del siglo XX, cuya historia marcó por la tenacidad y el calor con que defendió y luchó por sus ideales y por sus profundas convicciones políticas", afirmaba ayer el primer ministro, José Sócrates, en un comunicado. Sócrates destacó que el líder histórico del PCP tuvo, "durante la dictadura y después de la instauración de la democracia, un papel que la historia reconocerá. Álvaro Cunhal fue también un hombre de cultura y de notable sensibilidad artística".
Nacido el 10 de noviembre de 1913 en Coimbra, Cunhal dedicó toda su vida, política y privada, al ideal comunista, causa que abrazó con sólo 17 años. En 1933 se afilió en el PCP y en 1935 ya formaba parte del Comité Central del partido.
En 1937 fue detenido por primera vez por la policía política. Se sucedieron otros encarcelamientos y muchas sesiones de tortura. En total, pasó más de 11 años en la cárcel, ocho de ellos seguidos y totalmente aislado del mundo en una celda.
Nunca vaciló, nunca denunció nada ni a nadie. En la prisión, aprovechó para estudiar, traducir al portugués clásicos de la literatura europea, escribir y pintar. "Cuando se tiene un ideal, el mundo es grande en cualquier parte", afirmó más tarde. En 1960 protagonizó una famosa fuga de la prisión mejor vigilada del país, una fortaleza en la ciudad de Peniche, en medio del mar. Desde entonces, y hasta 1974, cuando un golpe militar acabó con la dictadura, vivió en la Unión Soviética y otros países del entonces bloque comunista del este de Europa.
Pese a la vida clandestina, al exilio y a la cárcel, logró levantar al PCP y mantener organizada una buena estructura de apoyo a la resistencia portuguesa. Los comunistas fueron la única fuerza de oposición que logró mantenerse activa durante los largos años del régimen autoritario portugués. Por eso Cunhal fue la figura dominante de la resistencia.
Volvió a Portugal el 30 de abril de 1974, después de la Revolución de los Claveles, aclamado por las multitudes, celebrado como un héroe nacional. Defendía para Portugal el marxismo-leninismo, su referencia era el modelo soviético.
Aún formó parte de los primeros Gobiernos provisionales, entre 1974 y 1975, pero las puertas del poder se cerraron para los comunistas tras las elecciones generales de abril de 1975, cuando los partidarios de la socialdemocracia obtuvieron un apoyo aplastante en las urnas.
Mario Soares, entonces líder del Partido Socialista y más tarde primer ministro y presidente de la República, se transformó en su más directo adversario, poniendo fin a décadas de lucha conjunta, desde la misma trinchera. Para la historia quedaron sus célebres enfrentamientos en debates televisivos. A pesar de todo esto, Soares siempre ha reconocido su admiración por la inteligencia y coherencia de Cunhal, que fue su profesor en 1941, y a quien llamaba "enemigo íntimo". "Fue un hombre de gran verticalidad, un militante abnegado del partido comunista y un gran resistente contra el fascismo que tiene que ser admirado. Marcó la vida contemporánea portuguesa de una forma indiscutible", afirmó ayer Soares.
Cunhal fue secretario general del PCP hasta 1993. Fue siempre un líder invencible e inquebrantable, y superó diversas crisis, como el fin de la Unión Soviética.Tampoco cedió en lo más mínimo a los intentos de algunos militantes comunistas portugueses de abrir el partido al eurocomunismo. En noviembre del año pasado envió su último mensaje al Congreso del PCP, que eligió al actual líder, Jerónimo de Sousa. Una vez más, reiteró la matriz marxista-leninista del partido y advirtió de los ataques socialdemócratas.
Como escritor, deja varias obras en las que teorizó sobre el comunismo y el marxismo, y también novelas y ensayos sobre temas plásticos y estéticos. Deja también pinturas y dibujos.
"Un hombre grande, de múltiples talentos" y "con una personalidad fortísima", "cuya vida es inseparable de la historia portuguesa del siglo XX", según comentó el actual presidente luso, Jorge Sampaio.
Eterno clandestino, siempre mantuvo en secreto su vida privada. Se sabe que tenía una hija, fruto de una relación con una compañera de lucha que vivió con él en la clandestinidad.-
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