"Necesito otro mandato; quiero ser el Paco Vázquez de Toledo"

Es el hombre fuerte del PP en una comunidad donde este partido no ha tenido suerte. José Manuel Molina (Madrid, 1956, economista), emparentado a través de su mujer con una conocida familia de Toledo, dice que ya no aspira a más. En estas elecciones se lo juega todo a una carta. Si gana, se refuerza para el futuro. Si pierde, puede ser el final de su carrera política.

Pregunta. En Toledo nunca ha sido reelegido un alcalde. ¿Cómo piensa romper ese mal fario?

Respuesta. Yo me comprometí en 1999 a presentarme otra. Y lo cumplo. Toledo no es cualquier ciudad. Ha sido dos veces capital de España, es milenaria. Yo la colocaría junto a Santiago de Compostela o Girona, que tuvieron una importante transformación en los 90 con alcaldes que duraron. Las ciudades importantes, para cambiarlas, necesitan varios mandatos.

P. Usted fue alcalde por 80 votos. Con la situación actual del PP, ¿teme perder?

R. Por 78. Pero en los ayuntamientos hay un voto que no es ideológico, que tiene que ver con la forma en que hemos gobernado. La guerra o el Prestige son asuntos muy emotivos, pero luego no llegan a las elecciones.

P. ¿No está demasiado cerca la guerra como para que se olvide?

R. En Toledo estábamos en un proceso de hermanamiento con Bagdad...

P. ¿A pesar de Husein?

R. Bueno, hace un año y medio, cuando empezamos, había una cierta apertura. También estamos hermanados con Damasco. El proceso se vio interrumpido por la guerra. En marzo yo tendría que haber ido a Bagdad. Por eso no me explico que me llamaran asesino. Me da mucha tristeza. Soy una persona pacífica y creyente. He sido cooperante con Escuelas para el Mundo. Ahora vamos a firmar un acuerdo con Kerbala para la reconstrucción, porque presido el comité de ciudades patrimonio de la humanidad.

P. ¿Le ha perjudicado ser una isla del PP rodeada de gobiernos socialistas?

R. No crea. Hemos hecho importantes acuerdos. El AVE va a entrar en Toledo. Tendremos un gran palacio de congresos, un Museo de la Historia Militar en el Alcázar, pese a las polémicas, y la red de autopistas que pasará por aquí.

P. Le acusan de dedicarse a esos grandes proyectos y abandonar cuestiones más de casa, como la vivienda, el tráfico, los baches que no se arreglan...

R. Aquí hay los mismos problemas que en toda España. Somos una capital en crecimiento. Me juego una comida a que en todas las ciudades importantes los ciudadanos se quejan de lo mismo. He dejado el plan general sin aprobar porque estaban las elecciones a la vista, pero lo haremos después. No se puede decir sólo 'vamos a hacer 15.000 o 20.000 viviendas', como hace el PSOE.

P. Pero hay varios proyectos bloqueados.

R. Siguen sacándose viviendas al mercado. Ha habido especulación, claro, y hay proyectos como el de la Vega Baja que dependen de la Junta, pero la situación se está arreglando. Tenemos que resolverlo antes de que llegue el AVE, en la primavera de 2004.

P. También le acusan de estar vinculado a intereses inmobilidarios, a través de su mujer.

R. Ella es de Toledo de toda la vida, y su familia, también. Pero ¿cómo podría estar yo defendiendo esos intereses y a la vez promover la iniciativa pública en la Vega Baja, con 1.300 viviendas a mitad de precio de mercado?

P. Parece que Bono ha apostado por Toledo, ya que pone a uno de sus hombres más fieles.

R. El PSOE eliminó de las primarias al ex alcalde Joaquín Sánchez-Garrido, que era el candidato natural. Yo a Alonso no le veo convencido. Él ha estado toda la vida de consejero, y se le nota que no sabe nada de Toledo. Una alcaldía no es como una delegación de un banco, que puedes mandar a alguien que no conozca la zona.

P. Usted es la persona que más cerca estuvo de ganar a Bono. Sin Suárez Illana, era el candidato natural. ¿Se le queda pequeño Toledo?

R. Soy presidente regional del PP y ni siquiera voy en las listas al Parlamento autonómico. Mi compromiso es hoy y mañana con Toledo. Aspiro a un nuevo mandato y si se puede, un tercero. Quiero ser el Paco Vázquez de Toledo, o el alcalde de Vitoria, Girona, Oviedo...

P. Lo cierto es que el PP aquí lo ha pasado mal, y Bono parece que va a seguir. ¿Está usted ahí en la recámara?

R. Adolfo Suárez tiene un compromiso que va más allá del 25 de mayo. El mío es con Toledo. Además, Bono tiene limitado su mandato a partir de 2007, no tiene el puesto en propiedad.

P. ¿Pero no es cierto que usted se juega ahora su futuro, y no tanto el otro candidato?

R. Lo que me juego es seguir con mis proyectos para la ciudad. Alonso no se ha presentado nunca a unas elecciones, siempre ha sido designado. A mí me ha tocado ganar a veces y perder otras.

P. ¿Sería usted mejor candidato que Suárez?

R. Él es el mejor candidato.

P. ¿Cree que ha cometido algún error?

R. El que no hace nada no se equivoca. Pero el balance es muy positivo. Ya conoce toda la comunidad, se la ha recorrido entera.

P ¿Se considera usted de perfil muy conservador?

R. Si por eso entiende creyente y cristiano, sí, y no lo he ocultado. Se me criticó por salir en el rosario con el arzobispo. Esa inspiración es fundamental en la forma de gobernar, y tuve problemas a la hora de tener que ceder terrenos parroquiales para construir. Pero en cuestiones sociales se me puede considerar hasta de izquierdas. Tengo un pacto bastante progresista con los sindicatos.

P. ¿Cómo explica esa foto del abrazo con Blas Piñar en la feria?

R. Era muy amigo de mi suegro, y tiene familia en Toledo. También me abrazo con Bono. Mi abuelo fue un alcalde de Izquierda Republicana, formación que ahora me denuncia por no reabrir una fosa común de fusilados de la Guerra Civil, lo que es falso.