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La enfermedad de Ecevit sume a Turquía en una crisis política

El primer ministro no asiste a una reunión sobre la adhesión a la UE

Juan Carlos Sanz

Cuando Turquía parecía recuperarse de la grave crisis económica que estalló en febrero de 2001 y las negociaciones para su futura incorporación a la Unión Europea marchaban por buen camino, la enfermedad del primer ministro, el socialdemócrata Bulent Ecevit, de 77 años, amenaza con abrir un periodo de inestabilidad política en Ankara que sólo podrá cerrarse con unas elecciones anticipadas.

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El veterano político lleva más de un mes sin aparecer por su despacho y no ha sido visto en público desde hace 12 días. Aquejado de una tromboflebitis, con una costilla rota y víctima de una rara enfermedad nerviosa, los periódicos turcos aseguran que el primer ministro sufre la enfermedad de Parkinson, aunque los portavoces del Gobierno lo desmienten, según informaciones de varias agencias de noticias y de la prensa de Ankara.

Ecevit ha intentado dirigir el país desde su casa en Ankara, pero su ausencia en dos reuniones decisivas hacen presagiar su salida del poder. Primero faltó la semana pasada a su cita con el Consejo Nacional de Seguridad, el poderoso órgano en el que la cúpula de las Fuerzas Armadas turcas hace saber su voluntad a los líderes políticos del país. Y ayer tampoco asistió a la cumbre de partidos convocada por el presidente turco, Ahmet Necdet Sezer, para examinar las reformas legales que Bruselas pide a Ankara antes de examinar su candidatura a la adhesión.

Ecevit había asegurado el jueves que iba a acudir a la sesión de hoy, después de que uno de sus principales socios en la coalición de Gobierno, el ultraderechista Devlet Bahceli, se pronunciase en contra de la abolición de la pena de muerte y de la autorización de uso de la lengua kurda en los medios de comunicación. Estas dos exigencias de Bruselas forman parte del paquete de medidas democratizadoras que las autoridades turcas deben acometer antes de que la UE abra negociaciones de adhesión. Pero, como muchos millones de turcos, el viceprimer ministro Bahceli exige que, antes de abolir la pena de muerte, se ejecute en la horca a Abdalá Ocalan.

Precisamente la captura en Nairobi en 1999 del líder de la guerrilla separatista del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) fue uno de los principales éxitos del actual mandato de Ecevit, antes de que el Fondo Monetario Internacional tuviera que acudir al rescate de la economía turca con 19.000 millones de euros. También recuerdan los turcos el papel de Ecevit en la invasión del norte de Chipre, con población de origen mayoritariamente turco, para impedir en 1974 la anexión de la isla a Grecia, gobernada entonces por una dictadura militar.

Ahora la situación política de Chipre se ve también salpicada por la enfermedad de Ecevit. Las conversaciones auspiciadas por la ONU entre el presidente grecochipriota, Glafcos Clerides, el único reconocido por la comunidad internacional, y el líder de la entidad turcochipriota, Rauf Denktash, se verán previsiblemente aplazadas si se abre un periodo de inestabilidad electoral en Ankara.

Todos los caminos de Turquía hacia la Unión Europea pasan además por esa isla del Mediterráneo oriental. Si el Gobierno turco bloquea la adhesión de Chipre -que los Quince sólo aceptarán si integra a ciudadanos de origen griego y de procedencia turca- tampoco podrá defender su propia candidatura.

La Bolsa de Estambul cerró ayer con una caída del 3,2%, mientras la lira turca se desplomaba frente al euro y el dólar. Tras más de un mes de parálisis institucional, la desaparición de Ecevit de la vida pública amenaza con abrir una nueva etapa de incertidumbre en Turquía: país estratégico y encrucijada de continentes a las puertas de Europa.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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