Los Quince fracasan en el reparto de una docena de agencias de la UE

Los Quince se enzarzaron ayer de nuevo en el poco edificante debate sobre cómo sacar mejor provecho para sus intereses nacionales respecto al reparto de la docena de sedes de futuras agencias especializadas de la UE. La clausura de la cumbre de Laeken se cerró sin acuerdo sobre un tema de mucha menor trascendencia que el compromiso alcanzado horas antes de acometer una nueva reforma institucional.

La presidencia belga puso sobre la mesa del Consejo Europeo un paquete proponiendo a Helsinki como capital de la futura Agencia para la Seguridad Alimentaria, a la que aspiraban también Barcelona y Lille. 'Hemos presentado una propuesta coherente y equilibrada, que ha sido aceptada por 12, rechazada por dos y con las reservas de uno', declaró anoche el primer ministro belga, Guy Verhofstadt. Al no poder llegar a un acuerdo, los Quince han pactado que la oficina de Seguridad Alimentaria y la de Eurojust empiecen a operar provisionalmente en Bruselas y La Haya, respectivamente, a partir del próximo mes. El rechazo vino de Italia y Francia.

Lionel Jospin, primer ministro francés, justificó su veto en que la candidatura de Lille era la mejor para la agencia alimentaria, pero que, ya que había consenso para otorgar ésta a Helsinki, al menos exigían que le dieran la de seguridad marítima.

Los presagios de la víspera eran ya muy pesimistas. Silvio Berlusconi adelantó que veía muy difícil llegar a un pacto ante las fuertes divisiones. Anoche, el primer ministro italiano criticó a Verhofstadt y comentó que tanto él como el presidente francés, Jacques Chirac, estimaron como una imposición sus propuestas.

'El consenso no ha sido posible porque un par de países no han querido aceptar la propuesta de la presidencia. Esto no beneficia ni perjudica la candidatura de Barcelona. Lo que hay que hacer ahora es trabajar. O se acepta un paquete global o no hay solución', afirmó el jefe del Gobierno español, José María Aznar. El presidente explicó que en aras del consenso había aceptado la propuesta belga de que recayera en España, y en Barcelona, la oficina para la Seguridad de Nuevas Tecnologías.

La presidencia belga presentó un paquete con el que pretendía responder a las expectativas de los países interesados pero sin que eso restara eficacia al funcionamiento de cada una de las 12 agencias en juego. De ellas, cinco son de nueva creación y sin duda la más preciada es la de la Seguridad Alimentaria. España aspira a que vaya a Barcelona.

Junto a la alimentaria y la de seguridad marítima (a la que optaban Portugal, Reino Unido, Italia, Francia y Grecia), estaban también en juego la Agencia Europea para la Seguridad Aérea (con Alemania, Holanda, Francia y Portugal como candidatos), la Escuela Europea de Policía (Reino Unido, Austria, Holanda, Francia, Dinamarca y España), y Eurojust (Holanda y Luxemburgo). También tenían que repartirse otros organismos como el Centro Europeo de Satélites (hoy en Torrejón de Ardoz) y el Observatorio Europeo para la Seguridad de las Tecnologías de la Información (con Suecia como favorita, y ahora también España).