Schröder consigue el voto de Los Verdes para el envío de soldados de Afganistán
La coalición cierra filas en torno al canciller en la moción de confianza en el Bundestag
La coalición de socialdemócratas y verdes alemanes salió ayer airosa de la prueba de fuego a la que fue sometida por el canciller Gerhard Schröder, que el pasado martes había vinculado una moción de confianza en el Gobierno a la aprobación parlamentaria del envío de 3.900 soldados alemanes a Afganistán. Un total de 336 diputados rojiverdes, dos más de los necesarios, se pronunciaron a favor de los planes gubernamentales, y 326 en contra. Tanto Schröder como su ministro de Exteriores, el verde Joschka Fischer, subrayaron que Alemania afronta una nueva responsabilidad internacional.
El Reichstag, sede de la Cámara baja del Parlamento alemán (conocido como Bundestag), se encontraba a reventar ayer en espera de que se votara la primera moción de confianza en Alemania desde los días del traspaso de poder entre el socialdemócrata Helmut Schmidt y el conservador Helmut Kohl, en 1982. Sin embargo, cuando hacia las nueve de la mañana se inició la sesión, ya todo estaba decidido: una previa votación de prueba de Los Verdes había dejado en claro que los ocho parlamentarios ecologistas dispuestos a derrocar al Gobierno (que sólo cuenta con siete escaños más que la mayoría absoluta) habían decidido reducir a cuatro sus votos en contra, salvando así a la coalición rojiverde y evitando la convocatoria de nuevas elecciones.
Tan sólo una diputada socialdemócrata -Christa Lörcher, que la víspera había respondido a las fortísimas presiones con el abandono de su grupo parlamen-tario- secundó a los disidentes ecologistas, por lo que el Gobierno, a la postre, pudo obtener 336 votos, dos más de la mayoría absoluta del Bundestag, compuesta por 666 escaños.
Con la partida ganada de antemano y la generosidad suficiente como para abrazar a la solitaria Christa Lörcher tras el final de la votación, un tenso Gerhard Schröder no se empeñó a fondo en la defensa de su moción de confianza y el envío de los soldados, que -según había asegurado ya- en su mayoría no son tropas de combate ni pisarán el suelo afgano. Una vez más, el canciller habló de un punto de inflexión en la historia alemana: 'Por vez primera, la situación internacional y la declaración de guerra por parte del terrorismo nos obligan a preparar soldados para operaciones de combate fuera del territorio de la OTAN'.
Al menos hasta los bombardeos de Belgrado, en los que en 1999 participó con cazas Tornado, y el despliegue de tropas de paz en Kosovo, Alemania había mantenido un perfil bajo en los conflictos internacionales, lo que tiene mucho que ver con su dolorosa historia. Para Schröder, no obstante, ya está bien de remordimientos: 'Desde el histórico cambio de 1989 , Alemania ha recobrado su plena soberanía, lo que también implica nuevos deberes'. Éstos, a su vez, hacen 'imprescindible' que el Gobierno pueda apoyarse en sus propias mayorías gubernamentales, tanto en ésta como en futuras decisiones.
El hecho de que para este cierre de filas Schröder haya tenido que valerse de aquel instrumento excepcional que es la moción de confianza, fue interpretado como el 'comienzo del fin de la coalición rojiverde' por Friedrich Merz, jefe del grupo parlamentario de la Unión Cristiana Democrática (CDU), cuyos seguidores, aunque teóricamente a favor del envío de tropas, votaron en contra del Gobierno de socialdemócratas y verdes en la votación única que vinculó ambas cuestiones.
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