La UE teme la reacción árabe a un ataque de EE UU
Siria expresa a la 'troika' serias divergencias sobre la concepción de terrorismo
La troika de la UE terminó ayer en Damasco su viaje por Pakistán y cuatro países de Oriente Próximo con la conclusión de que hay voluntad en los Gobiernos de la región de cooperar contra el terrorismo, pero también temor a que un castigo militar desproporcionado de EE UU en represalia a los atentados del pasado día 11 sea considerado por sus poblaciones como un ataque contra el mundo árabe y musulmán.
Así lo dijo ayer por la mañana en la capital siria Louis Michel, ministro de Asuntos Exteriores de Bélgica, país que ocupa actualmente la presidencia de la UE. Michel afirmó en nombre de la troika que 'hemos observado que con excepción de Siria, no hay ningún país que explícitamente se oponga al derecho de EE UU a responder siempre que esté justificado con pruebas, con objetivos bien definidos y que no cause bajas civiles'.
La delegación de la UE, integrada también por el Alto Representante, Javier Solana; el comisario de Relaciones Exteriores, Chris Patten, y el secretario de Estado español de Asuntos Exteriores, Miquel Nadal, tuvo un encuentro el jueves por la noche bastante 'franco' con el presidente sirio, Bashir el Assad, y el veterano jefe de la diplomacia siria, Faruk al Shara.
En esa entrevista los europeos percibieron un fuerte sentimiento de desconfianza hacia EE UU, pese a la condena sin reservas de los atentados del pasado día 11 en Nueva York y Washington, así como serias divergencias en la concepción del terrorismo, según fuentes diplomáticas de la UE.
'Siria considera injusto calificar como terrorismo una acción de lucha contra una ocupación extranjera', sentenció el ministro Faruk al Shara en una conferencia de prensa al ser preguntado sobre las actividades de grupos propalestinos como Hezbolá. 'Para mí terrorismo es salir de casa una mañana y matar a hombres, mujeres o niños inocentes. Cualquier problema político puede y debe ser resuelto con soluciones pacíficas y no con asesinatos', señaló el comisario Patten.
Siria afirma estar dispuesta a cooperar en una campaña no militar bajo el paraguas de la ONU y trabajar en temas como el intercambio de información, el control de las redes de financiación del terrorismo y el tráfico de armas.
Para muchos la tragedia nor-teamericana abre una puerta en el estancado proceso de paz en Oriente Próximo. Los europeos ven con satisfacción cómo la nueva Administración norteamericana ha decidido por fin implicarse más e incluso acercarse a las tesis del ex presidente Bill Clinton sobre el futuro Estado palestino.
Sin embargo, las perspectivas no son del todo optimistas. Siria y otros países de la región sopesan la conveniencia de boicotear la próxima conferencia ministerial euromediterránea, que se celebrará en Bruselas este noviembre, si no hay progresos en el contencioso entre israelíes y palestinos. El secretario de Estado español, Nadal, que sustituyó al ministro Josep Piqué en la última etapa del viaje, sostiene que hay que aprovechar la ocasión para reactivar el Proceso de Barcelona, la plataforma de diálogo y cooperación entre la UE y los países de la ribera mediterránea, incluido Israel, nacido en 1995.
Hay coincidencia plena de que no hay que criminalizar a la comunidad árabe y musulmana por los atentados de EE UU. La troika ha recibido elogios por la postura de la UE durante sus contactos en Pakistán, Irán, Arabia Saudí, Egipto y Siria. De ahí que las declaraciones de Silvio Berlusconi sobre la superioridad de la civilización cristiana hayan caído muy mal. Solana afirmó ayer en Damasco que compartía las críticas que han generado las palabras del primer ministro italiano: 'No han empañado la visita ni el mensaje claro que hemos pasado de que no hay una batalla contra el islam. Independientemente de lo que haya querido decir, Berlusconi debería ser consciente de la poca influencia que tiene'.
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