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El apoyo a Washington en la guerra contra el terrorismo divide a los países árabes

Los islamistas jordanos lanzan una 'fatwa' contra los que respalden a Estados Unidos

Ramón Lobo

El mundo árabe se mueve rápido, pero sobre arenas movedizas. La sucesión de comunicados de condena por los atentados en EE UU emitidos por los Gobiernos moderados y por todo tipo de organizaciones más o menos radicales comienza a traducirse en hechos: los Emiratos Árabes Unidos, uno de los tres países que reconocen al régimen talibán, aseguraron ayer que esta relación va a ser revisada. Egipto, Arabia Saudí o Jordania se prestan a participar de alguna manera en la gran coalición internacional contra el terrorismo, al igual que Yemen, país natal del padre de Osama Bin Laden.

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El peligro de quiebra en el mundo árabe no es una mera suposición. Los islamistas jordanos se encargaron ayer de darle un barniz de realidad al decretar una fatwa (orden religiosa de pena de muerte) contra aquellos Gobiernos de la región que puedan participar en un ataque. 'Una coalición con Estados Unidos para lanzar una agresión contra un país musulmán está prohibida por la religión y es una traición al Profeta', aseguran desde Ammán los estudiantes del Frente de Acción Islámica, principal partido de oposición del país.

Algunos Gobiernos condicionan el apoyo a la coalición internacional a una resolución de la ONU. Pero las opiniones públicas parecen muy remisas a seguir los pasos de sus líderes y el riesgo de fractura social es grande. En las populosas calles de Beirut, donde se recuerda con aprensión la guerra civil, son muchos los que se niegan a aceptar que detrás de los atentados pueda estar la mano de Bin Laden. 'El hecho de que en cada avión viajasen personas con nombres y apellidos árabes no les convierte automáticamente en secuestradores', protesta Alí al Jatib, un ingeniero palestino de Chatila. 'Esto hay que probarlo con hechos, y por ahora son suposiciones'.

La mayoría de los palestinos de los campos de refugiados de Sabra y Chatila, que estos días conmemoran el 19º aniversario de la matanza perpetrada por falanges cristianas bajo el consentimiento del entonces general Ariel Sharon, están seguros de que los atentados de Nueva York y Washington son obra de blancos como McVeight o de los servicios de espionaje de EE UU o del propio Mosad. 'Los mismos que robaron las elecciones presidenciales a Gore pudieron hacer esto', dice Jatib.

Son numerosas las autoridades religiosas shiíes y sunníes que desde Siria hasta Egipto han condenado los atentados de las Torres Gemelas y el Pentágono, calificándolos de 'innobles' o 'contrarios al Corán'. El imam de Nuseriat, en Gaza, dijo: 'El islam no puede quedar relacionado con esos atentados, incluso en el caso de que se demuestre que es Bin Laden'. El líder espiritual del grupo libanés Hezbolá, shií y protegido de Irán, dijo ayer que el Gobierno estadounidense, y no el pueblo de EE UU, es culpable por su apoyo a Israel. Hezbolá condena lo ocurrido y asegura estar de parte de 'la gente inocente en cualquier parte del mundo'. En el mismo sentido se han expresado los Hermanos Musulmanes de Egipto.

En este país, el presidente Hosni Mubarak ha efectuado un llamamiento a EE UU para que impida que Israel aproveche las actuales circunstancias para redoblar sus ataques contra los palestinos, y advirtió de que de la solución de esta causa depende gran parte de las futuras relaciones entre Occidente y el mundo islámico y árabe.

En Irán, donde se desarrolla una dura batalla política entre moderados (encabezados por el presidente Jatamí) y el clero más radical, ambos sectores han coincidido en la condena inmediata y sin rodeos. El líder supremo espiritual iraní y cabeza de la facción conservadora, Alí Jamenei, dijo: 'Este terrorismo catastrófico sólo puede ser condenado por los musulmanes'. Irán, que ordenó el sábado el cierre de sus casi 900 kilómetros de frontera con Afganistán en previsión de una crisis de refugiados, no participará en la coalición internacional ni permitirá el uso de su espacio aéreo y su territorio para lanzar una ataque contra los talibán. Además advierte de que en caso de ser atacado se defenderá 'hasta la última gota de sangre'.

Irán se encuentra atrapado, como muchos países de la zona, entre dos sentimientos: el antiamericano y el antitalibán (que son sunníes radicales y han perseguido a los shiíes afganos). 'Muchos países islámicos ven a los talibán como un estorbo y no se sentirán disgustados si EE UU les ataca', asegura una fuente iraní a Reuters. Ese mismo sentimiento lo tiene Irán respecto a Pakistán, el otro país, junto a Arabia Saudí y los Emiratos, que reconoce a los talibán. 'El sueño de Islamabad se convierte en una pesadilla', tituló ayer el Teheran Times, en referencia al apoyo paquistaní a los talibán para desestabilizar a Irán.

Mujeres jordanas firman en el libro de condolencias abierto en la embajada de EE UU en Ammán.
Mujeres jordanas firman en el libro de condolencias abierto en la embajada de EE UU en Ammán.AP

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