El Gobierno talibán dice a los afganos que sólo morirán 'si es voluntad de Dios'
El régimen reclama valentía y dignidad para resistir un posible ataque y censura la información
El líder supremo del movimiento talibán que gobierna en Afganistán, Mullah Mohammad Omar, hacía ayer un llamamiento a la población afgana para que haga frente con valentía a la temida represalia de Estados Unidos por los ataques terroristas contra Nueva York y Washington, al tiempo que el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, le advertía de que no puede separar sus acciones de las de los terroristas que han acogido en su territorio. La población de Kabul, la capital afgana, seguía ayer huyendo de la ciudad, aterrorizada ante un posible ataque norteamericano.
El líder talibán, que nunca ha sido fotografiado ni filmado y en toda su vida ha recibido a alguien que no sea musulmán salvo a una o dos personas, rompió ayer su silencio y dirigió un mensaje a su país, emitido por la emisora de radio del movimiento fundamentalista islámico, en el que avisaba que EE UU está buscando un pretexto para atacar Afganistán, y pedía a la población mantenerse en calma y 'enfrentarse a cualquier ataque con valentía y dignidad'. Ni una sola mención de condolencia por las víctimas de la matanza terrorista, pese a su insistencia en que ni Afganistán ni su protegido Bin Laden tienen capacidad para planificar una operación a gran escala como la lanzada por los terroristas.
Omar también hizo leer una declaración a su embajador en Islamabad, la capital paquistaní, Abdul Hai Mutamaen, en la que abundaba en lo mismo: 'El entrenamiento de pilotos es tarea de gobiernos. Osama no tiene pilotos. ¿Dónde los habría entrenado? En Afganistán no hay posibilidades para ese tipo de entrenamiento'. Y a continuación el embajador lanzaba una amenaza: 'Nos vengaremos si América nos ataca'.
Las oraciones ayer en las mezquitas se centraron en pedir la unión del mundo musulmán contra EE UU y en decir a la población que sólo morirán si esa es la voluntad de Dios, asi es que 'no temáis nada', según anunciaba un mulá a sus feligreses.
El Gobierno talibán ha dado cobijo y protege al disidente saudí Osama Bin Laden, el terrorista más buscado, a quien Estados Unidos considera el principal inspirador de los ataques terroristas sobre Nueva York y el Pentágono que han originado miles de muertos.
El mensaje de Omar a la población pareció tener como objetivo detener el éxodo que está experimentando la capital, Kabul, ante el terror que despiertan los posibles ataques devastadores de EE UU en represalia por los atentados. Al pánico desatado ha contribuido tanto las declaraciones de Powell como la de otros altos funcionarios norteamericanos.
Pero pese a los llamamientos de sus líderes políticos y religiosos, la población no parece mostrar una valentía especial. Un afgano, panadero, justificaba su huida porque 'en una situación como esta uno siente que la muerte le ronda'. 'Yo y mi familia nos vamos de Kabul porque no podemos aguantar más', añadía con resolución.
No hay cifras disponibles de la cantidad de gente que huye, pero un residente comentaba que cualquier afgano con familia en el campo ha dejado apresuradamente la capital o estaba organizando las cosas para hacerlo en horas. Los que pueden se mantienen informados de lo que está ocurriendo a través de las emisoras de radio extranjeras, porque el régimen talibán ha procurado que se mantengan ciegos y sordos. La radio oficial sólo informa de lo que los talibán quieren que informe, la televisión está prohibida y las líneas telefónicas con el mundo exterior han sido cortadas por razones de seguridad.
La mayor parte de los extranjeros también ha abandonado Afganistán. La portavoz de la ONU, Marie Heuzé, indicaba ayer como causa de la evacuación de su personal no el temor a posibles ataques sino el proceso contra ocho cooperantes occidentales miembros de una ONG acusados por el régimen talibán de hacer proselitismo cristiano y que permanecen allí.
El jefe militar de la resistencia afgana contra el régimen talibán, Ahmad Sha Masud, El león de Panshir, murió a consecuencia del atentado que sufrió el pasado domingo en el norte de Afganistán, según informaba ayer la agencia oficial de noticias afgana. Masud resultó gravemente herido al estallar dos bombas escondidas en una cámara de televisión y en uno de los cinturones de dos supuestos periodistas árabes.
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