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El cineasta Wes Craven afirma que está cansado de asustar a los adolescentes

El creador de Freddy Krüger estrena su película "sentimental" 'Música del corazón'

Elsa Fernández-Santos

Habla con tan poca garra que cuesta creer que fue su cabeza la que ideó los dedos afilados de Freddy Krüger. Wes Craven (Cleveland, EE UU, 1940) ha viajado a Madrid para promocionar Música del corazón, una película plagada de buenos sentimientos que se aleja radicalmente del género que le ha dado fama y millones. "El cine de terror es, esencialmente, para adolescentes. Es saludable para ellos, les ayuda a desvanecer sus miedos y fantasmas", dice el director de Scream y Pesadilla en Elm Street, que añade: "Estoy algo cansado de asustar a adolescentes, quería hacer un cine más adulto".

De las orgías de sangre de sus famosas pesadillas para adolescentes, Wes Craven ("para muchos soy un clásico", admite sin reservas el cineasta) ha pasado a la lacrimógena historia de una profesora de música que logra redimir a sus alumnos barriobajeros a través de sus clases de violín.Interpretada por Meryl Streep, Música del corazón (cuyo estreno en España está previsto para el 17 de diciembre) está basada en la historia real de Roberta Guaspari, un ama de casa que, tras ser abandonada por su marido, se marcha con sus hijos a Nueva York con la misión de retomar una vocación frustrada: enseñar violín a los niños pobres del East Harlem. "Todo en la película es absolutamente cierto", afirma el director, que conoció la historia a través de un documental titulado Small wonders (ganador del Oscar en 1996) y que justifica cada giro y cada gesto de la película con un lacónico: "Así ocurrió, yo no me invento nada".

La disciplina que Roberta Guaspari aprendió de su marido militar (a la profesora le gusta animar a sus alumnos recordándoles que no son nada) combinada con la energía que le da saberse una mujer hecha a sí misma son la base de un personaje al que aspiró la mismísima Madonna. "Dos semanas antes de empezar el rodaje Madonna abandonó el proyecto", dice Craven, quien al preguntarle por sus diferencias con la cantante, se limita a un "yo no hablo de mis problemas personales". Al insistirle, añade: "Sólo puedo decirle que teníamos una visión diferente del personaje, a ella le interesaba profundizar en la difícil relación de Roberta con los hombres, y a mí no me parece tan importante. Ella simplemente ha prescindido de los hombres". "Con Madonna hubiera sido otra película", continúa Craven, para quien "contratar a Meryl fue fabuloso porque ella ha clavado a Roberta, es igual que ella, verla en la película es ver a la propia Roberta. Durante seis meses recibió de cuatro a cinco horas diarias de clases de violín y se metió totalmente en el personaje, intimó mucho con Roberta y prácticamente se convirtió en ella".

Dramas familiares

Craven asegura que con esta película ha intentado desmarcarse del cine de terror, que ahora le interesan los sentimientos adultos y "los dramas familiares". Sin embargo, su Roberta Guaspari tiene, quizá por los gestos excéntricos, por el violín que transporta a todas horas debajo del brazo, por la mezcla de miedo y fascinación que ejerce sobre los niños y por su melena canosa , el perfecto perfil de una bruja. "Bueno, es que ella es así de verdad. Es cierto que tiene algo de bruja, o de hada, pero no es una aportación mía. Su labor es extraordinaria y eso es lo que me importaba".Para Craven, el secreto del cine de terror está en escarbar en los miedos más primitivos, en los que se generan en la propia familia, en el entorno más inmediato. Así, Freddy Krüger era el miedo a un mal del inconsciente adolescente. "Freddy tiene algo de padre, algo del hombre adulto que odia a los jóvenes sólo porque son jóvenes. Pero, además, Freddy también representa la maldad de los padres que lo mataron. El cine de terror, como la montaña rusa, es sana y saludable para los adolescentes. Les ayuda a desvanecer sus fantasmas y sus miedos al futuro incierto que se les presenta. El cine de terror siempre tendrá éxito entre ellos, es lo que ha ocurrido con El proyecto de la bruja de Blair o con Scream. El problema es que la industria luego pretende explotar las fórmulas hasta cansar".

Profesor universitario antes que cineasta ("mi experiencia como profesor sólo me enseñó lo duro que es ser profesor"), Wes Craven ha publicado un libro de intriga sobre clonación que también pretende llevar al cine. "Me gusta escribir porque me permite estar solo y tranquilo en casa. Nadie te ayuda, eso es lo malo, y requiere un esfuerzo intelectual muy superior a la dirección. Me gusta la literatura fantástica, aunque por desgracia la fantasía es cada vez más cercana a la realidad".

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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

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