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Siza admite que desconoce la causa del deterioro de la piedra del CGAC

Xosé Hermida

El arquitecto portugués Alvaro Siza, autor del proyecto del Centro Galego de Arte Contemporánea (CGAC) en Santiago de Compostela, está tan perplejo como el que más por el progresivo ennegrecimiento de la fachada de piedra del edificio, inaugurado en 1993. "El granito utilizado es demasiado poroso, pero no creo que eso explique suficientemente el problerna", reconoce Siza. El arquitecto espera que una comisión de expertos diagnostique las causas del mal para luego decidir conjuntamente la solución adecuada.Los responsables del CGAC están preocupados por el deterioro de la estética exterior del edificio, cuyo granito tostado ha adquirido en pocos meses una llamativa pátina oscura que lo afea notoriamente. Expertos de la Dirección General de Patrimonio de la Xunta ya están estudiando un método de limpieza, que podría tener un coste de unos 20 millones de pesetas.

"Son los especialistas los que tienen que analizar el problema", declara Siza, "yo espero ser informado para que luego discutamos entre todos las soluciones apropiadas. Se ha hablado también de la polución causada por una chimenea próxima, pero insisto en que tienen que ser los expertos los que dictaminen la causa".

Siza, que el pasado jueves pronunció en el CGAC una conferencia sobre la obra del arquitecto italiano Giuseppe Terragni, rechaza las insinuaciones de que el tipo de granito escogido cuando se construyó el edificio no era el más adecuado. "Éste es el granito llamado de Santiago y hay otros edificios en la ciudad que también están ennegrecidos", explica, "lo que ocurre es que este caso resulta más espectacular al tratarse de una obra reciente".

Hace algunos meses el arquitecto mantuvo una polémica pública con los responsables del CGAC, a los que acusó de realizar modificaciones en la estructura interior del edificio sin tener en cuenta su opinión. Siza no desea reavivar la discordia, pero tampoco se retracta de sus críticas: "Me disgustó, sobre todo, que se recubriese la fachada exterior con detritus metálicos. Luego se me dijo que se hacían cambios provisionales para una exposición, pero como toda exposición requiere modificaciones eso parece significar que los cambios serán permanentes. Se ha trastocado la relación entre las salas y se han interrumpido los recorridos que conducen a la terraza".

Aunque reconoce que "la función primordial del edificio es mostrar obras de arte", reivindica que se respete "la integridad del proyecto arquitectónico en su autonomía".

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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