Suárez explica su reforma política a los generales
El señor Suárez, presidente del Gobierno, se reunió en la mañana de ayer con todos los altos mandos del Ejército español. Por iniciativa del presidente acudieron a Madrid todos los capitanes generales, los tenientes generales en activo y los jefes de servicio de las tres armas. El señor Suárez expuso ante ellos las directrices de su política por espacio de tres horas y media. En la tarde y durante dos horas todos los tenientes generales en activo se reunieron en el seno del Consejo Superior del Ejército en una sesión de trabajo calificada como de «trámite».
La Dirección General de Coordinación Informativa (Ministerio de Información) facilitó ayer tarde una nota oficial en la que se daba cuenta de esta reunión castrense en Presidencia del Gobierno. La nota oficial estipulaba que la entrevista de la Plana Mayor del Ejército con el presidente Suárez se había celebrado aprovechando la ocasión de las sesiones madrileñas de los consejos superiores de las tres Armas. Dicha nota añade que la reunión se mantuvo en un clima de «serenidad y confianza en el futuro de España», y que «el presidente del Gobierno tras un amplio cambio de impresiones con los asistentes, señaló los grandes objetivos nacionales de carácter político, económico y social».Fuentes oficiosas consultadas por EL PAIS calificaron la reunión como de muy trascendente. Informaron igualmente que el señor Suárez se vio sometido a un torrente de preguntas por parte del alto mando militar que pudo apreciar -según nuestras fuentes- cierta brillantez y concreción en la exposición del presidente.
La cita -convocada a instancia del señor Suárez- comenzó a las diez de la mañana y concluyó a la una y media de la tarde. Hubo una pausa para tomar un refrigerio servido por la casa José Luis. El número total de militares asistentes no ha sido evaluado con exactitud, pero pudieron ser 29.
A nivel anecdótico pudo constatarse que todos los capitanes generales pudieron estrenar ayer coches oficiales con ocasión de esta cita con el presidente. A primera hora de la mañana de ayer el espectáculo ante Castellana, 3, (sede de la Presidencia) era, por el número y rango de los convocados, insólito: los capitanes generales correspondientes a las nueve regiones militares, tres departamentos marítimos y tres regiones aéreas; los tres ministros militares más el vicepresidente para Asuntos de la Defensa; los tenientes generales en activo (diecisiete, muchos de ellos con mando en Capitanías) y los jefes de Servicio de las tres Armas. Prácticamente casi todos, como corresponde a su rango, acompañados por sus respectivos ayudantes de servicio.
Uno de los capitanes generales consultados por EL PAIS declaró que la reunión había sido «cordial» excusándose de entrar en detalles concretos sobre lo tratado. En términos generales afirmó: «Mi impresión es magnífica. Ha sido una charla muy interesante en la que se han aclarado muchas dudas. Tengo una gran confianza». Otros capitanes generales remitieron cualquier información sobre esta reunión al jefe de prensa del Ministerio del Ejército, quien tampoco pudo dar noticia del contenido del encuentro. Los altos militares requeridos por este periódico estimaron que carecían de facultades para dar cuenta de lo tratado con el presidente.
De cuatro a seis de la tarde y en el palacio de Buenavista (sede del Ministerio del Ejército) se reunió el Consejo Superior del Ejército. Este es un consejo asesor, integrado por todos los tenientes generales en activo encargado entre otras misiones de entender en la actuación del personal militar en todas sus armas. Alguno de los asistentes ha calificado a esta última reunión como de «trámite» y relacionada con temas de ascenso de personal.
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