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'Veep': el Washington más cómico

Álvaro P. Ruiz de Elvira

Muchos habéis visto El ala oeste de la Casa Blanca (Sorkin en estado puro) y actualmente otros tantos estáis enganchados a House of Cards o, al menos, a Kevin Spacey. Y seguramente otros tenéis como placer culpable Scandal. Las dos primeras son dos buenas series dramáticas que a su manera y con sus exageraciones destripan las interioridades del poder en Washington. De la tercera, poco que decir. Pero faltaba el humor por los pasillos del poder. Y la serie que ahora se encarga de reirse de cada centímetro de la capital política estadounidense, y lo hace de una forma brillante, es Veep, cuya tercera temporada emite ahora Canal Plus.

Si viendo El ala oeste de la Casa Blanca cualquiera puede soñar con trabajar allí, con recorrer sus pasillos y respirar el poder, con Veep ocurre todo lo contrario. El espectador se convierte en un testigo silencioso y privilegiado, dispuesto a disfrutar de las meteduras de pata constantes y de ese tipo de personajes que hacen sufrir al espectador por pura vergüenza. Veep es la forma en la que se conoce a los vicepresidentes en EE UU (a veces se pronuncia vip y a veces vipí, por las siglas en inglés. Al presidente se le conoce como Potus: President Of The United States).

La protagonista es la vicepresidenta Selina Meyer, interpretada por Julia Louis-Dreyfus, que acaba de alzarse con su tercer premio Emmy a Mejor actriz de comedia por este papel de forma consecutiva (lleva ya cinco en toda su carrera, uno de ellos por Seinfeld). Selina aspiraba a presidente, pero se quedó a mitad de camino. La serie gira en torno a su trabajo y al equipo, nefasto equipo, que le rodea, con su jefe de comunicación, asistente personal que le lleva la bolsa con todo lo que necesita (Tony Hale ganó un Emmy por este papel en 2013), el lameculos de turno, la secretaria borde (la más eficiente del equipo, sin duda) y diferentes miembros de la Casa Blanca y del Capitolio. Todo un safari de políticos y funcionarios en el que nunca se ve al presidente de EE UU, aunque se le nombra/menta en varias ocasiones).

Veep fue creada por Armando Ianucci para la HBO en 2012 y desde entonces, paso a paso, se está situando entre las comedias más reverenciadas y premiadas. Ianuncci fue el creador de aquella pequeña sorpresa británica que fue The thick of it, con un Peter Capaldi (el nuevo Doctor de Doctor Who) con una habilidad especial para los insultos y para ser desagradable (sí, lejos de su flamante estreno whoviano).

La serie, que en EE UU tiene un buen nivel de audiencia, va camino ya de su cuarta temporada (que se estrenará en 2015). Humor brillante con diálogos y situaciones contundentes que en alguna ocasión pueden recordar a Sorkin, pero sin personajes perfectos. Cada temporada ha ido a más y esta tercera, que todavía podéis pillar en Canal + Series, tiene momentos redondos (como el viaje de Selina a Finlandia...). Veep es una comedia que obliga a pensar (un poquito, sin pasarse) y a la vez a esconderse detrás del cojín de la vergüenza ajena que pueden producir algunos de sus personajes (aunque no al nivel de The office de Ricky Gervais). Y esto último lo decimos como algo muy bueno.

Comentarios

Veep es una serie muy divertida, y estoy seguro que toma más elementos de la realidad de los que se reconocen, y deja ver que la altas política, a lo mejor no es mas que un concurso de popularidad.
Did the president call?
A raiz de este artículo he visto el primer capitulo de esta serie y sinceramente, pinta biénsaludohttp://www.trabajoserio.ws
Veep es la mejor comedia de los últimos años, aunque sólo premien el trabajo de su actriz principal. No es una simple sitcom ingeniosa y malhablada. Es una patada en el culo, un ejercicio de cinismo, un panfleto antipolítico que cuadra a la perfección en estos tiempos de escepticismo y rebeldía.Lo tragi-cómico de Veep es que ningún personaje parece una exageración o una caricatura. Los entresijos del Ala Oeste son tan verosímiles que parecen un documental rodado cámara en mano. Los tipos reales que asesoran al actual vicepresidente de los Estados Unidos quizá no sean tan lunáticos, tan serviles, tan estúpidos en ocasiones. Pero a buen seguro que son igual de trepas, igual de camaleónicos, igual de cínicos. Veep es comedia, pero también es retrato. Si te paras a pensarlo, ya no te ríes tanto.
Llevo tres días seguidos alternando episodios de El ala oeste de la Casa Blanca con otros de The thick of it. El resultado de este cóctel es irónico y sorprendente. La serie que pretende ser realista, que es la de Aaron Sorkin, termina por convertirse en ciencia ficción de la política norteamericana, en el sueño quimérico de lo que debería ser un gobierno trabajador y respetable, pues todos los personajes, desde el presidente Barlett al último subalterno de las oficinas, son gentes íntegras, honradas, cuasi-socialistas a la europea, que tratan de convertir Estados Unidos en un país más presentable ante la Historia que lo juzgará. Buscando la verosimilitud, Sorkin encontró la improbabilidad. The thick of it, en cambio, que pretende hacer esperpento del gobierno, trazo grueso de la política, se convierte en el retrato exacto de todo aquello que imaginamos en los políticos que (no) votamos: el desprecio a la chusma, el ego subido, el cinismo por bandera, el mangoneo por costumbre, el privilegio personal por encima de cualquier otra consideración. Uno tiene la impresión de que Armando Ianucci, lo mismo en The thick of it que en Veep, ha dejado dicho a los actores que no interpreten, que no exageren, que sean ellos mismos pero imaginándose en el contexto del poder. Los personajes le han salido tan creíbles, tan diáfanos, que uno, a veces, más que reírse con la comedia, se estremece con el documental. Buscando la hilaridad, Ianucci encontró nuestra sonrisa congelada.
La verdad que si es muy divertida, no hay muchas series asi en las cuales te saquen unas sonrisas y no sea todo tragico o bélico, la recomiendo la verdad

Comentarios

Veep es una serie muy divertida, y estoy seguro que toma más elementos de la realidad de los que se reconocen, y deja ver que la altas política, a lo mejor no es mas que un concurso de popularidad.
Did the president call?
A raiz de este artículo he visto el primer capitulo de esta serie y sinceramente, pinta biénsaludohttp://www.trabajoserio.ws
Veep es la mejor comedia de los últimos años, aunque sólo premien el trabajo de su actriz principal. No es una simple sitcom ingeniosa y malhablada. Es una patada en el culo, un ejercicio de cinismo, un panfleto antipolítico que cuadra a la perfección en estos tiempos de escepticismo y rebeldía.Lo tragi-cómico de Veep es que ningún personaje parece una exageración o una caricatura. Los entresijos del Ala Oeste son tan verosímiles que parecen un documental rodado cámara en mano. Los tipos reales que asesoran al actual vicepresidente de los Estados Unidos quizá no sean tan lunáticos, tan serviles, tan estúpidos en ocasiones. Pero a buen seguro que son igual de trepas, igual de camaleónicos, igual de cínicos. Veep es comedia, pero también es retrato. Si te paras a pensarlo, ya no te ríes tanto.
Llevo tres días seguidos alternando episodios de El ala oeste de la Casa Blanca con otros de The thick of it. El resultado de este cóctel es irónico y sorprendente. La serie que pretende ser realista, que es la de Aaron Sorkin, termina por convertirse en ciencia ficción de la política norteamericana, en el sueño quimérico de lo que debería ser un gobierno trabajador y respetable, pues todos los personajes, desde el presidente Barlett al último subalterno de las oficinas, son gentes íntegras, honradas, cuasi-socialistas a la europea, que tratan de convertir Estados Unidos en un país más presentable ante la Historia que lo juzgará. Buscando la verosimilitud, Sorkin encontró la improbabilidad. The thick of it, en cambio, que pretende hacer esperpento del gobierno, trazo grueso de la política, se convierte en el retrato exacto de todo aquello que imaginamos en los políticos que (no) votamos: el desprecio a la chusma, el ego subido, el cinismo por bandera, el mangoneo por costumbre, el privilegio personal por encima de cualquier otra consideración. Uno tiene la impresión de que Armando Ianucci, lo mismo en The thick of it que en Veep, ha dejado dicho a los actores que no interpreten, que no exageren, que sean ellos mismos pero imaginándose en el contexto del poder. Los personajes le han salido tan creíbles, tan diáfanos, que uno, a veces, más que reírse con la comedia, se estremece con el documental. Buscando la hilaridad, Ianucci encontró nuestra sonrisa congelada.
La verdad que si es muy divertida, no hay muchas series asi en las cuales te saquen unas sonrisas y no sea todo tragico o bélico, la recomiendo la verdad

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