Los primeros cálculos elevan los daños a 72.000 millones de euros
Los mercados financieros se reabren hoy bajo la tutela del Banco Central
De manera preliminar, el mayor terremoto registrado de la historia de Japón podría haber causado daños generales, en propiedades privadas y públicas, por unos 100.000 millones de dólares (72.000 millones de euros). Al menos eso es lo que estiman Air Worldwide y Eqecat, dos compañías que elaboran informes para calcular los riesgos ante catástrofes para aseguradoras, reaseguradoras, corredores de Bolsa, mercados financieros y compañías.
Esta cifra incluiría la factura de los destrozos asegurados, que podrían alcanzar los 25.000 millones de euros, según estas dos firmas de Estados Unidos. La cantidad no resulta exagerada si se compara con los 72.000 millones de euros que también pagó el Estado en el anterior terremoto, el de Kobe, en 1995, que provocó muchos menos daños que el actual en infraestructuras e industrias.
Las autoridades han inyectado liquidez para evitar un 'lunes negro' en la Bolsa
Eqecat afirma en su informe que las pérdidas derivadas del terremoto siguen aumentando conforme evoluciona la situación y se producen daños adicionales por efectos relacionados con el seísmo, como incendios o incidentes en plantas nucleares. De momento, calcula que "las pérdidas económicas totales superarán probablemente los 100.000 millones de dólares", según informa Efe.
Las provincias del litoral oriental de Ibaraki, Tochigi, Miyagi, Iwate y Fukushima son las más afectadas por el terremoto y el tsunami posterior. El daño causado a las viviendas superará los 14.000 millones de euros, afirma la empresa. Los perjuicios en instalaciones comerciales y en la industria automovilística -Honda, Toyota, Suzuki y Nissan están cerradas- y en la tecnológica, como Sony, que no abrirán hoy sus fábricas, suman casi 7.000 millones de euros. Las infraestructuras dañadas suman 21.000 millones de euros o más, a lo que hay que añadir las pérdidas de 10.000 millones por perjuicio causado en instalaciones de puertos y de barcos. La firma indica, no obstante, que es pronto para determinar cuál será el impacto para los bienes asegurados. Air Worldwide ha valorado así el impacto en las aseguradoras: "Tendrán que hacer frente a daños que alcanzarán entre 10.000 y 25.000 millones de euros".
Por otro lado, la primera sesión de la Bolsa de Tokio desde que el terremoto y el posterior tsunami golpearan Japón el pasado viernes comenzó con una caída de más del 5% del índice Nikkei, solo en los diez minutos siguientes a la apertura.
Un tsunami y un terremoto juntos, que provocan un desastre nuclear, hacen saltar todas las reglas del libre mercado. Las autoridades no han querido cerrar los mercados, pero tenían previsto abrirlos con la manguera de la liquidez preparada para evitar, a toda costa, un lunes negro en la Bolsa y los mercados de divisas.
Para ello, el Banco Central procedió ayer a la mayor inyección de liquidez de su historia, colocando 7.000 millardos de yenes (61.400 millones de euros), informa France Presse. El objetivo es mantener la estabilidad de los mercados, que no se hundan las cotizaciones ni el yen, y que los bancos tengan suficiente dinero para atender las posibles retiradas de efectivo de sus clientes.
Son pocos los analistas que esperan una tragedia financiera. Incluso desde Estados Unidos se han percibido declaraciones de auxilio soterrado, pero habrá que ver la actitud de los inversores institucionales -fondos de inversión, de pensiones y las apuradas compañías de seguros- para despejar incógnitas.
El corte de la energía y de las comunicaciones (terrestres y tecnológicas) tendrá un primer impacto en la economía doméstica, pero luego podría afectar a las exportaciones, que dependen del sector automovilístico (solo Mazda espera abrir) y el de electrónica. Solo el sector de los coches representa casi el 20% del total de la industria nipona. Los problemas de Japón pueden provocar caídas en las economías asiáticas de la zona, aunque es pronto para cuantificarlo.
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