El fiscal pide que se retiren los cargos contra Strauss-Kahn
Vance cree que el testimonio de la limpiadora es inconsistente
El fiscal de distrito de Manhattan, Cyrus Vance, pidió ayer formalmente al juez que desestime los cargos presentados en mayo contra Dominique Strauss-Kahn por la supuesta agresión sexual contra la limpiadora Nafissatou Diallo en el hotel Sofitel de Nueva York. El fiscal, que inició la investigación y presentó la demanda por la vía criminal, perdió la confianza en su testigo principal por diversas contradicciones en su relato de los hechos. Si el juez acepta su petición -algo que se da por seguro-, el político francés tiene vía libre para salir, finalmente, de Estados Unidos.
"El fiscal de distrito de Manhattan, Cyrus Vance, le ha denegado a una mujer el derecho a obtener justicia en un caso de violación", dijo ayer el abogado de Diallo, Kenneth Thompson. "No solo le ha dado la espalda a la víctima, sino que se la ha dado al forense, los expertos médicos y todo tipo de pruebas en este caso. Si el fiscal de distrito, a quien se elige para que proteja a nuestras madres, nuestras hermanas, nuestras hijas y nuestras esposas, no las va a defender si las violan o las agreden sexualmente, ¿quién lo hará?".
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Thompson hizo esas declaraciones junto a Diallo después de una reunión con Vance, en la que este les notificó a ambos que no seguiría adelante con la acusación. Previamente, Thompson había pedido al juez Michael Obus, que instruye el caso, que recusara al propio Vance y que lo pusiera en manos de un fiscal especial, porque considera que ha tratado injustamente a la supuesta víctima.
Los abogados de Strauss-Kahn, William Taylor y Benjamin Brafman, respondieron a la petición del fiscal en un comunicado: "Hemos mantenido desde el principio que nuestro cliente es inocente. También hemos mantenido que hay muchas razones por las que dudar de la credibilidad de quien acusa a Strauss-Kahn". Hoy, la fiscalía y el político francés acudirán a una vista oral convocada por el juez Obus.
Con la petición del fiscal, culminó ayer un periodo de distanciamiento y erosión de la relación entre el fiscal y su principal testigo en el caso. Desde julio, la tensión entre ambos ha ido incrementándose. Sobre todo, mantiene Vance, por inconsistencias en el testimonio de la limpiadora. Primero, en una comparecencia ante un gran jurado, esta dijo que, después de ser agredida, había llorado en un pasillo del hotel. Ante el fiscal, posteriormente rectificó y dijo que había limpiado otra habitación para tratar de mantener la calma.
Vance también obtuvo la transcripción de una grabación en el idioma fulani, del oeste de África, en la que se le atribuía la frase: "Sé lo que me hago, este tipo tiene mucho dinero". En diversas entrevistas a los medios de comunicación norteamericanos, la limpiadora se defendió, alegando que esa frase estaba mal traducida y que nunca dijo esas palabras. El hecho mismo de que Diallo hablara con la prensa, cuando los fiscales suelen desaconsejar esas apariciones públicas en casos aún abiertos, dio muestra de sus malas relaciones con Vance.
El pasado 8 de agosto, Diallo presentó una demanda por la vía civil en un juzgado del Bronx, pidiendo una indemnización cuya cifra no ha revelado a los medios. Nacida en Guinea, llegó a EE UU en 2002. Según admitió recientemente, mintió en su petición de asilo político sobre diversos sucesos en su pasado, como que fue violada por soldados en su país natal.
Al tener constancia de esas mentiras, Vance decidió pedir al juez que dejara a Strauss-Kahn, de 62 años, en libertad condicional sin fianza el pasado 1 de julio. Previamente había permanecido en arresto domiciliario bajo fianza de un millón de dólares (695.000 euros) y aval de garantía de cinco millones de dólares (3.47 millones de euros).
Diallo denunció al ex director gerente del Fondo Monetario Internacional el pasado 14 de mayo. Le acusó de haber intentado violarla en una habitación del hotel Sofitel de Manhattan. La policía arrestó al político en el aeropuerto, cuando ya había embarcado en un vuelo con destino a París. El fiscal Vance asumió la investigación y presentó siete cargos, dos de ellos por actos criminales de índole sexual en primer grado, castigados con hasta 25 años de prisión cada uno.
La defensa de Strauss-Kahn ha mantenido desde su arresto que las relaciones sexuales fueron consentidas.
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