El comisario de Energía da al razón a quienes hablan de apocalipsis en Japón
Los países de la UE deciden someter a sus centrales nucleares a test voluntarios de resistencia tras una reunión convocada por el comisario europeo de Energía, Günther Öttinger
Günther Öttinger, comisario de Energía de la Unión Europea, ha recurrido esta tarde a Dios y a la Biblia para describir la crisis nuclear japonesa. "Hay quienes hablan de apocalipsis y la palabra me parece muy apropiada", ha declarado el comisario en el Parlamento Europeo. "Todo está prácticamente fuera de control", agregó. "No excluyo lo peor en horas y días venideros", insistió. Antes se había encomendado al Cielo: "Espero que con la gracia de Dios se puede evitar lo peor". El comisario ha comparecido en la Eurocámara tras acordarse que la Unión Europea realizará este año pruebas voluntarias de resistencia en sus centrales nucleares para garantizar su seguridad ante cualquier eventualidad. Bruselas desea que en el programa participen también los vecinos de la UE y hasta que sea adoptado globalmente.
La voluntariedad fue adoptada por los participantes en una primera reunión con responsables políticos, técnicos y gigantes de la energía europea, convocada por Öttinger en respuesta a la grave crisis nuclear japonesa. El comisario ha explicado en conferencia de prensa los acuerdos alcanzados, sin caer en el dramatismo a que luego recurrió ante la comisión de Industria y Energía de la Eurocámara.
En presencia de los interesados del sector y ante la prensa ya confiaba en el Todopoderoso para evitar lo peor en Japón y respondía con cautela a la pregunta de si Francia tenía razón al considerar que la situación era más grave de lo manifestado por las autoridades niponas. El grado de gravedad del incidente se había incrementado de 4 a 6 en una escala de siete, ha dicho Ottinger antes de añadir: "No descarto movimientos en cualquier dirección en función de la evolución de los acontecimientos".
Pero ha sido en cámara parlamentaria cuando ha dado la razón a quienes se sienten testigos casi del fin del mundo. "Hay quienes hablan de apocalipsis y la palabra me parece muy apropiada", ha sorprendido a sus euroseñorías. "Todo está prácticamente fuera de control. No excluyo lo peor en horas y días venideros". Ese discurso de altísimo impacto emocional traiciona todas las llamadas a favor de mantener la cabeza fría que se han oído en las últimas jornadas en Bruselas y en otras capitales europeas. Precisamente, con ánimo de distanciamiento profesional, se había acordado en Bruselas poner en marcha el plan reclamado por Austria de realizar pruebas de resistencia a la centrales, programa que debe ser ratificado oficialmente por los ministros de Energía y que muy probablemente sancionarán también los líderes de la UE en el Consejo Europeo de los próximos días 24 y 25. "Se van a reevaluar todos los potenciales problemas", ha señalado Öttinger en la fase fría de su doble comparecencia pública, la realizada ante al prensa. También ha adelantado que Nicolas Sarkzoy, como presidente de turno del G-20, se encargará de ofrecer la idea a ese grupo, además de que la UE le pedirá que lo asuma como estrategia propia al Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) en Viena.
El comisario ha asegurado que la medida tuvo en la reunión un gran apoyo -"nadie habló en contra", enfatizó- lo que planteaba inmediatamente la cuestión de, en ese caso, por qué no hacerlo obligatorio desde el principio. Según él, el hecho de que sea voluntario ya es un gran avance, dado que esta misma mañana nadie podía asegurar que la idea fuera a tener aceptación. Para hacerlo obligatorio habría que reformar la directiva sobre seguridad nuclear que atribuye a los Estados la exclusividad sobre su política energética y a las compañías la responsabilidad de la seguridad de su plantas. No hay tiempo para semejante reforma.
Para convertir la voluntariedad en cuasi obligación, Öttinger ha hablado de dar a las pruebas la máxima autoridad de modo que quienes no las acepten deban atenerse a consecuencias no deseables.
Los criterios de seguridad a evaluar, procedimientos a seguir e incluso expertos independientes que debe aplicarlos; serán fijados en una próxima reunión de alto nivel en Bruselas. El comisario ha indicado que se analizarán los que se emplean en los distintos países y se adoptarán los más estrictos. "Los vamos a europeizar", ha dicho, mientras adelantaba que los estándares variarán en función de las circunstancias (una central nuclear en la costa tiene distintas exigencias que una tierra adentro; una central vieja será sometida a análisis diferentes que una de última generación).
"Queremos que los socios y vecinos estén implicados", ha inisitido Öttinger, con alusiones expresas a Suiza, Turquía y Rusia, a quienes invita a colaborar en la definición de los criterios y en la elección de los inspectores. "Queremos crear una base europea de seguridad nuclear" resume.
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