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Obama advierte que será necesario más dinero público

El presidente asegura en el Congreso que el país "se recuperará y resurgirá con más fuerza" de la crisis

Antonio Caño

Un total de 16 años después de que otro demócrata, Bill Clinton, anunciara en el mismo escenario que "la era del Gran Gobierno había concluido", el presidente Barack Obama ha advertido a sus compatriotas que el Estado tendrá que seguir teniendo un papel relevante en la economía para conseguir el resurgimiento que ha prometido, y que puede ser necesario más dinero público para reflotar el sistema financiero y normalizar el flujo de créditos para los negocios y el consumo.

En su discurso ante el pleno de las dos cámaras del Congreso, en la noche del martes (madrugada de ayer en España), Obama aseguró que EE UU "se reconstruirá, se recuperará y resurgirá con más fuerza" después de esta crisis. Pero añadió que, para ello, van a ser precisos todavía muchos sacrificios y un gran protagonismo por parte de la Administración. "Rechazo la idea", dijo, "de que nuestros problemas simplemente se resolverán por sí solos, de que el Estado no tiene ningún papel que jugar en la creación de las bases para la prosperidad colectiva".

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El presidente admitió que el plan de estímulo de 787.000 millones (615.000 millones de euros) recientemente aprobado es "sólo el primer paso para recuperar la economía". "Incluso si manejamos ese plan impecablemente, no habrá una verdadera recuperación hasta que no acabemos con la crisis de crédito que ha debilitado seriamente a nuestro sistema financiero". Ese objetivo, explicó, "requerirá recursos significativos de parte del Gobierno federal". "Sí, probablemente más de lo que hemos destinado hasta ahora", insistió.

Obama aprovechó su buen momento de popularidad para intentar convencer a los ciudadanos, que se resisten a seguir tapando con su dinero el agujero causado por los ejecutivos de Wall Street, de la inevitabilidad y conveniencia de esa inversión.

"Sé lo impopular que resulta ayudar a los bancos en estos momentos", reconoció el presidente, "especialmente cuando todos estamos sufriendo por sus malas decisiones. Pero también sé que en tiempos de crisis no podemos permitirnos gobernar dejándonos llevar por la rabia". "No voy a gastar un solo céntimo", prometió, "en premiar a un solo ejecutivo de Wall Street, pero haré todo lo que sea necesario para ayudar a que los pequeños empresarios puedan pagar a sus trabajadores o a que las familias ahorradoras puedan tener una hipoteca". "No se trata de ayudar a los bancos, se trata de ayudar a la gente", aseguró.

Obama va a necesitar todo su poder de seducción para que ese punto de vista cale en una población muy escéptica al respecto. El Estado ha gastado ya 350.000 millones de dólares en el rescate de sistema financiero con pobres resultados. Otros 350.000 millones, ya aprobados por el Congreso, están aún pendientes de que el Departamento del Tesoro decida con exactitud su destino. Cuando eso se produzca, y se responda así a la actual incertidumbre de los mercados de valores -el índice Dow Jones estaba ayer de nuevo a la baja-, es muy probable que el Gobierno acuda al Capitolio en busca de nuevos recursos.

La actividad del Estado no se limitará, sostuvo Obama, a las emergencias económicas actuales. "El plan de estímulo y el plan de estabilización financiera son pasos inmediatos para reavivar la economía a corto plazo. Pero el único camino de restaurar la fortaleza de EE UU es el de hacer inversiones de largo plazo que conduzcan a nuevos empleos, nuevas industrias y una renovada capacidad para competir con el resto del mundo". Mencionó, al respecto, inversiones en energías renovables, en un plan de reforma sanitaria y en la modernización del sistema educativo.

Para compensar en parte todo ese protagonismo del Gobierno, el presidente recordó ayer, durante el nombramiento de Gary Locke, un chino-americano, como nuevo secretario de Comercio, que "el 90% de esos nuevos puestos de trabajo se crearán en el sector privado, porque sabemos que las empresas, no el Estado, son el motor de crecimiento en este país".

Barack Obama, durante el discurso pronunciado ayer ante el pleno del Congreso estadounidense.
Barack Obama, durante el discurso pronunciado ayer ante el pleno del Congreso estadounidense.EFE

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