Nobel de la Paz a la disidencia china
Liu Xiaobo, condenado a 11 años de prisión, es uno de los autores de la 'Carta 08' - El Gobierno de Pekín critica al Comité Noruego y califica su decisión de "obscena"
Los defensores de los derechos humanos en China han recibido un espaldarazo, soñado desde hace años. El Comité Noruego de los premios Nobel otorgó ayer el de la Paz al disidente chino encarcelado Liu Xiaobo, de 54 años, un incombustible luchador por la defensa de las libertades y la democracia, que fue condenado en diciembre pasado a 11 años de prisión por su activismo, en particular por su papel en la redacción de la Carta 08, un manifiesto que pide reformas democráticas, hecho público en diciembre de 2008. El Gobierno chino reaccionó con furia y calificó la elección de "obscena", mientras que el presidente estadounidense, Barack Obama, premio Nobel de la Paz en 2009, pidió la liberación de Liu tan pronto como sea posible.
El abogado de Liu cree que este no sabe aún que le han dado el premio
El activista es el único Nobel que es galardonado estando en prisión
"Durante los últimos 30 años, China ha hecho un progreso extraordinario en la reforma económica y en la mejora de la vida de su gente, ha sacado a cientos de millones de personas de la pobreza. Pero este premio nos recuerda que la reforma política no ha seguido el mismo ritmo, y que los derechos humanos de cada hombre, mujer y niño deben ser respetados", declaró Obama, quien el año pasado afirmó que había mucha gente que se merecía el premio más que él. China es la principal propietaria de deuda pública de EE UU con 850.000 millones de dólares.
El comité noruego dijo que el galardón le ha sido concedido al activista chino "por su larga y pacífica lucha por los derechos humanos fundamentales en China". "Durante las pasadas décadas, China ha logrado avances económicos sin parangón en la historia (...) El nuevo estatus de China debe conllevar mayor responsabilidad. China incumple varios acuerdos internacionales de los cuales es signataria, así como sus propias disposiciones en lo que respecta a los derechos políticos (de sus ciudadanos)", dijo el presidente del comité, Thorbjoern Jagland, al anunciar el premio. "La campaña para establecer derechos humanos universales en China está siendo llevada a cabo por muchos chinos, tanto dentro como fuera. El duro castigo aplicado a Liu le ha convertido en el símbolo más importante de esta extensa lucha por los derechos humanos".
La elección de Liu supone un serio revés para Pekín, especialmente cuando busca ocupar un mayor papel en la escena internacional bajo sus mantras de un ascenso pacífico y un mundo armonioso. El Gobierno, que ha presionado desde hace meses para evitar su nombramiento, respondió iracundo y dijo que el comité noruego había "violado" la integridad del Nobel de la Paz. "Liu Xiaobo es un criminal que ha sido sentenciado por la justicia china por violar la ley (...) Las acciones (de Liu) son diametralmente contrarias a los principios del Premio Nobel (...) Esto es una obscenidad contra el Premio de la Paz", declaró el Ministerio de Exteriores en un comunicado.
La esposa del nuevo Nobel, Liu Xia, aseguró que estaba sorprendida y encantada, y que espera que el galardón sirva para que la comunidad internacional presione por su liberación. "Este premio no es solo para Xiaobo sino para todos los que trabajan por los derechos humanos y la justicia en China", dijo en una emocionada entrevista telefónica con la cadena de televisión por cable de Hong Kong. Repetidas llamadas durante la tarde a Liu Xia dieron señal de teléfono apagado. Un fuerte dispositivo policial fue montado fuera del apartamento familiar en la capital.
Liu Xia afirmó a Reuters que la policía la iba a llevar a visitar hoy a su marido, que se encuentra en la prisión de Jinzhou, en la provincia nororiental de Liaoning. "Me están obligando a irme de Pekín", dijo. Según dijo, para evitar que la entreviste la prensa extranjera. Las emisiones de las cadenas de televisión BBC y CNN fueron cortadas en Pekín cuando fue mencionado el premio.
Shang Baojun, abogado de Liu Xiaobo, se mostró también muy contento. "Estoy muy feliz y orgulloso por él. Este es el mayor apoyo posible para impulsar la democracia en China, y para apoyar a Liu por lo que ha tenido que pagar", explicó por teléfono a este periódico. "No sé si este Nobel de la Paz cambiará algo o no, pero mi mayor esperanza es que contribuya a la democratización y el Gobierno de la ley en China, y acelere los cambios".
Shang dijo que pensaba que Liu Xiaobo no sabía aún que le había sido concedido el Nobel. El abogado y Liu Xia visitan al encarcelado una vez al mes, durante una hora, en presencia de funcionarios de la prisión. "La última vez -el 7 de septiembre- yo no fui, pero su esposa me contó que está bien de salud, y en mejores condiciones que cuando se encontraba detenido en Pekín. Puede pasear más tiempo al sol, y puede leer". Liu Xiaobo es el único Nobel al que se ha concedido el galardón estando en prisión.
Un luchador forjado en Tiananmen
Liu Xiaobo, escritor y antiguo profesor universitario, pasó 20 meses en la cárcel por su papel en las protestas a favor de la democracia de la plaza de Tiananmen (1989), en las que murieron cientos de personas, según algunas fuentes -miles, según otras-, tras la intervención del Ejército. Más tarde fue internado tres años en un campo de reeducación por el trabajo, y ha estado constantemente sometido a acoso y supervisión policial.
El 25 de diciembre del año pasado -en plenas fiestas navideñas en Occidente- un tribunal de Pekín le sentenció a 11 años, tras un juicio celebrado dos días antes que duró menos de tres horas, por "incitar a la subversión del poder del Estado". Los jueces le acusaron de haber publicado en Internet escritos críticos con el Partido Comunista Chino (PCCh) y liderado la redacción de la Carta 08, un manifiesto político que pide profundas reformas democráticas. Se trata de la pena más dura dictada por "incitar a la subversión del poder del Estado" desde que este crimen fue introducido en 1997. El cargo es utilizado habitualmente para silenciar a quienes se oponen al Gobierno de partido único del PCCh.
Liu, aunque desconocido por la mayoría de los chinos, es respetado entre intelectuales y estudiantes, aunque no es del agrado de todos. "Aún no se ha convertido en el tipo de persona de gran inspiración que es [el también premio Nobel] Nelson Mandela", señalaba esta semana Wan Yanhai, un activista por los derechos de los enfermos de sida, en Twitter.
Liu Xiaobo comenzó a ser conocido en 1986, cuando criticó la obsesión "infantil" de los escritores chinos con el Premio Nobel. Dos años más tarde, fue profesor visitante en Oslo, donde se concede el Nobel de la Paz. En aquel primer viaje al extranjero, sus escritos se hicieron más políticos. "Quizás mi personalidad implique estrellarme contra la pared allá donde vaya", escribió entonces. "Puedo aceptarlo todo, incluso si al final me rompo el cráneo".
Cuando estallaron las protestas de Tiananmen, redujo su estancia como profesor en la Universidad de Columbia de Nueva York para unirse a las manifestaciones. Él y otros tres activistas convencieron a los estudiantes de que abandonaran la plaza horas antes de la matanza, que tuvo lugar en los alrededores de Tiananmen el 4 de junio. La tragedia pequinesa le hizo menos radical, aunque siguió criticando al Partido Comunista.
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