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Italia promulga los poderes especiales para "evacuar y expulsar" a los gitanos

El 'número dos' de Interior afirma: "Son una etnia ligada a robos, asaltos y raptos"

Sin publicidad ni notas de prensa, utilizando la discreta vía de la publicación en la Gaceta Oficial del Estado, Silvio Berlusconi concedió finalmente el sábado poderes extraordinarios a los delegados gubernativos (prefectos) de Roma, Milán y Nápoles para resolver "la emergencia gitana". La ordenanza habilita a los comisarios a "censar, realojar, alejar o expulsar", ya sea "por vía administrativa o judicial", a los ciudadanos de etnia gitana.

La directiva se justifica en la "alarma social" creada por "la situación extremadamente precaria" del colectivo gitano, y para prevenir "posibles problemas de orden público y seguridad". El Gobierno dedicará en un primer momento tres millones de euros, uno por cada prefecto, a solventar la "emergencia".

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El número dos de Interior, Alfredo Mantovano, dijo explícitamente el sábado en una entrevista al diario Il Tempo (ideológicamente afín a la coalición de Berlusconi), que la ordenanza se justifica en motivos étnicos. "Como demuestran los números y la realidad sociológica", declaró, "los romaníes son una etnia conectada a un cierto tipo de delitos. Robos, asaltos, e incluso, como en el caso de Ponticelli, rapto de personas".

Mantovano se refería al hipotético intento de robo de un bebé por una muchacha gitana, que fue el pretexto esgrimido por los vecinos y la Camorra para desencadenar el salvaje ataque que incendió y destruyó los cinco campamentos de Ponticelli (Nápoles), donde vivían 500 gitanos.

"Los gitanos comunitarios tienen que respetar las reglas impuestas por Europa: fuentes de renta lícita y residencia", añadió Mantovano, miembro de Alianza Nacional y secretario de Estado de Inmigración en el último Gobierno Berlusconi. "Los gitanos que no respeten esas reglas serán expulsados. Para afrontar ese problema, el Gobierno ha decidido nombrar los tres delegados especiales", concluyó.

Los prefectos de Roma, Carlo Mosca; de Milán, Gian Valerio Lombardi, y de Nápoles, Alessandro Pansa, deberán adoptar, dice la ordenanza, "toda medida útil y necesaria para la superación de la emergencia gitana" en las regiones del Lazio, Lombardía y Campania. Las acciones a tomar son "el control y censo de todos los gitanos" que viven en los campamentos, y "la adopción, en colaboración con las fuerzas policiales, de las medidas necesarias" frente a aquellos ciudadanos "que puedan ser objeto de actuaciones administrativas o judiciales de alejamiento o expulsión".

Los prefectos podrán "desmantelar campamentos ilegales, cambiarlos de lugar", "tomar medidas para la evacuación y recuperación de las áreas ocupadas por los asentamientos", y adoptar "medidas para la integración de los gitanos, la escolarización de los menores y la garantía sanitaria".

[Por otra parte, un empresario de recogida de basuras que informaba a la policía sobre los negocios de la mafia en el sector fue asesinado ayer cerca de Nápoles].

Dos niños en un campamento gitano en Cosilino, a las afueras de Roma.
Dos niños en un campamento gitano en Cosilino, a las afueras de Roma.CARLES RIBAS

Las regiones del sur pagan la rebaja fiscal de Berlusconi

Durante la campaña, Silvio Berlusconi prometió bajar los impuestos, "como Ronald Reagan", para aliviar la situación de las familias. Ha cumplido la promesa: queda abolido el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) sobre la primera casa y se reducen las tasas que gravan las horas extraordinarias en la empresa privada. Pero el Estado tiene una deuda del 104% y no puede reducir ingresos.

El ministro de Economía, Giulio Tremonti, inventor de las llamadas "finanzas creativas", tenía la solución: cancelar 70 partidas de gasto, entre ellas infraestructuras clave para el sur del país, sobre todo Sicilia y Calabria; los fondos de ayuda a mujeres maltratadas, y el programa para la integración de inmigrantes.

En las dos orillas del Estrecho de Messina, donde Berlusconi había prometido construir el puente que iba a unir la isla y el continente, la indignación es absoluta. Las autoridades de Calabria han definido la decisión, que cancelará 1.400 millones de euros previstos para construir carreteras y puertos en la región, como "un robo, un soborno pagado a la Liga de Umberto Bossi".

Los sicilianos, fieles votantes de Il Cavaliere, perderán las obras de los metros de Palermo, Catania y Messina, varias carreteras y algunos puertos. Según el Movimento per l'Autonomia, socio electoral de Berlusconi, la decisión "viola el pacto de Gobierno que tenía como prioridad el relanzamiento del sur" del país.

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