Arabia Saudí sube el salario de los funcionarios un 15%
El rey Abdalá vuelve tras meses de tratamiento en el exterior
El rey Abdalá regresó ayer a Arabia Saudí después de tres meses de tratamiento médico. Antes de que su avión aterrizara en Riad, la televisión estatal anunció una serie de medidas económicas y sociales entre las que destacan una subida del 15% del sueldo de los empleados públicos, un aumento del presupuesto de la seguridad social y una importante partida para ayudas a la vivienda. Las medidas parecen destinadas a evitar que el mayor productor del mundo se vea contagiado por las revueltas que sufren algunos de sus vecinos, pero no incluyen concesiones políticas.
Cientos de hombres vestidos con la tradicional túnica blanca de la península arábiga recibieron al monarca con una danza beduina de espadas, en el aeropuerto de Riad. Abdalá, de 86 años, viajó a Estados Unidos el pasado noviembre para someterse a una intervención de hernia de disco. Las últimas cuatro semanas las ha pasado recuperándose en su finca marroquí de Buskura, a las afueras de Casablanca.
En ese intervalo de tiempo, una ola de protestas ha sacudido el mundo árabe: dos consolidados autócratas, el tunecino Zine el Abidine Ben Ali y el egipcio Hosni Mubarak, han perdido el poder; y varios más se encuentran en la cuerda floja ante poblaciones que se quejan de falta de libertades, pobreza y corrupción. Aunque el nivel económico de los saudíes es más alto que el de sus vecinos, el país afronta un grave problema de desempleo juvenil y de vivienda. El boom petrolero de los años setenta del siglo pasado alentó una explosión demográfica que ha elevado la población hasta cerca de los 20 millones.
Los 10 decretos anunciados incluyen incrementos salariales para hacer frente a la inflación, subsidios de paro para los jóvenes, más fondos para educación y un importante desembolso de 40.000 millones de riales (7.755 millones de euros) para facilitar el acceso a la vivienda y cancelaciones de hipotecas. En total, los observadores estiman un desembolso de entre 100.000 y 140.000 millones de riales, que se sumará a los 580.000 millones presupuestados para este año.
"Tienen el dinero para ello y la astucia para darse cuenta de las consecuencias de no hacerlo", estima una fuente diplomática. Sin embargo, el rey no ha anunciado ninguna reforma política. El país carece de Parlamento y de Constitución.
"Queremos derechos, no regalos", reaccionaron algunos jóvenes saudíes en Twitter. Aunque hasta ahora no han salido a la calle, el efecto de lo que sucede a su alrededor está animando en Internet un debate hasta ahora soterrado. Cientos de saudíes han respaldado una campaña de Facebook que convoca un Día de la Ira el próximo 11 de marzo para pedir un Gobierno elegido, más libertades para las mujeres y la liberación de los presos políticos.
Significativamente, entre quienes acudieron a recibir al monarca saudí se encontraba el rey Hamad de Bahréin, quien afronta una contestación interna alentada por la discriminación que sufre la comunidad chií.
El rey Abdalá, que ya ha perdido con la salida de Hosni Mubarak a su principal aliado frente al ascenso regional de Irán, teme que las protestas de los bahreiníes se trasladen a los chiíes saudíes.
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