El desalojo de Sol reaviva la protesta del 15-M
Cientos de indignados marchan por el centro de la capital tras el bloqueo policial de la plaza - La expulsión fue acordada por Interior y el Ayuntamiento de Madrid
Al alba, con la ciudad a medio gas -pero llena de turistas- por el inicio de las vacaciones de agosto y a dos semanas de la visita del Papa, un batallón de policías del Ministerio del Interior y del Ayuntamiento de Madrid desalojaron ayer al alimón a los últimos 20 acampados de la Puerta del Sol, que decían sostener el testigo del Movimiento 15-M aunque el grueso de ese grupo abandonó la acampada en junio. Horas después, para evitar nuevas concentraciones, la Delegación del Gobierno ordenó cortar totalmente el acceso a la plaza madrileña, cerró la estación de metro y cercanías -una decisión, esta última, insólita desde que nació el 15-M- y prohibió la entrada a periodistas y viandantes, indignados o no.
Pero, apenas recuperada la plaza por los agentes, las redes sociales empezaron a llenarse de mensajes que invitaban a darse un "paseo" por Sol para protestar contra el desalojo. Los policías continuaron desplegados en la plaza y sus alrededores durante todo el día.
Las medidas de control reavivaron el movimiento y dieron alas a los manifestantes, que decidieron diversificar las protestas. Mientras unos se mantenían frente al cordón policial, miles de personas marcharon por el centro de Madrid para regresar de nuevo a las inmediaciones del kilómetro cero al grito de "Esto es lo que pasa por echarnos de la plaza". Algunos concentrados gritaban a los antidisturbios parapetados en Sol: "¡Suelten las armas, están rodeados!".
El incidente más relevante se produjo en la calle de la Montera, después de que se acordonase la Puerta del Sol. La policía desalojó a un grupo de 30 personas que hacía una sentada y los sacó del interior del cordón. Las medidas de presión fueron en aumento y los agentes activaron una doble barrera en toda la plaza. Las Fuerzas de Seguridad no dejaban entrar a nadie y se podían contar 50 furgones desplegados por los accesos y la zona central de la céntrica plaza madrileña.
Hacia las once de la noche, se volvieron a registrar algunos momentos de gran tensión, coincidiendo con el regreso de los manifestantes al kilómetro cero. La policía cargó contra algunos manifestantes que querían acceder a la plaza desde una de las calles.
Mientras, los indignados de Barcelona no se quedaron de brazos cruzados. Tras los desalojos de Madrid, decidieron concentrarse en la plaza de Catalunya, donde pretendían pasar la noche, en protesta por la actuación de las Fuerzas de Seguridad. También en Valencia, otro grupo, se reunió en la plaza del Ayuntamiento con el mismo propósito.
El desalojo y cerco de Sol puso fin a 79 días de acampada en el corazón de Madrid, una protesta ciudadana pacífica que surgió el pasado 15 de mayo en plena campaña electoral de las municipales y que se extendió por toda España. Según la policía, los últimos de Sol eran en su mayoría indigentes y la protesta había degenerado en una ocupación de la vía pública sin más trasfondo.
Esa situación se vivía desde el 12 de junio, cuando el núcleo del colectivo -en Sol llegaron a concentrarse 25.000 personas en los días más vibrantes de mayo- decidió poner fin a la acampada y continuar las protestas con iniciativas nuevas en barrios y ciudades, desmarcándose de los que optaron por quedarse.
Gobierno y Ayuntamiento han esperado al 2 de agosto para desalojarlos. Con ellos se va también el punto de información que el 15-M había dejado en la plaza. En la misma operación fueron expulsadas las 50 personas que acamparon hace una semana en el paseo del Prado.
"Despertaos. Tenéis cinco segundos para recogerlo todo". A las 6.15, un dispositivo de 300 agentes -200 del Cuerpo Nacional de Policía y un centenar de Policía Municipal- se desplegó por Sol y el paseo del Prado. La decisión de intervenir finalmente la habían tomado la víspera "de común acuerdo" el equipo del ministro del Interior, Antonio Camacho, y el del alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, según fuentes de ambos Gobiernos. Las dos Administraciones (central y municipal) tienen competencias para desalojar, y podían haberlo hecho desde un primer momento: la Policía Nacional, porque se trataba de una concentración no autorizada de más de 19 personas (el mínimo que exige la ley); la Policía Municipal, porque los acampados estaban ocupando una vía pública sin los permisos oportunos. Al final acordaron hacerlo de forma conjunta.
"Lo hemos hecho de una forma muy prudente y proporcionada, no queríamos generar un mal mayor. La operación ha salido muy bien y no se han producido altercados, que era lo que buscábamos", destacaron fuentes de la Delegación del Gobierno. "La verdad es que los chavales no han opuesto ninguna resistencia. Estaban muy cansados y algunos casi daban gracias de que los desalojáramos. Es muy duro pasar tanto tiempo en estas condiciones", señaló un mando policial.
Algunos concentrados no lo vivieron tan plácidamente: aseguran que no les dejaron llevarse sus enseres y que en la operación fue destruida una exposición con un centenar de fotos y seis lienzos que iban a ser trasladados en breve a un centro okupado. "Nos íbamos a llevar la enfermería y la cocina hoy mismo, no nos han dado tiempo. Han entrado con las máquinas y nos han tirado todo lo que había", protestaba Juan.
Los policías tomaron los datos a todos los desalojados para remitirlos al juez, en caso de que este los pida, o a la Delegación del Gobierno por si decide denunciarlos. Después, trabajadores del Servicio de Limpieza Urgente del Ayuntamiento dejaron la zona impoluta en cuestión de tres horas (se recogieron más de 25 toneladas de residuos). La Puerta del Sol retomaba así después de tres meses su aspecto original, que un fuerte despliegue policial trató de mantener durante todo el día.
Los lemas y las propuestas
- "¡No nos representan!". Los indignados reclaman el control del absentismo de los políticos, la supresión de sus privilegios en las pensiones, la eliminación de su inmunidad, que los delitos de corrupción no prescriban, la publicación obligatoria de su patrimonio y la reducción de los cargos de libre designación.
- "¡Estas son las llaves de la casa de mi padre!". El Movimiento 15-M reclama la expropiación de las viviendas no ocupadas y alquilarlas en un régimen protegido. Exige ayudas al alquiler para jóvenes y personas sin recursos y que se permita la dación en pago de las viviendas para cancelar las hipotecas.
- "¡Los banqueros, usureros!". Piden la prohibición del rescate a los bancos. Que quiebren o se nacionalicen los que estén en dificultades. Elevación de impuestos a la banca por su mala gestión de la crisis. Sanciones a la especulación. Devolución de todo el capital público aportado.
- "Lo llaman democracia y no lo es". Reforma de la Ley Electoral para adoptar un sistema más proporcional. Referendos para cuestiones de gran calado. Mecanismos que garanticen la democracia interna en los partidos políticos.
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