Rajoy defiende que el déficit público sea prohibido por ley

El líder del PP, Mariano Rajoy, abogó ayer por reformar la Ley de Estabilidad Presupuestaria para que se "prohíba el déficit", como en su opinión ya hacen algunos países de la UE. Así, las Administraciones públicas deberían tener "techos de gasto y de endeudamiento" que impidieran el desequilibrio presupuestario. Esta es una de sus propuestas para "generar confianza", clave para salir de la crisis, según dijo en el Congreso de la Empresa Familiar, celebrado en la sede del Gobierno autónomo de Madrid. Horas después añadía: "Convocar elecciones anticipadas daría mucha más confianza para la economía española que la situación en la que estamos en estos momentos".

En la presentación de un libro, el presidente del PP aseguró que, de no haber sido por la abstención de CiU en la votación parlamentaria del plan de recortes del Gobierno, solo habría habido dos salidas: elecciones anticipadas o moción de confianza. Cualquiera de las dos hubiera sido "mejor alternativa" que la situación actual, según informa Europa Press. Deslizó así una crítica velada al partido catalán, cuestionando su "sentido de Estado". Según Rajoy, que no mencionó concretamente a CiU, "lo que quieren es que no coincidan unas elecciones con otras", en referencia a los comicios catalanes previstos para antes de que acabe el año. "Al menos yo actúo pensando en el interés general", añadió.

Meteduras de pata

En el primer acto estuvo presente la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, que no puedo evitar dar cabezadas durante la intervención de Rajoy, de unos 20 minutos. Tuvo además un nuevo desliz ante los micrófonos, pues, sin advertir que estaban abiertos, se jactó ante el líder popular: "Hoy he dicho barbaridades". Se refería a su intervención de la mañana, al abrir el congreso, cuando criticó al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. "He dicho que una reforma light no vale", aseguró. A esto hay que sumar la interrupción del discurso de Antonio Garrigues Walker en el momento en el que iba a entrar Rajoy, que se demoró diez minutos.