Matas intenta anular las escuchas de sus conversaciones con los abogados
El ex ministro quería que el fiscal jefe de Baleares le ayudara en su interrogatorio
El ex presidente de Baleares Jaume Matas, imputado por nueve presuntos delitos de corrupción, declaró ayer durante más de seis horas ante el juez que instruye el caso Palma Arena -presunta financiación ilegal de la campaña del PP con Matas de candidato en 2007-, pero se negó a responder a todas las preguntas basadas en las conversaciones telefónicas que mantuvo con sus abogados, que fueron pinchadas por la policía y que figuraban en una pieza secreta. Matas continuará hoy declarando sobre el caso Palma Arena, además del piso-palacete de Palma.
El ex presidente y ex ministro de Medio Ambiente y su abogado se aferran a la decisión adoptada por la Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que ha anulado del sumario del caso Gürtel -la trama de corrupción masiva vinculada al PP- el grueso de las conversaciones grabadas en la cárcel entre los tres cabecillas de la trama y sus abogados.
"Todas esas conversaciones deben ser expulsadas de la causa, están invalidadas", reclamó el letrado de Matas, Rafael Perera. En las cintas hay tres meses de grabaciones a cuatro imputados en la causa.
En ellas figura el intento de Matas de lograr que el fiscal superior de Baleares, Tomeu Barceló, actuara en su interrogatorio judicial e impusiera su jerarquía directa ante los fiscales anticorrupción Juan Carrau y Pedro Horrach, que le investigan desde hace más de un año.
"Lo ignoro", contestó lacónicamente sobre esta maniobra el abogado del ex político. Fuentes judiciales y de la investigación confirmaron la existencia de una grabación donde consta esta acción concreta: "El fiscal jefe Barceló le dijo, educadamente, que no podía". Barceló, persona de la máxima confianza de Matas, a quien se alude en las charlas pinchadas por la policía como "el importante de la plaza de los Patines [sede de la Fiscalía en Palma]", bloqueó en junio de 2009 una denuncia penal por cohecho impropio contra el ex presidente que habían redactado los fiscales Horrach y Carrau.
En el caso Palma Arena se indagan un presunto caso de prevaricación y malversación de caudales y un episodio de financiación ilegal del PP en la campaña electoral de 2007. Unos veinte cargos del partido están implicados.
Rafael Perera, que actúa conjuntamente con el penalista de Madrid Manuel Ollé en la defensa de Matas y de sus familiares imputados, anunció un futuro recurso para lograr la nulidad parcial de las intervenciones telefónicas, que cogieron por sorpresa a los imputados y a sus defensores.
"He comprobado que hay llamadas telefónicas hechas desde mi despacho, a mi despacho, desde mi móvil y a mi móvil durante todo este tiempo", dijo Perera, que considera vulnerado su derecho de defensa y las comunicaciones con su cliente, que deben ser, dijo, "en absoluta libertad, discreción e intimidad".
"Existen indicios comprometedores en muchísimas llamadas captadas a Matas, su esposa, Maite Areal, su cuñado Fernando Areal", aseguraron las personas que conocen el contenido de las casi 260 páginas de las transcripciones, no divulgadas.
"Entre ellos hablaban sobre cómo pretendían disfrazar, a toro pasado, el origen de los cientos de miles de euros que manejaron", agregaron las mismas fuentes. La familia Matas trataba de rehacer la contabilidad financiera, hacer aflorar el uso de pagos inmobiliarios de dinero no declarado como ahorros de toda la vida de la esposa, Maite Areal, añaden las mismas fuentes.
La presión de Matas
- En las conversaciones grabadas a Jaume Matas con su abogado, el ex presidente dice por teléfono que ha hablado con fiscal jefe Tomeu Barceló y que le ha pedido que esté presente en la declaración. Es el abogado, Rafael Perera, quien le "ordena" que le llame. Hablan en clave del "importante de la plaza de los Patines" (sede de la Fiscalía en Palma). El ex ministro quse queja todavía de que no está terminado el informe económico que justifica el patrimonio de Matas y le dice que presione. Perera se queja: "He hablado con tu amigo [el fiscal jefe] y nada. Humillante, excusas burdas, que las medidas cautelares las va a tener que aprobar Madrid. Le he dicho: 'A mí no me cuentes historias".
- En otra conversación, Maite Areal y el abogado hablan del pago de una señal de 100.000 euros por un piso de Madrid, pero dicen que es de un testarferro, no suyo: "Nos tendremos que ir acostumbrando a decirlo así", se conjuran.
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