España aclarará a Rabat dentro de una semana los incidentes de Melilla
Numerosos melillenses cruzaron ayer la frontera hacia las playas de Marruecos
Dentro de ocho días, el 23 de agosto, Marruecos recibirá no las "respuestas precisas", sino la "información" que le ofreció esta semana el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
Será el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, el encargado de trasladar a su nuevo homólogo marroquí, Taieb Cherkaoui, un jurista reputado, esa información sobre los incidentes de la frontera de Melilla que dieron pie a cinco comunicados de protesta de Rabat .
Pérez Rubalcaba rematará así la labor emprendida por el rey don Juan Carlos el miércoles. Llamó al rey Mohamed VI para tratar de superar la tensión diplomática en auge con Marruecos desde mediados de julio.
Ambos ministerios de Interior anunciaron ayer que la visita de Rubalcaba servirá para analizar "cuestiones como la cooperación policial, contra la inmigración ilegal (...)", pero no mencionaron los problemas surgidos en Melilla.
La información que pueda proporcionar Rubalcaba a su anfitrión no reviste gran importancia. "Lo que de verdad interesa a los marroquíes es demostrar públicamente, con la escenificación de la visita del ministro español, que sus requerimientos son atendidos por España", señala un diplomático acreditado en Rabat.
Rubalcaba, de 59 años, no conoce a Cherkaoui, de 61 años, que lleva ocho meses en el cargo. La última vez que se reunió con su homólogo marroquí fue con su predecesor, Chakib Benmoussa, el 27 de enero de 2009 en Madrid.
La delegación que acompañó a Benmoussa incluía al general Hosni Bensliman, de 75 años, que manda la Gendarmería Real. Está reclamado por el juez instructor francés Patrick Ramaël, que investiga el secuestro y asesinato, en París en 1965, del opositor marroquí Mehdi Ben Barka. Ramaël indagó después sobre las circunstancias en las que el general había viajado a Madrid.
En aquella reunión ministerial ya se habló de los problemas fronterizos porque los incidentes eran ya frecuentes y se reanudaron cuatro días después, el 31 de enero, con el apedreamiento de la policía española por jóvenes. La frontera fue brevemente cerrada.
"Pasan 30.000 personas al día por Beni Enzar", la frontera internacional de Melilla, recuerda Julián Millán, secretario general local del Sindicato Unificado de Policía. "Eso requiere, para que todos estemos tranquilos, tener cabinas de control en condiciones con medios informáticos, que el número de efectivos sea el adecuado para que los carriles de entrada y salida puedan estar a pleno rendimiento (...)".
Ayer, por segundo día consecutivo tras el boicoteo comercial del jueves, hubo normalidad en las fronteras de Melilla. Fueron sobre todo los melillenses los que hicieron cola para pasar a Marruecos y disfrutar de sus playas durante el fin de semana.
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