CiU barre en Cataluña
La izquierda se hunde y el actual pacto del tripartito (PSC, ERC e ICV) solo suma 49 diputados sobre 135 - Los nacionalistas rozan la mayoría absoluta
El cambio de Gobierno está en marcha en Cataluña con una Convergència i Unió (CiU) disparada en intención de voto, un Partit dels Socialistes (PSC) en claro retroceso por la crisis y una Esquerra Republicana (ERC) hundida por la pésima digestión de sus batallas internas.
Artur Mas, líder de CiU, ganará las elecciones de la próxima semana con una autoridad que ni Jordi Pujol en sus mejores años logró cosechar: 64 o 65 diputados frente a 30 del PSC.
Estos resultados, y una creciente fragmentación del arco parlamentario, son resultado de una gran desmovilización del electorado de izquierdas, que puede dejar la participación en solo un 50% o 52%.
La encuesta de Metroscopia para EL PAÍS vaticina que CiU podrá gobernar en solitario, al quedarse al borde de la mayoría absoluta, que en el Parlamento autónomo se sitúa en 68 diputados. El sondeo se realizó telefónicamente mediante 1.508 entrevistas repartidas proporcionalmente por las cuatro provincias catalanas entre el 16 y el 17 de noviembre. Su margen de error es del 2,8%.
La encuesta augura una hecatombe a ERC, que pasa de 21 a nueve escaños
Ciutadans y el partido de Laporta se benefician de la baja participación
Lo que deja claro es que, a una semana de los comicios, no hay un solo indicador que se le resista a Mas, quien sin embargo no deja de llamar a los suyos a la movilización máxima para evitar que el balón se desinfle en la recta final, como ya le ocurrió hace cuatro años.
El Partido Popular (PP) no paga su política de oposición al mayor autogobierno en Cataluña, y puede mantener sus 14 diputados actuales. Sí sale muy beneficiado Ciutadans, que basa todo su discurso en la supuesta marginación del castellano: sube de tres diputados a seis o siete, un resultado que dependerá siempre del cumplimiento de las previsiones de baja participación. Algo parecido le ocurre a Solidaritat, el partido del ex presidente del Barça Joan Laporta, que lograría hasta tres escaños si la abstención es alta.
El tripartito de la izquierda (PSC, ERC e ICV), que ha gobernado los siete últimos años, no tiene ninguna posibilidad de sumar mayoría absoluta. Los socialistas pierden siete de sus 37 diputados. ERC baja de 21 a tan solo 8 o 9. Únicamente Iniciativa-Esquerra Unida aguanta un poco el golpe, con un retroceso de dos diputados sobre los 12 actuales.
La encuesta no difiere sustancialmente de la publicada por EL PAÍS en octubre. CiU incrementa ahora su grado de apoyo y gana tres o cuatro escaños respecto a la anterior estimación. Los socialistas suben ligeramente al ganar dos escaños. Ambas remontadas son a costa de ERC, que sigue en caída libre desde los 12 escaños que se le atribuían en septiembre. El PP se desinfla con la pérdida de dos escaños. Iniciativa se mantiene.
El fuerte rechazo que la política sigue generando en buena parte del electorado hace que el volumen de ciudadanos que se inclinan por opciones políticas extraparlamentarias o por el voto en blanco sea muy elevado (9,1%). Esta variable es la que puede llevar a sorpresas en la noche electoral. De momento, en esta categoría política solo parece tener garantizado el acceso al Parlamento el partido de Laporta, pero en provincias como Girona también podría tener entrada la escisión de ERC, Reagrupament, liderada por el ex consejero Joan Carretero.
El del próximo domingo es el tercer intento de Artur Mas de alcanzar la Generalitat . Y, a diferencia de las dos últimas ocasiones, cuando la izquierda logró movilizar a los suyos azuzando el miedo a un pacto CiU-PP, Mas espera imponerse con autoridad. Y doblando ampliamente el número de escaños que la encuesta vaticina para el PSC. Es algo que ni Jordi Pujol logró cuando gobernaba cómodamente con mayoría absoluta en los años ochenta. Además, el ascenso de CiU es generalizado en todas las provincias, tanto las más urbanas como las más rurales.
Los nacionalistas también se benefician de un estado de opinión generalizado que da por hecha su victoria. Y ya no es solo que una amplia mayoría de ciudadanos (77%) esté convencida de que CiU ganará el próximo domingo, sino que uno de cada dos lo prefiere, frente a un 27% al que le gustaría que ganase el PSC.
Pese a que Mas lo puede tener relativamente fácil para gobernar en solitario, la encuesta vuelve a revelar que un pacto de nacionalistas y socialistas sería el preferido de los ciudadanos. Lo pide el 23% del total de encuestados, frente a un 15% que vería con buenos ojos un acuerdo con ERC y un 14% que optaría por un pacto CiU-PP.
Lo que más inquieta en las filas de la izquierda es que cualquiera de estas opciones, incluso el tantas veces denostado pacto de nacionalistas y populares, suma más adeptos que la reedición del tripartito. Solo un 11% de los ciudadanos lo ve como una buena opción.
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