Los líderes de la UE, atascados y divididos
Reino Unido y sus aliados logran que se convoque otra cumbre para no quedar descolgados - Merkel descarta que el BCE refuerce el fondo de rescate
La Unión Europea sigue estancada en la búsqueda de soluciones a pesar de las dos largas reuniones de ayer (el Consejo Europeo primero y la cumbre del euro después) y las ministeriales del viernes y sábado. Todos los asuntos en litigio siguen abiertos: recapitalización de la banca, refuerzo del fondo de rescate, incremento de las pérdidas de los bancos en el segundo rescate de Grecia y gobernanza económica. Ahora se espera un acuerdo "amplio" para el miércoles, con lo que Europa vuelve a retrasar su respuesta a la crisis. El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, y el de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, dijeron a última hora del día que confiaban en que el miércoles habría un acuerdo sobre todos los temas que están abiertos, aunque no dieron ningún detalle.
Sarkozy a Cameron: "Estamos hartos de que digas lo que tenemos que hacer"
Todo sigue abierto: recapitalización de la banca y fondo de rescate
Van Rompuy dijo que la reforma de la UE "será limitada"
El Reino Unido quiere aprovechar los cambios para influir
Además, la discusión ha hecho estallar tensiones entre los países del euro y el resto de socios de la UE. El Reino Unido y sus aliados (Suecia, Polonia y la República Checa, principalmente) no quieren quedarse descolgados de las medidas que adopten los países de la zona euro para afrontar la crisis. Los cuatro países lograron ayer que el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, convocara para el próximo miércoles un nuevo Consejo Europeo de los Veintisiete, solo unas horas antes de la cumbre del euro prevista para el mismo día.
Van Rompuy, que ayer fue nombrado formalmente presidente de las cumbres de los jefes de Estado y de Gobierno de la zona euro, como la celebrada ayer por la tarde, aseguró que era "plenamente consciente de todas las sensibilidades en las relaciones" entre los Veintisiete Estados miembros de la UE y los 17 del euro. En este sentido, expresó su "intención de mantener un intercambio de puntos de vista si es posible antes de cada cumbre del euro".
El primer ministro británico, David Cameron, aseguró que "al Reino Unido le interesa tener una zona euro fuerte y saludable ya que la crisis afecta también a la economía británica".
Sin embargo, el debate subió de tono en otro momento y provocó el enfado de Sarkozy: "Estamos hartos de que nos digáis lo que tenemos que hacer", le espetó a Cameron después de que el dirigente francés intentara sin éxito excluir al británico y al resto de los países no miembros del euro de la cumbre del miércoles. "Estar en la zona euro no es un derecho, es una obligación. Vosotros habéis dicho que odiáis al euro y no queréis uniros (a la moneda única), pero ahora queréis interferir en nuestros encuentros", continuó Sarkozy, según fuentes diplomáticas. Su homólogo Fredrik Reinfeldt, abogó por que se trate entre toda la UE los asuntos específicos de la zona euro puesto que sus decisiones "pueden interferir las estructuras de los Veintisiete".
El secretario de Estado para la UE, Diego López Garrido, defendió por su parte que "los avances de los países del euro no pueden estar sometidos a posibles vetos de otros países que no pertenecen a la moneda única".
El presidente del Consejo Europeo señaló al final de la primera reunión que los debates se habían centrado en "el crecimiento económico y los urgentes asuntos relacionados con los bancos". En su opinión, "los desafíos son graves: presiones sobre los bancos y la deuda soberana, reducción del crecimiento y más desempleo".
El estancamiento económico, los malos resultados de las políticas de austeridad en Grecia y las perspectivas de recesión en general están forzando un cambio de la línea política de los mandatarios de la UE. En este sentido, Barroso, manifestó: "Necesitamos, por supuesto consolidación fiscal, pero sin crecimiento los ciudadanos no confiarán en su futuro ni en el de la economía de la UE". Respecto a los estudios que abordan la sostenibilidad de la deuda de Grecia, Barroso apuntó que existe acuerdo entre el FMI, el BCE y la Comisión Europea.
Sobre el refuerzo del fondo de rescate, el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, (FEEF), para multiplicar la efectividad de sus fondos de 440.000 millones, Sarkozy dijo que se perfilaba "un acuerdo amplio". Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, dijo que "los ministros de Finanzas habían considerado dos modelos, ninguno de los cuales tenía en cuenta la participación del Banco Central Europeo (BCE), pues los Tratados no lo permiten". Se había manejado la posibilidad de que el fondo pidiera dinero prestado al BCE usando como garantía los propios bonos soberanos que adquiriese. Van Rompuy matizó a Merkel. "Decir que el BCE no estará implicado en el Fondo es ir demasiado lejos".
Precisamente en relación con los Tratados, los Veintisiete estuvieron de acuerdo en que el reforzamiento de la convergencia económica, la mejora de la disciplina fiscal y la profundización de la unión económica requieren cambios en el Tratado de Lisboa. Van Rompuy precisó que serán "reformas limitadas, no un cambio general en la arquitectura del Tratado de Lisboa". En atención a los recelos de los Diez, ayer quedó claro que "cualquier cambio del Tratado será decidido por los Veintisiete", como señaló Van Rompuy. Los líderes europeos volverán sobre el asunto en diciembre.
La reforma del Tratado ha sido vista como una gran oportunidad para el Reino Unido, en plena euforia de distanciamiento de la UE. David Cameron recordó que los cambios en los Tratados deben aprobarse por unanimidad, lo que consideró una "oportunidad para el Reino Unido de avanzar en el propio interés".
Alemania, por su parte, quiere que el procedimiento de reforma esté concluido en un año, según dijo el ministro de Exteriores Guido Westerwelle. Fuentes alemanas indicaron que Berlín tiene muy bien definidas las reformas que persigue. Existe especial interés en modificar el artículo 126 relativo a las sanciones por déficit excesivo.
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