El Gobierno suizo vende su participación en UBS
La Confederación invirtió 4.000 millones de euros en el banco helvético para evitar la quiebra
El Gobierno suizo venderá, con efecto inmediato, su participación de 6.000 millones de francos (unos 4.000 millones de euros) en el UBS, horas después de firmarse el acuerdo extrajudicial con EEUU por el que la entidad bancaria entregará cerca de 5.000 nombres de clientes al fisco estadounidense.
El anuncio del ejecutivo helvético fue colgado en la página web oficial esta noche, y en él afirma que con esa transacción "la Confederación recupera íntegramente su inversión inicial en UBS realizando, además, un beneficio adecuado".
Las acciones del Gobierno suizo en UBS provienen del préstamo obligatorio convertible suscrito por la Confederación Helvética para salvar al gigante bancario el pasado otoño, cuando se vio afectado de lleno por su fuerte exposición a las hipotecas subprime de EEUU.
El anuncio de la venta de estas acciones -una operación que concluirá hacia este mediodía- viene acompañado hoy por el análisis de un acuerdo que, si bien fue juzgado ayer como satisfactorio por el Gobierno y UBS, constituye para muchos una traición más al secreto bancario suizo.
La prensa suiza coincide en que con el pacto extrajudicial, Suiza ha salvado lo esencial, UBS no deberá pagar una multa millonaria por ayudar a sus clientes estadounidenses a defraudar, los procedimientos suizos en base a la Convención de doble imposición serán respetados y los contribuyentes afectados por este proceso tendrán derecho a recurrir.
Pero, como señalan los comentaristas, Suiza ha debido consentir una cláusula por la que se compromete a colaborar en casos similares que afecten a otros bancos suizos, y UBS se compromete, por su parte, a entregar los datos de hasta 10.000 clientes más en una segunda etapa.
"La mayoría de los 4.450 clientes de UBS que deben entregar sus datos a las autoridades estadounidenses irán a la cárcel", no duda en afirmar el abogado ginebrino Charles Poncet, un buen conocedor de la justicia de EEUU.
Otros juristas en Suiza temen que el primer procedimiento administrativo por el que el país se compromete a entregar en el plazo de un año los datos de los 4.450 clientes sea un precedente nefasto que abra la puerta a las temidas "expediciones de pesca", la caza de los infractores fiscales.
Hasta el momento se desconocen los criterios por los que serán escogidos las primeros clientes que deberán "voluntariamente" presentarse al fisco de EEUU, tal como les ha animado UBS, para beneficiarse de multas o castigos menos severos que los que la IRS (autoridad fiscal estadounidense) podría imponer si es ella quien les descubre.
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