EE UU acusa a Goldman de fraude por las 'subprime'
El banco permitió que un especulador se lucrase con un producto que él mismo creó para los clientes de la entidad
Una nueva bomba cayó ayer sobre Wall Street. Goldman Sachs, el banco de inversión más importante, fue acusado de fraude por la Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos (la SEC, por sus siglas en inglés). La acusación se debe a las operaciones que realizó con deuda estructurada vinculada a hipotecas basura, los créditos tóxicos que están en el epicentro del terremoto financiero que dio lugar a la crisis económica.
La SEC presentó una demanda civil en Nueva York en la que acusa a la entidad de "distorsión y ocultación grave" a sus clientes sobre un complejo producto para el que contrató, a espaldas de ellos, al fondo Paulson & Co, del financiero John Paulson.
El regulador coloca en el centro del fraude a Fabrice Tourre, vicepresidente de Goldman, y señala también a Paulson, aunque éste no está acusado. Goldman creó y vendió este producto en un momento en el que el sector inmobiliario comenzaba a derrumbarse, a mediados de 2007. El brazo financiero de Paulson, según la SEC, colaboró de una manera activa en la elección, estructuración y venta de esos productos. Para rizar el rizo, Paulson a la vez apostaba a la baja contra los productos que elegía y ganó una fortuna, también a espaldas de los clientes de Goldman. "Esto es surrealista", admitía el propio Tourre en un mensaje enviado a un compañero durante una de las reuniones preparatorias.
Paulson apostaba a la baja contra las inversiones que había ideado
Según Robert Khyzami, director de investigación de la SEC, Paulson, uno de los mayores fondos especulativos del mundo, pagó 15 millones de dólares (11 millones de euros) a Goldman para poder "tomar posiciones en contra de los activos que él mismo había seleccionado, en la creencia de que, como ocurrió, esos activos tendrían problemas". El producto, explicó el investigador, "podría ser muy bueno y complejo, pero el engaño y el conflicto de intereses era antiguo y simple".
Goldman Sachs estaba obligado a comunicar a los inversores que existía esta especie de matrimonio con el hedge fund de John Paulson, y a dar detalles sobre la manera en la que estaba participando en el diseño de esos productos. Por el contrario, como añadió Khyzami, "se dijo a los clientes que esas carteras de inversión apoyadas en hipotecas fueron seleccionadas por una firma independiente".
A través de este fraude, el regulador bursátil calcula que los inversores de Goldman Sachs perdieron en torno a 740 millones de euros. Es la cantidad que se embolsó el fondo de Paulson con sus apuestas a la baja. "Esto es una ruptura total de la confianza del inversor", decían ayer los observadores en Wall Street al conocer los detalles del fraude.
Phil Angelides, presidente de la comisión que investiga las causas que llevaron a la mayor crisis financiera desde la Gran Depresión, ya le dio el primer puñetazo a Goldman Sachs hace unas semanas, al decir a su consejero delegado Lloyfs Blankfein que la entidad actuó como un concesionario que vendía coches sin frenos a sus clientes, sin avisarles del peligro.
El gran temor en Wall Street es que este tipo de fraude se haya replicado en otras entidades. Por eso mantenía los dedos cruzados: para que al final se trate de un hecho aislado y los reguladores no presenten cargos contra otros bancos. La firma, cuyos títulos llegaron a caer un 16% (al cierre de la sesión se dejaron un 12,79%), tiene previsto presentar resultados el 20 de abril.
La acción de la SEC forma parte de una investigación más amplia de los reguladores, que busca aclarar cómo la banca de inversión empaquetaba los activos hipotecarios. La demanda salta a la luz justo cuando el sector financiero parece haberse recuperado del derrumbe de Lehman Brothers y en plena negociación de la reforma financiera. Goldman dijo que defenderá su "reputación" y calificó los cargos de "completamente sin fundamento", tanto legal como fáctico.
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