El PP ya sabe de qué va el mercado

Las cosas pueden analizarse desde diferentes primas. Todo depende del color (político) con el que se miren. Para unos esta fue la primera semana del Gobierno socialista en funciones, para otros el estreno del nuevo presidente electo. El manual electoral, desempolvado cada cuatro años, tiene entre sus capítulos más manidos aquello de los 100 días de gracia para el nuevo Gobierno, periodo que la oposición concede al recién llegado al poder antes de poner en marcha la maquinaria de las críticas.

Los mercados, por supuesto, no conocen de ese fair play político, y menos en unas circunstancias como las actuales. Mariano Rajoy, consciente de la poca misericordia de aquellos que manejan el dinero, fue mucho más modesto en sus peticiones: reclamó "media hora" de gracia. Los inversores, tomando su palabra, no le concedieron ni un minuto más. El eslogan del PP en la campaña hablaba del "cambio". Sin embargo, pocas novedades se han producido en el mercado tras su arrolladora mayoría absoluta. La tónica de los últimos meses sigue para los activos españoles: volatilidad a raudales y caídas, fuertes caídas. Entre las filas populares se empieza a entonar ahora aquella frase que hace tan solo unos días se tildaba de excusa cuando la pronunciaban los socialistas: "¡Es que estamos en una crisis global!".

En este contexto de interinidad entre que llegan unos y se van los otros el Ibex 35 se dejó en cinco sesiones el 6,5% de su valor. En el año el selectivo acumula un batacazo del 21,25%. Si no hubiese sido por el rebote a última hora del viernes el índice se hubiera encaminado a nuevos mínimos anuales. El castigo se extendió a todos los valores. Solo Acerinox salvó la semana con una mínima revalorización del 0,44%. Los bancos sufrieron de nuevo la presión vendedora, pero también aquellas compañías de corte más cíclico e industrial como OHL, Sacyr, ArcelorMittal, ACS o Gamesa.

Diferentes agencias de calificación crediticia, bancos de inversión y prensa internacional piden a Rajoy que anuncie qué medidas de austeridad piensa adoptar para rebajar el déficit público. También le solicitan que dé el nombre del titular de la cartera de Economía. El líder del PP, fiel a su estilo, prefiere manejar sus propios tiempos. Aún no ha sido investido y tampoco quiere quemar antes de tiempo a su ministro de Finanzas en el caso de que lo tuviera ya elegido.

El lunes y martes pasado la prima de riesgo subió con fuerza para luego relajarse y terminar la semana en 443 puntos básicos, un nivel muy parecido al que tenía antes de los comicios. La contención del diferencial no fue, sin embargo, por una mejora en la percepción de la salud de la economía española sino que se debió a los primeros síntomas de desconfianza de los inversores respecto de la deuda pública alemana. Berlín, por primera vez en mucho tiempo, no logró cubrir una emisión.