Desconfíen de quienes sólo ofrecen respuestas

Plantearse preguntas es el primer signo de inteligencia

Ayuso votando este domingo para las elecciones municipales y autonómicas de 2023.Eduardo Parra (Europa Press)

Cada día, en redes, me saltan vídeos cortos de los mismos personajes Zeta (en el sentido generacional y en el sentido cinematográfico) pontificando sobre cosas que no conocen y sobre las que tampoco han leído. Los vídeos no los hacen en sus casas sino en platós de televisión. En los comentarios, aplausos y muchos “bien dicho, ya era hora”. Cada día lamento que siempre sienten cátedra pero que nunca hagan ninguna pregunta.

Cuando lean esto se sabrán los resultados de las elecciones municipales y los que no son de Mad...

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Cada día, en redes, me saltan vídeos cortos de los mismos personajes Zeta (en el sentido generacional y en el sentido cinematográfico) pontificando sobre cosas que no conocen y sobre las que tampoco han leído. Los vídeos no los hacen en sus casas sino en platós de televisión. En los comentarios, aplausos y muchos “bien dicho, ya era hora”. Cada día lamento que siempre sienten cátedra pero que nunca hagan ninguna pregunta.

Cuando lean esto se sabrán los resultados de las elecciones municipales y los que no son de Madrid dejarán de leer sobre Ayuso, y los que no somos de Valencia dejaremos de leer sobre una candidata que era desconocida hasta que un cómico hizo un desafortunado comentario sobre una campaña basada en condición sexual y discapacidad. Descansaremos (informativamente) un poquito y seguiremos tirando de un carro que pesa demasiado y del que no podemos tomar nada.

Al mismo tiempo seguirán las filípicas. Miren: he oído dos veces, en la semana pasada, que el problema de la inteligencia artificial es que no plantea preguntas, que sólo emite respuestas basadas en lo que hay en Internet. Y que la inteligencia comienza por plantearse preguntas (el perpetuo porqué de los niños pequeños). No creo que nadie haya sido mejor persona por leer, pero todos podemos ser mejores si nos hacemos preguntas. No seremos nuestra mejor versión (como dicen los entrenadores personales) pero sí seremos una versión más viva y más humana de las máquinas de producir y consumir en las que nos vamos convirtiendo. Desconfíen de los que parecen tener la respuesta a todo. Planteen sus propias preguntas y dense tiempo para contestarlas. Pero sobre todo huyan de cualquiera que se siente delante de una cámara o delante de una audiencia a explicarles cómo es el mundo y cómo tienen que entenderlo.

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