‘Todo va a ir bien’, una comedia en favor de la tolerancia

Hay series que son una estimulante ayuda para mejorar la convivencia humana. Es el caso de las dos temporadas de esta ficción australiana

'Todo va a ir bien', comedia australiana que aborda temáticas como la homosexualidad y el autismo. En vídeo, tráiler de la serie.

Hay series que al margen de su capacidad de entretenimiento o de su información sobre usos y costumbres sociales son, también, una estimulante ayuda para desarrollar la tolerancia en la convivencia humana. Es el caso de la australiana Todo va a ir bien y sus dos temporadas. La sinopsis es sencilla: un joven de 25 años debe hacerse cargo de dos hermanastras adolescentes tras la muerte del padre. Lo pecul...

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Hay series que al margen de su capacidad de entretenimiento o de su información sobre usos y costumbres sociales son, también, una estimulante ayuda para desarrollar la tolerancia en la convivencia humana. Es el caso de la australiana Todo va a ir bien y sus dos temporadas. La sinopsis es sencilla: un joven de 25 años debe hacerse cargo de dos hermanastras adolescentes tras la muerte del padre. Lo peculiar de la serie es que el joven es homosexual y una de las hermanastras, autista.

Lo interesante de Todo va a ir bien (Movistar Plus+) es que tanto la homosexualidad como el autismo se tratan con una naturalidad, una espontaneidad infrecuente en una industria audiovisual tan proclive a las consideraciones moralistas más pedestres. Todo fluye sin grandes sobresaltos, en armonía, con unos diálogos sencillos y funcionales, sin ocultar los pros o los contras de las personalidades de su excelente trío protagonista ni su quehacer cotidiano: escenas de amor homosexual sin tapujos, situaciones y diálogos de la adolescente autista (Kayla Cromer) resueltos con impecable sencillez, divertidas preocupaciones de la tercera hermana (Maeve Press)...

La serie creada, coescrita y codirigida por Josh Thomas, un australiano que ya en 2005, a la edad de 17 años, se convirtió en la persona más joven en ganar el Festival Internacional de Comedia de Melbourne, es un ejemplo de permisividad en tiempos en los que la intolerancia campa por sus fueros, solo hay que ver los resultados electorales en Italia o en Hungría, el auge de Vox o las secuelas del trumpismo. Pocas veces una serie muestra mejor la verdad de una frase de Leonard Cohen: “A veces, uno sabe de qué lado estar, simplemente viendo a los que están al otro lado”.

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