Eva González: “Antes de salir al plató me pregunto por qué me he metido en esto”
La ex Miss España y presentadora de programas como ‘La Voz Kids’ cumple 18 años en antena
“Hay muchas cosas más bonitas que hacer antes que mandar navajas y balas en un sobre a los políticos”. A la presentadora de televisión Eva González, sevillana de 40 años, le suenan algunas de las novedades más terroríficas de la actualidad política. Recuerda que algo parecido vivió, salvando las distancias, a otra escala, a través de Instagram: “Caye [su marido, el torero Cayetano Rivera Ordóñez] recibió amenazas de muerte, algun...
“Hay muchas cosas más bonitas que hacer antes que mandar navajas y balas en un sobre a los políticos”. A la presentadora de televisión Eva González, sevillana de 40 años, le suenan algunas de las novedades más terroríficas de la actualidad política. Recuerda que algo parecido vivió, salvando las distancias, a otra escala, a través de Instagram: “Caye [su marido, el torero Cayetano Rivera Ordóñez] recibió amenazas de muerte, algunas para mí, otras para nuestro hijo”. Eran de gente que iba contra la profesión del marido. González sintió miedo, y lo denunciaron en la Guardia Civil. “No llegó a ningún lado. Hay que seguir intentando que esto se regule, que los perfiles tengan nombres reales”, defiende.
“Es un momento de mucha irritabilidad social y tenemos que calmarnos para llegar a buen puerto”, sentencia. El pasado jueves estaba en la sede de Atresmedia, en Madrid, donde presentó la nueva temporada de La Voz Kids, que ella conduce y que se estrena esta semana en Antena 3. No se atreve a pontificar sobre cómo gestionar estas agresiones; se le da mejor combatirlas en las redes, con naturalidad. Como aquella vez en 2017, cuando subió una foto con la cabeza tapada con un pañuelo. ”Estábamos en MasterChef [programa que presentó entre 2013 y 2018] en el restaurante de Ferran Adrià. Había una pashmina, me la puse en la cabeza, me hice una foto, me vi medio mona y la subí. No hay nada más. Me escribieron diciendo que si era un hiyab... Estamos locos, ¡la vida es muchísimo más simple!”. Aunque resalta que normalmente recibe mensajes muy agradables en sus redes.
González ocupa un lugar único en la televisión española. No es común que una Miss España (como ella, en 2003) aguante tanto tiempo en los platós. Ella asegura que le apasiona comunicar y escuchar a la gente que entrevista. “Mostrar lo que siente cada uno me parece muy bonito, por eso me encanta el directo”, comenta. Funciona mejor sin guiones porque, aunque siempre tiene clara la estructura del programa, le gusta jugar, algo que puede hacer sobre todo cuando hay niños. “Al final te contagias de que no tengan esas ideas preconcebidas ni miedo a quedar mal. Las ediciones senior y de niños [de los concursos] se parecen porque les da igual todo, vienen a disfrutarlo”.
González cumple esta temporada 18 años en la pequeña pantalla, casi la mitad de su vida: “Lo mismo me dejan entrar en las discotecas de la tele”, bromea. “Además empecé en esta casa, en Antena 3, con UHF”, recuerda, en referencia al sistema de emisión famoso en los ochenta. Entonces hacía entrevistas “de manera informal, con ironía y sarcasmo”, y llegó incluso a hablar con políticos como el nacionalista vasco Xabier Arzalluz. “Acababa de ser Miss España, no tenía estudios de periodismo ni experiencia televisiva. Tenía poca vergüenza y un micro, nada más”, rememora. Pese a todo su bagaje, todavía conserva el respeto al directo: “Antes de salir al plató me pregunto por qué me he metido en esto, pero se me pasa en cuanto bajo las escaleras y digo: ‘Buenas noches y bienvenidos a La Voz”.
Cuenta que se siente “orgullosísima” de sus orígenes en los concursos de belleza, lo dice con contundencia y el mismo desparpajo que muestra en cada programa. Se declara en contra de modificar abruptamente el aspecto físico con retoques virtuales: “Antes estaba el photoshop, ahora hay filtros en Instagram. Hay veces que no reconozco a la gente por la calle. Debemos tener mucho cuidado con la imagen que estamos dando a nuestros menores, es un campo sin vallar al que habría que ponerle un coto”.
Cuando ella comenzó en el mundillo era otra cosa. Tenía el cánon más presente, miraba a las top models y quería que la ropa le quedara como a ellas; ahora nota que la exposición a través de los móviles hace que se muestre una vida ideal distorsionada, algo a lo que, sin embargo, la gente aspira. Dedicarse a ello cree que es un arma “poderosísima”, y está a favor de que la gente se lucre por sus perfiles. “No podemos mirar para otro lado, es una nueva profesión que hay que controlar. Está muy bien que, por ejemplo, tengas que avisar de que estás haciendo publicidad”, sostiene. La pega que le pone es que falta más honestidad: “A veces anuncian cosas en las que no creen. Una de mis máximas es que tengo que creer en lo que estoy haciendo”.
Antes de descubrir su amor por la televisión, la andaluza trabajaba de modelo y estudiaba Trabajo Social. “En selectividad saqué un seis y pico, esperé un año entero para repetir los exámenes, saqué menos nota y entré con la del año anterior, lo tenía muy claro”. Esta seguridad la corroboró en la revista Vanitatis la presidenta de la asociación de diseñadores Mof and Art, Pilar Vera, que conoce a González desde que tenía 16 años: “Era una niña de pueblo, sin ninguna formación, aunque estaba estudiando, que conquistaba a todos con su desenvoltura. Se presentó dos veces al certamen de Miss Sevilla: la primera estuvo a punto de ganar, pero era muy joven, y la segunda, ganó”.
Vera contactó este año con la presentadora para que fuera la imagen de la asociación y vistiera de flamenca en las calles de Sevilla, como guiño a la Feria de Abril en el segundo año en el que las calles no se han inundado de volantes y flores. “He tenido la gran oportunidad de vestirme de flamenca para un reportaje precioso de 30 fotos en el Alcázar. Fui con mi marido y mi niño, y ha sido un trabajo que siempre voy a recordar”.
Sus raíces sevillanas son parte del personaje, tanto como su carrera y el título de Miss. Nota que desde que salió de su pueblo, Mairena del Alcor (23.500 habitantes), su acento ha mutado: “En el sur me dicen que hablo muy fino y cuando vengo para Madrid me dicen que se nota que soy andaluza, me he quedado a medias, en Puertollano”, describe. Al menos nadie le pide impostar otras expresiones: “Al principio sí me lo insinuaban. Nos hemos dado cuenta de que en la diversidad está la magia, que cada uno tiene que ser más libre”.
Va y viene mucho a su ciudad natal, aunque reside en Madrid. Suelta una carcajada al escuchar que la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, dice que la libertad en Madrid es no encontrarse a un ex ―uno de los de la modelo es Iker Casillas―: “Un poco sí, como hay tanta gente... Sevilla es grande también, pero mi pueblo es pequeño”.
Puedes seguir EL PAÍS TELEVISIÓN en Twitter o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.