Adiós al negro #MeToo: así se viste el activismo en la alfombra roja de los Oscar
Elisabeth Moss, Patricia Arquette o Camila Cabello son algunas de las artistas que, de la mano de la agencia RAD, trabajan con firmas para que el dinero y la visibilidad de sus apariciones en eventos -como los próximos Oscar- se destine a causas humanitarias.
Las alfombras rojas ya no son solo para marcar tendencia e inspirar respondiendo a: ‘¿Quién te ha vestido?’. ...
Las alfombras rojas ya no son solo para marcar tendencia e inspirar respondiendo a: ‘¿Quién te ha vestido?’. Desde hace unos años y con el impulso del #MeToo, una multitud de celebridades se está revelando contra los abusos en la industria, por el papel de la mujer en el cine y en los medios de comunicación (#AskHerMore) e implicándose en diferentes causas, como la defensa de los derechos LGTBI+ y la lucha contra el racismo (#BlackLivesMatter). Prácticas como la mani-cam o los planos de arriba a abajo para capturar los estilismos de ellas -que Cate Blanchett denunció en los SAG de 2015 con su mítico “¿eso también se lo haces a ellos?”- comienzan a ser la excepción y no se libran de ser señalados. El qué llevaron puesto sigue siendo foco de atención, pero tras esta cuestión surgen nuevas preguntas como ‘¿qué defendían con ello?’ o ‘¿a quién donaron?’. De promover esto último se encarga RAD, una agencia que conecta a artistas y firmas para que una parte o la totalidad de sus ganancias por llevar determinados trajes en la alfombra roja esté destinada a causas humanitarias, que ganan así visibilidad. “Es el momento oportuno, el mundo en el que vivimos ahora mismo exige la defensa de las creencias y los valores propios”, cuenta a S Moda Carineh Martin, cofundadora de la iniciativa que promete generar conversación en esta próxima edición de los Oscar.
Elisabeth Moss ha sido pionera. Si la actriz y productora de El cuento de la criada (HBO) ya se rebeló en la alfombra roja de los Globos de Oro en 2015 con su mítica peineta en la mani-cam (esa cámara instalada en exclusiva para obtener planos detalles de las manicuras de las actrices), este año lo ha vuelto a hacer en la alfombra de estos mismos premios con su atuendo. A través de RAD, Moss acordaba con las firmas que la vistieron (Christian Dior, Roger Vivier, Neil Lane y Tamara Mellon), que estas hicieran una donación a la ONG ACLU (Unión Estadounidense por las Libertades Civiles). «Las alfombras rojas tienen un alcance mayor que nunca, y las celebridades tienen la posibilidad de compartir mensajes directamente con sus fans a través de sus redes sociales. Estos seguidores no solo quieren saber qué llevan puesto y qué promocionan las celebridades, sino también lo que representan y aquello en lo que creen. Esto crea una conexión emocional que es mucho más fuerte que la física o virtual», explica Arianne Phillips, diseñadora de vestuario de cabecera para artistas como Madonna, creadora del logo Time’s Up y segunda mitad en RAD.
La función de la agencia es conectar. “Nosotras no cogemos las donaciones. Las marcas las hacen directamente a las organizaciones benéficas”, cuenta Carineh Martin, quien también es consultora de firmas de lujo y ha trabajado en marketing y relaciones pública de firmas como Prada, Dior o Estée Lauder. El dinero que estas destinarían a pagar a los artistas que publicitasen sus diseños aprovechando lo mediático de estos eventos, se reparte o destina completamente a la causa elegida. “Luego creamos mensajes para que los usen todos los colaboradores involucrados, de modo que la promoción llegue a tantas personas como sea posible, a través de las redes sociales y de la prensa”, apunta. ¿De qué vive RAD? Según explican en su web, cobran una tarifa por gestión del 15%, que paga la marca y se suma al dinero de la donación, que nunca se verá modificado. Y también participan: “Donamos el 33% de nuestros honorarios a la caridad”.
La mujer que consiguió que Meryl Streep se levantara del asiento en los Oscar 2015 y entonara un «sí» mayúsculo dando pie a su gif más épico, Patricia Arquette, también ha colaborado a través de RAD. En su discurso al recoger la estatuilla a Mejor Actriz por Boyhood defendió la necesidad de un salario igualitario y mismos derechos para mujeres y hombres, y en los premios SAG de este año, premiada por su papel en la miniserie Escape at Dannemora, volvía a hablar de precariedad laboral y de la mala praxis en los contratos de la industria. Para la ocasión, elegía además llevar el activismo a la alfombra roja con un mensaje que después plasmó en su Instagram: “Gracias Christian Siriano, Stephen Webster y Roger Vivier por ayudarme a apoyar a Give Love y su trabajo en la enseñanza y promoción del saneamiento ecológico y el compostaje”.
Un espíritu del que se contagian cada vez artistas más jóvenes. La última en sumarse a la iniciativa de RAD, igual que hiciera Mandy Moore en los SAG, ha sido Camila Cabello en los Grammy, vestida de Armani, cuya donación se destinó a Save The Children a petición de la cantante. «Es bueno recordar qué es lo importante en una noche como esta», escribía en sus redes. «El 83% de los millennials (que son a su vez el 21% del mercado de consumo y el 50% del de lujo) esperan que las marcas que compran tengan un compromiso activo con la mejora social. La autenticidad y la transparencia son importantes para esta generación«, señala Phillips.
Como cita, el caso de la campaña de Nike con el icono de la lucha antirracismo Colin Kaepernick o la iniciativa de Visa ‘Money is Changing’, para abordar la conversación sobre mujeres y cómo se les paga, son ejemplos de que hoy día el marketing no se concibe sin activismo, compromiso político y rebeldía implícitos. «El consumidor está interesado en mucho más que un gran producto: quiere una ideología sólida y una contribución real a nuestro planeta. Las marcas deben ser diversas e inclusivas para comprender y atraer a los consumidores actuales«, subraya Carineh Martin.
El propósito de RAD es claro: “Las celebridades usan su influencia y las plataformas para apoyar causas en las que creen. Las marcas utilizan su dinero y herramientas de marketing de maneras relevantes y genuinas para crear impacto social y compromiso. Y las organizaciones sin fines de lucro logran así impactar de forma tangible en los fans, quienes se inspiran y activan por esa defensa de esa creencias que generamos”, resume Arianne Phillips.