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La vagina como estrategia de ventas: las mayores excentricidades de Gwyneth Paltrow en 15 años de Goop

A nadie le sale tan rentable ser polémico como a Gwyneth Paltrow. La actriz y empresaria celebra 15 años de Goop, lo que empezó como un boletín semanal de estilo de vida y hoy es catálogo aspiracional, altavoz de pseudociencias y empresa millonaria.

La vagina, siempre protagonista. En octubre de 2008 Gwyneth Paltrow lanzó su primera newsletter de Goop desde la cocina de su casa (la versión girlboss del garaje de los genios de Silicon Valley, aunque su cocina era la de una mansión de una privilegiada actriz de Hollywood, nepoaby para más señas). Lo que empezó siendo un boletín sobre estilo de vida saludable pronto fue creciendo hasta convertirse en un emporio millonario cimentado equitativamente sobre polémicas teorías pseudocientíficas y un falso feminismo marketiniano. Sirva de ejemplo de esto último la vagina, sin duda la parte corporal favorita de la actriz: una cavidad que explota incansablemente en su retórica del empoderamiento femenino, mientras que la hace destinataria de todo tipo de costosos tratamientos y procesos de mejora. Una versión renovada del “para presumir hay que sufrir” que en los mundos de Goop pasa por maderas para facilitar “el detox vaginal” o asientos para tomar vapores vaginales. Libros para colorear vaginas o velas con su olor son otros productos que ha vendido a través de su portal Paltrow que, sin embargo, no tiene muy clara la diferencia entre vagina y vulva.
Huevos con multa. Paltrow se sirve constantemente de la sexualidad femenina como respuesta a las críticas. “Creo que las mujeres, muchas de nosotras, hemos crecido sintiendo ciertos grados de vergüenza por nuestro cuerpo. Así que esto es un poco como una vela subversiva para todas nosotras”, decía con motivo del lanzamiento de la polémica vela (75 dólares) con olor a vagina. Pero quizá el producto más polémico para esta parte de la anatomía sean los huevos vaginales. Después de aconsejar sentarse sobre una olla con agua caliente y hierbas para limpiar el útero (algo que el científico Timothy Caulfield calificó de “ridículo y potencialmente perjudicial”), la actriz volvió a la carga promoviendo el uso de huevos de jade en la vagina para favorecer los orgasmos, fortalecer los músculos vaginales, balancear las hormonas y mejorar la energía. Los especialistas no tardaron en advertir sobre los riesgos que pueden causar los huevos de jade que, por cierto, se podían comprar por 60 euros en su web. “Es una basura. Decir que ayuda con el equilibrio hormonal es biológicamente imposible. ¿Qué ayuda a la energía femenina? Soy ginecóloga y jamás he oído hablar de algo así”, sentenciaba la doctora Jen Gunter. Además, la experta afirmaba que dormir con los huevos de jade en la vagina permite que se reproduzcan bacterias e incluso puede causar el síndrome del choque tóxico. Otros tantos ginecólogos más desmintieron su teoría y hasta el tribunal de California los multó con unos 111.000 euros por no cumplir con lo que prometían.
Ejército de ‘goopies’. Pero la estrategia funciona. Según The New York Times, en 2018 Goop era una empresa valorada en 224 millones de dólares con sedes en Los Ángeles, Nueva York y Londres y cientos de empleados. Con esta mezcla de terapias naturales, charlatanería y brillo hollywoodiense, sus mensajes van calando. Sus seguidores son conocidos como goopies y no dudan en apuntarse a los numerosos seminarios en los que pueden escuchar a su gurú en directo. Reuniones que Paltrow celebra en distintas ciudades y por las que los asistentes pueden pagar entre 400 y 3.800 euros. En alguno de esos encuentros la estrella ha sorprendido con talleres tan variopintos como los de fotografiar tu aura, maquillaje que no se note, médiums que decían conectar a los asistentes con sus mascotas muertas o sesiones de sueño colectivas.
Hijos a dieta. Cuando publicó It’s All Good, su tercer recetario en el que compartía los secretos de su alimentación (y la de su familia) las alarmas saltaron una vez más. Contaba en aquel libro que sus hijos Apple y Moses seguían una dieta sin carbohidratos y sin gluten como la suya y reconocía que en ocasiones pasaban algo de hambre. Las reacciones no se hicieron esperar y en aquella ocasión Paltrow tuvo que salir al paso de las críticas diciendo que “en ocasiones, incluso comen galletas Oreo”.
Esnobismo para todos. A Gwyneth también le gusta descubrir cosas. Cosas mundanas que ella eleva a la categoría de capricho de lujo, sobre todo en las listas con ideas para regalos navideños que publica desde 2015. Pasta de dientes por unos 115 euros, papel higiénico por lo que vendrían siendo 70 euros al mes, bolsas para recoger las heces de los perros por 420 euros, cuatro kilos de estiércol por 75 euros, un extintor de oro por 225 euros o una botella de agua por 72 euros, “cargada de positividad y filtrada con cuarzos rosas”.
Belleza a cualquier precio. El problema con Goop, que engorda beneficios debilitando aún más las inseguridades femeninas, va mucho más allá de dañar el bolsillo de los que se quieren apuntar a su estilo de vida. Entre los múltiples tratamientos potencialmente peligrosos que ha defendido Paltrow a lo largo de estos 15 años destaca el de dejarse picar por abejas para reducir las arrugas. “Me he dejado picar por abejas. Es un tratamiento milenario que se llama apiterapia. La gente lo usa para la inflamación y las cicatrizaciones. Es en realidad bastante increíble si investigas sobre esto”, justificaba en una entrevista. Los que investigaron mucho sobre el tema fueron los responsables del estudio publicado en The Journal of Investigational Allergology and Clinical Immunology en 2018 que concluían tajantemente que “esta práctica es insegura y desaconsejable”, tras analizar la muerte de una mujer en Madrid siguiendo la teoría.
La Nasa toma partido. Hasta la agencia aeroespacial se vio obligada a intervenir en 2017, cuando la intérprete sacó a la venta unas “pegatinas de bienestar”, que, según su web, se debían colocar en el cuerpo para “suplir las deficiencias en tus reservas, creando un efecto calmante, aliviando la tensión física y la ansiedad”. A 100 euros el paquete de 24 unidades, presumían de estar hechas con el mismo material que el traje de los astronautas de la Nasa. No era cierto y tuvieron que retirarlas.
Una serie en Netflix, “potencialmente peligrosa”. Así calificó la Sanidad británica The Goop Lab, la miniserie de seis capítulos que la actriz estrenó en 2020 en la plataforma. Con títulos como Terapias energéticas o Frío saludable, los episodios recogían ese halo de pseudociencia que tan bien funciona en la web. Pero hasta el director ejecutivo del sistema británico de salud pública, Simon Stevens, salió a criticarlo durante un evento académico en Oxford: “Goop ha llegado con su nueva serie de televisión, en la que Gwyneth Paltrow y su equipo prueban tratamientos faciales vampíricos o sacan gente que afirma curar traumas psicológicos con mover las manos sobre un paciente”, explicaba. “Su marca dice que el protector solar químico es una mala idea y promueve la irrigación de colon o los enemas de café caseros, pese a que se consideran un riesgo para la salud”. En los minutos de metraje Paltrow se mete en todo tipo de jardines al entrevistar a expertos sin credenciales que advierten de que los sujetadores con aros producen cáncer, como puede hacerlo el uso de tampones o condones de látex. A los espectadores no se sabe, pero a Goop y a Netflix les funcionó y un año después presentaron otro nuevo programa en la plataforma, Sex, Love & Goop, centrado en el bienestar sexual.
Sin límites. Durante el coronavirus vendió suplementos de “inmunidad” sin ninguna base científica, ha propuesto curar la ansiedad con baños de agua helada o mejorar la salud mental con chicles. No hay límites en la línea editorial de Goop mientras se pueda seguir monetizando la polémica que, según ha ratificado Paltrow, atrae clics y ventas.