La muerte de una mujer en el día de su cumpleaños

Matar a una mujer en México cada vez le importa menos a las autoridades mexicanas

Milagros Montserrat, en una imagen de sus redes sociales.CORTESÍA

Han pasado 100 días desde que Milagros fue asesinada. Matar a una mujer en este país cada vez le importa menos a las autoridades mexicanas y es raro que llegue a la portada de los diarios o a los noticieros de televisión. En redes sociales los esfuerzos de atención se mantienen en algunas organizaciones, en familiares desesperados, causas aisladas que en más del 95% de los casos se hunden en la impunidad.

La muerte de Milagros fue di...

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Han pasado 100 días desde que Milagros fue asesinada. Matar a una mujer en este país cada vez le importa menos a las autoridades mexicanas y es raro que llegue a la portada de los diarios o a los noticieros de televisión. En redes sociales los esfuerzos de atención se mantienen en algunas organizaciones, en familiares desesperados, causas aisladas que en más del 95% de los casos se hunden en la impunidad.

La muerte de Milagros fue distinta. El asesinato de Milagros indignó a México porque fue grabado por una cámara de seguridad. Segundos angustiantes donde se observa a un hombre atacándola con un cuchillo, Milagros gritando “¿qué te doy? ¡No tengo nada!” y después morir en la calle ¿Por qué?

El pasado 10 de agosto fue el cumpleaños de Milagros Meza. No un cumpleaños ordinario sino el número 40, un parteaguas en la vida adulta. Era un día especial, pero era jueves: había que trabajar como todos los días, en un supermercado al que podía llegar a pie en unos 15 minutos, pues se ubica cerca de su casa en la colonia Granada, de la ciudad de León, Guanajuato.

Milagros salió de casa a las 6:30 de la mañana y caminó por debajo de la acera, como se les recomienda a las mujeres desde pequeñas cuando la calle está sola; para evitar ser arrinconada en la banqueta o, en el peor caso, poder correr si hay peligro. Pero también debajo de la acera, pocos metros detrás de ella sobre la calle Lago de Zumpango, caminaba apresurado un hombre con un cuchillo en la mano.

Milagros de Monserrat murió en las primeras horas de su cumpleaños 40 ¿Por qué?

Miguel de Jesús Octavio ataca a Milagros Montserrat, en la ciudad de León.RS

La secretaría de Seguridad de León declaró que no se había tratado de un delito patrimonial- robo- porque el sujeto huyó sin quitarle nada, y se aventuró a asegurar que se trataba de una rencilla personal, afirmando con ello que víctima y victimario se conocían, la fiscalía local quería resolver el caso lo más rápido posible , el dolor por Milagros se había esparcido por todo el país. El Estado emprendió la búsqueda del asesino solicitando apoyo de la población y casi 40 horas más tarde lo detuvo en la capital de Guanajuato.

El alcalde Alejandro Navarro informó en sus redes de la detención, que atribuyó a un operativo y presumió que la policía de su municipio “sí funciona”; aunque más tarde dijo que fue el propio Miguel de Jesús Octavio, de 29 años, quien se entregó al verse rodeado por personas que lo reconocieron y llamaron a la policía: él mismo llamó al 911 también, ya que temía ser linchado. Se dijo arrepentido pero pidió a sus abogados ¿Por qué?

Durante la detención, según informó el alcalde Navarro, le hallaron un par de bolsas con cristal (metanfetaminas). Si bien es común la ‘siembra’ de drogas a los detenidos para lograr inculparlos, Miguel ‘N’ ya tenía antecedentes de consumo de drogas, según el personal del motel Luna Park, del cual salió aquella mañana, antes de atacar a Milagros Meza.

Fuentes cercanas a la investigación, citadas por el periodista Héctor de Mauleón, refieren que Miguel de Jesús pasó la noche en ese motel, ubicado a unos pasos de donde interceptó a Milagros: de hecho queda en el camino entre su casa y el supermercado donde trabajaba. Durante esa noche previa, según el columnista, estuvo consumiendo cristal acompañado por una sexoservidora, al menos una parte de la noche.

Aunque otras versiones refieren que Miguel era cliente frecuente de ese establecimiento; que constantemente solicitaba servicios sexuales pero que esa noche, ninguna mujer quiso atenderlo porque ya tenía varios antecedentes de violencia contra ellas. También se conoció que había sido despedido de su empleo poco antes; que en 2021 intentó ingresar a la Policía pero no pasó las pruebas; que vivía en la colonia Moderna –igualmente cercana al lugar del crimen-, que al escapar fue a una casa propiedad de su madre pero rentada en la colonia Noria Alta, de Guanajuato capital, y en esa ciudad fue acorralado por las personas en una gasolinera.

100 días después del asesinato de Milagros de Monserrat Meza nadie ha podido establecer vínculo alguno entre víctima y victimario. Pedí a la fiscalía de Guanajuato una actualización del caso pero solo me enviaron pantallazos de los tuits en los que informaron de la búsqueda, la detención y la vinculación a proceso de Miguel. Les pedí una entrevista o ampliar la información pero no hubo respuesta ¿Por qué?

Desde la detención, Miguel permanece en prisión preventiva en el Centro de Prevención y Reinserción Social de León; de ser hallado culpable pasaría de 30 a 60 años en la cárcel. Se han llevado a cabo solo dos audiencias, en una de ellas fue vinculado a proceso y su defensa solicitó la duplicidad del término para presentar pruebas, periodo que quedó definido en seis meses, que se cumplirán hasta febrero de 2024.

La segunda audiencia fue decretada como privada, presuntamente para proteger a la familia de la víctima, ya que tras la primera audiencia se les acercaron personas a ofrecerles supuestos servicios legales. Hablé con la familia de Milagros y reiteraron: nadie de ellos conocía a Miguel y contundentemente negaron que haya sido su expareja.

De Milagros sabemos muy poco, su familia me dice que “era muy reservada. Era muy reservada en su vida personal”. La única explicación que los familiares han conocido hasta hoy es la hipótesis de que Miguel atacó a Milagros porque estaba drogado, pero no están conformes con ella. En parte, porque creen que Milagros no fue la primera persona que él encontró en su camino al salir del motel, sino que vio a otra mujer antes, en la parada del camión.

“No, no nos satisface y queremos llegar pues hasta el final, para saber si es que… digo: el único que sabe pues es él, ¿estás de acuerdo? Y si él no quiere hablar pues ¿cuándo vamos a saber? Entonces tenemos muchas preguntas sin contestar. No nos satisface, o sea, no nos quedamos como tranquilas, ‘ah, sí, venía drogado y fue la primera que vio y por eso’… No, la verdad sinceramente no”.

100 días después la familia se niega a un careo, dicen que no lo aguantarían, pero quieren entenderlo, “Seguimos sin respuestas. Seguimos como al principio, sin saber el porqué. Él no ha confesado nada, no sabemos nada, tenemos todas las preguntas del mundo aún sin contestar”.

La madre de Milagros recibe acompañamiento psicológico por parte del Instituto Nacional de las Mujeres, también dicen recibir un apoyo económico, pero no recuerdan si es por alguna autoridad local o nacional, Milagros era la que mantenía a su madre de 78 años.

El día que cumplió 40 años Milagros fue asesinada, la desesperación de los suyos se mantiene, la ansiedad crece acompañada de un ¿por qué?

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