ELECCIONES ESTADO DE MÉXICO 2023

Las encuestas aciertan a la ganadora del Estado de México, pero sobreestiman a Morena

Delfina Gómez, candidata oficialista y aliada de López Obrador, acabó 3,4 puntos por debajo de lo esperado. Su rival Alejandra del Moral, arropada por toda la oposición, sacó un punto más de lo esperado

En las elecciones para el Estado de México, las encuestas ofrecieron una acertada visión panorámica, pero con cierta pérdida de resolución cuando se enfoca el detalle que puede tener consecuencias. El promedio de encuestas (y todas ellas individualmente) acertaron en que la ganadora sería Delfina Gómez. Pero la aliada de López Obrador fue sobreestimada en un 3,4% según el promedio de las últimas diez publicadas, ajustando por voto efectivo (es de...

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En las elecciones para el Estado de México, las encuestas ofrecieron una acertada visión panorámica, pero con cierta pérdida de resolución cuando se enfoca el detalle que puede tener consecuencias. El promedio de encuestas (y todas ellas individualmente) acertaron en que la ganadora sería Delfina Gómez. Pero la aliada de López Obrador fue sobreestimada en un 3,4% según el promedio de las últimas diez publicadas, ajustando por voto efectivo (es decir, eliminando indecisos de la base de cálculo). En contraste, Alejandra Del Moral estaba sensiblemente infraestimada, en un punto porcentual.

En consecuencia, el conjunto de sondeos anticiparon una distancia favorable a Gómez mayor de la que finalmente se produjo: si la foto final de los mismos esperaba una brecha de 13 puntos porcentuales, lo que las urnas reflejaron finalmente fue de poco más de ocho puntos. Cierto es que este indicador ha tendido a la baja desde el inicio de la campaña, pero con una estabilidad considerable y consistentemente por encima de los diez puntos, lo que sugiere una cierta sobre-estimación sistemática.

Darle de más 3,4 puntos a una candidata y de menos un punto porcentual a otra no es un error especialmente grueso: hay muchos países del mundo (y muchas elecciones dentro de este mismo país) que no cuentan con imágenes tan cercanas al resultado final antes de ir a votar. Pero puede ser crucial cuando la carrera está más ajustada que en el caso del Estado de México. Es aún muy pronto para anticipar cómo de apretadas serán las federales que tendrán lugar en un año casi exacto, pero antes de ellas, y tan decisivas o más, tenemos a la selección de candidaturas, especialmente en el lado oficialista. La selección de la candidatura final de Morena está envuelta en una considerable incertidumbre. Existe la posibilidad de que esta carrera pueda resultar muy reñida, con varios contendientes fuertes luchando por la nominación. Además, en este contexto, el papel de las encuestas y su capacidad para moldear las expectativas puede adquirir una importancia mayor de lo usual.

Los errores agregados de las encuestadoras han sido muy variados en su tamaño. Para Delfina Gómez, por ejemplo, son casi siempre al alza, pero varían muy considerablemente, llegando incluso a los casi diez puntos. Para Alejandra del Moral el rango de variación es menor, y también la dirección, mezclando en casi idénticas proporciones infraestimados y sobreestimados.

En cualquier caso, es crucial tener en cuenta que todas las cifras contempladas hasta ahora corresponden a voto efectivo: la estimación para las encuestas toma en cuenta el porcentaje de votos que cada candidato recibe entre los votantes decididos y recalcula el total excluyendo a los indecisos dividiendo el porcentaje de intención de voto de cada candidato entre el porcentaje total de votantes decididos. Este enfoque modifica al alza los estimados que las encuestadoras ofrecen (al menos aquellas que sí tienen indecisos, “no sabe/no responde” y similares en sus reportes). Si se realiza el mismo ejercicio con los estimados dados por la encuestadora, el ranking no cambia sustancialmente.

A cambio, y al asumir simplemente que solo participarían aquellas personas que tienen claro a quién votar, ofrece una visión más precisa de cómo se distribuirían los votos si las elecciones se llevaran a cabo en el momento de realizar el campo. Por lo tanto, proporciona una representación potencialmente más relevante de la competencia real entre los candidatos: si realizáramos el mismo cálculo pero a partir de las estimaciones de voto declaradas por las encuestas, sin corrección alguna, los errores que vemos en estos gráficos serían mayores.

Estimar correctamente la intención de voto de los indecisos es siempre un desafío, y estas elecciones no fueron una excepción es que la participación en estas elecciones no alcanzó siquiera el 50%, hecho que enfatiza aún más la dificultad de esta tarea. Por ello, no es de extrañar que las cifras en torno a los indecisos varíen significativamente entre las distintas encuestas. Centrarnos en voto efectivo ayuda a cortar a través de la maleza de esta duda, pero no debemos olvidar que existe: al fin y al cabo, los indecisos pueden jugar un papel crucial en el desenlace de todo el rosario de comicios que a México le queda por delante.

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