La justicia vincula a proceso a Sandra Cuevas y confirma su suspensión del cargo
La alcaldesa de Cuauhtémoc se enfrenta a acusaciones de robo, abuso de autoridad y discriminación por una supuesta agresión a dos policías
La Fiscalía de Ciudad de México ha obtenido la vinculación a proceso de la alcaldesa de Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, “por su probable participación” en delitos de robo, abuso de autoridad y discriminación. Una juez de control ha confirmado, además, en la audiencia celebrada este jueves en los juzgados del Reclusorio Norte, la suspensión temporal del cargo de la política opositora y otros tres funcionarios de su equipo por una...
La Fiscalía de Ciudad de México ha obtenido la vinculación a proceso de la alcaldesa de Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, “por su probable participación” en delitos de robo, abuso de autoridad y discriminación. Una juez de control ha confirmado, además, en la audiencia celebrada este jueves en los juzgados del Reclusorio Norte, la suspensión temporal del cargo de la política opositora y otros tres funcionarios de su equipo por una supuesta agresión a dos policías. La resolución judicial establece también que “subsisten las medidas cautelares de prohibición de salir del país y de acercarse a las víctimas”. La regidora había llegado a la vista declarando estar preparada para cualquier escenario, “incluso para ir a prisión”.
La juez ha establecido finalmente que no hay elementos suficientes para imponer prisión preventiva, pero Cuevas ha dejado de facto de ser alcaldesa de una de las demarcaciones territoriales más emblemáticas de la capital, que abarca colonias como el centro histórico, Santa María de la Ribera, la Roma, la Juárez o la Condesa. Al menos hasta que se aclare su responsabilidad y, de momento, todavía hay dos meses de plazo para cerrar la investigación complementaria de lo sucedido.
Todo empezó el pasado 11 de febrero, cuando dos agentes de la Secretaría de Seguridad Ciudadana tuvieron una discusión con unos comerciantes durante su trabajo de vigilancia en el centro histórico. Cuevas, que ganó las elecciones locales del pasado 6 de junio encabezando la candidatura de la alianza opositora Va por México, integrada por el PRI, el PAN y el PRD, buscó fraguarse desde que asumió el cargo el pasado octubre el apoyo del comercio informal, un sector clave en la alcaldía Cuauhtémoc. La entonces máxima responsable de la demarcación convocó a los policías para “dialogar y trabajar en la ampliación del servicio de vigilancia”.
Las primeras indagaciones apuntaron a que ese encuentro degeneró repentinamente. “Tras las entrevistas, quedó asentado en la indagatoria que ambos uniformados fueron agredidos tanto verbal como físicamente en repetidas ocasiones por la titular de la alcaldía, así como por varios hombres que allí se encontraban. También señalaron que fueron despojados de sus radios de transmisión y que fueron privados de su libertad por instrucciones de la alcaldesa por más de una hora en otro salón y fueron videograbados... Finalmente, tras golpes y empujones ambos mandos pudieron salir”, informó el portavoz de la Fiscalía local. Los dos mandos de la Policía Auxiliar denunciaron además haber sido víctimas de un intento de intimidación por parte del jefe de gabinete de la alcaldía para que no relataran los hechos.
Sheinbaum y Monreal
Cuevas fue apartada el pasado lunes antes de que pudiera aportar su versión ante la justicia. No obstante, ya había logrado aplazar la audiencia en dos ocasiones, primero por indisposición y después por alegar un cambio de abogados. La política y empresaria, de 35 años, atribuye el caso a lo que considera “una persecución” de Morena y de la jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, con la que cada día trata de polarizar desde sus redes sociales. La ya exalcaldesa ha recibido el respaldo de los dirigentes de su coalición, pero también de Ricardo Monreal, jefe de los senadores de Morena y uno de los principales aspirantes a suceder a Andrés Manuel López Obrador al igual que Sheinbaum. “Es una mujer íntegra, una mujer digna”, declaró esta semana en su defensa.
Más allá de los equilibrios políticos y de las acusaciones de montaje que la jefa de Gobierno ha rechazado rotundamente, la demarcación Cuauhtémoc, con cerca de 550.000 residentes, se enfrenta ahora a un posible vacío de poder. Según la Ley Orgánica de Alcaldías de la Ciudad de México, “en caso de licencia definitiva o falta absoluta de la alcaldesa o el alcalde, en tanto el Congreso de la Ciudad nombra a quien habrá de sustituirle de manera interina o al substituto, lo que deberá ocurrir en un término no mayor a sesenta días, el titular de la Unidad Administrativa de Asuntos Jurídicos y de Gobierno, asumirá provisionalmente la titularidad de la alcaldía”. Además, dicta la norma, “cuando la licencia definitiva o la falta absoluta ocurriese en los dos primeros años del período respectivo, si el Congreso de la Ciudad se encontrase en sesiones y concurriendo, cuando menos, las dos terceras partes del 24 número total de los diputados, nombrará de una terna propuesta por el titular de la jefatura de Gobierno de la ciudad, una alcaldesa o un alcalde interino”.
La política, que en la puerta de los juzgados ha recibido el apoyo de algunas decenas de seguidores, ya ha demostrado su habilidad para acaparar o desviar la atención en medio de las polémicas. Hace dos semanas, por ejemplo, contraprogramó la convocatoria de una protesta en su contra con un acto festivo en el que lanzó desde un balcón de la alcaldía algunas pelotas que llevaban pegados billetes de 500 pesos. Cuando le preguntaron por qué estaba regalando dinero, aseguró que en realidad ella estaba repartiendo balones. Meses antes, recibió una avalancha de críticas por unas declaraciones clasistas. “A mí no me gustan los pobres”, afirmó, aunque después matizó que su intención era defender un modelo económico “de ricos”.
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