Los socialdemócratas alemanes debaten si deben reemplazar a Scholz para las elecciones de febrero
Las malas perspectivas electorales avivan las dudas sobre las opciones del canciller, con su ministro de Defensa, Boris Pistorius, como principal alternativa
El bloque unido en torno a Olaf Scholz empieza a tambalearse. Las encuestas, desfavorables para los socialdemócratas alemanes —les sitúan por detrás de la oposición democristiana y de ultraderecha—, han avivado el debate sobre si, tras tres años liderando el Gobierno de coalición con liberales y verdes, el canciller es el candidato idóneo para representar al partido de centroizquierda en las próximas elecciones generales.
¿Olaf Scholz o Boris Pistorius? Esa es la pregunta que sobrevuela desde hace días los principale...
El bloque unido en torno a Olaf Scholz empieza a tambalearse. Las encuestas, desfavorables para los socialdemócratas alemanes —les sitúan por detrás de la oposición democristiana y de ultraderecha—, han avivado el debate sobre si, tras tres años liderando el Gobierno de coalición con liberales y verdes, el canciller es el candidato idóneo para representar al partido de centroizquierda en las próximas elecciones generales.
¿Olaf Scholz o Boris Pistorius? Esa es la pregunta que sobrevuela desde hace días los principales círculos políticos y mediáticos del país. En gran medida, por la gran popularidad del actual ministro de Defensa: el 66% de los alemanes ve a Pistorius como el mejor candidato del Partido Socialdemócrata (SPD) a la Cancillería, según el último sondeo de la encuestadora Forsa. Solo el 18% se decanta por Scholz.
Scholz ha subrayado repetidamente su intención de revalidar el cargo en los comicios del 23 de febrero, pero aún no ha sido designado oficialmente candidato. Antes de presentar otro nombre, sus compañeros de partido deberían convencer al propio canciller de que no se presentara. Un movimiento que guardaría un cierto paralelismo con lo sucedido el pasado verano en el Partido Demócrata estadounidense, tras un desastroso debate de Joe Biden que desembocó en la candidatura exprés de Kamala Harris para tratar de frenar a Donald Trump. Un objetivo que no consiguió.
La dirección del SPD, la encargada de proponer candidato, celebró el martes una “conferencia telefónica periódica para organizar la campaña electoral anticipada en cuanto a fechas y plazos”. En ella, sin embargo, no estaba Scholz, que se encontraba de regreso de Brasil, donde había asistido a la cumbre del G-20.
Reunión el lunes
La próxima reunión de la Ejecutiva socialdemócrata está prevista para el próximo lunes, pero algunas fuentes hablan ya de un posible adelanto para tratar de cortar de raíz el debate. Posteriormente, los delegados del SPD deberán votar a la persona designada en el congreso del partido, el 11 de enero. Para entonces, quedará menos de un mes hasta los comicios del 23 de febrero.
El panorama no es especialmente halagüeño para los socialdemócratas tras la ruptura de la coalición por las desavenencias, especialmente en cuestiones económicas, con uno de sus socios: los liberales. El desencadenante de su ruptura —y, por tanto, de las elecciones anticipadas— fue la destitución del ministro de Finanzas y líder del Partido Liberal, Christian Lindner. Si los pronósticos se cumplen, las urnas relegarán a los socialdemócratas a una humillante tercera posición, con alrededor del 15% de los votos. La Unión Cristianodemócrata (CDU, centroderecha) de Friedrich Merz, tendría, en cambio todas las opciones de llegar a la Cancillería, que abandonó con la retirada de Angela Merkel en 2021.
Incluso si la CDU se decantase por una gran coalición con los socialdemócratas, todo apunta a que Scholz no se convertiría en ministro dentro del potencial Ejecutivo de Merz. Con toda probabilidad, dejará de desempeñar un papel en el futuro de la socialdemocracia alemana después del 23 de febrero. “Entonces, ¿por qué no cambiar ahora, por qué no intentarlo?”, se preguntaba recientemente el semanario alemán Der Spiegel en un artículo de opinión de título inequívoco: Scholz es el candidato equivocado.
En medio de este debate, el politólogo Wolfgang Schröder recordaba recientemente que ni Scholz, como canciller en ejercicio, ni el líder de la oposición, Merz, han logrado grandes cotas de popularidad. “Esto quiere decir que no tenemos ningún gran candidato”, explicaba el experto de la Universidad de Kassel en un pequeño encuentro con corresponsales organizado por la Asociación de la Prensa Extranjera (VAP).
A su juicio, en última instancia se trata de la combinación entre candidato, programa y partido. “El partido tiene que estar detrás de ese candidato”, indicó. “No creo que el SPD quiera llevar ahora a cabo muchos experimentos”.
No a una ‘autocoronación’
Los presidentes del SPD, Saskia Esken y Lars Klingbeil, se mantienen, por ahora, fieles a Scholz. “Es nuestro canciller y nuestro candidato a canciller”, declaró Esken el lunes en la televisión pública ARD. “Queremos presentarnos con Olaf Scholz. Está claro. No hay vacilaciones”, agregó Klingbeil. A pesar de este apoyo y del de otros como el del secretario general, Matthias Miersch, no pueden evitar que cada vez más voces alerten de que no se puede dar nada por sentado y que no hay nada decidido aún. El presidente del grupo parlamentario del SPD en el Bundestag, Rolf Mützenich, ha admitido un “malestar” entre las bases del partido. La confianza en su liderazgo se ha resquebrajado.
En opinión del expresidente del SPD Franz Müntefering, Scholz no tiene ninguna prerrogativa para presentarse de nuevo a canciller. “No es un juego que dos o más candidatos acuerdan por la noche tomando una cerveza o desayunando o que incluya el privilegio de la reelección”, declaró al diario berlinés Tagesspiegel. Recordaba, así, que la elección del candidato a canciller debe tener lugar en una votación de los delegados en un congreso del partido.
El líder de las juventudes socialdemócratas alemanas (Juso), Philipp Türmer, advierte también de que “no hay autocoronación” posible. Para él, la cuestión sigue abierta. La facción juvenil del partido, sin embargo, no ve con buenos ojos ni a Scholz ni a Pistorius: el ministro de Defensa también es percibido como demasiado escorado al centro. Alertan, además, de que el SPD se enfrenta a una desmovilización de su electorado.
Frente al deseo de Scholz de defender su puesto, los vientos soplan cada vez más en su contra. Algunos diputados en el Bundestag no dudan en pronunciarse abiertamente a favor de una candidatura de su titular de Defensa. “Mi opinión clara es que deberíamos entrar en la campaña electoral con Boris Pistorius”, se ha descolgado uno de ellos, Joe Weingarten, en declaraciones al Süddeutsche Zeitung. “Tiene el empuje, la cercanía a la gente y la capacidad de decir lo que hay que hacer en un alemán claro. Y eso es lo que nuestro país necesita ahora”.
La comunicación, su punto débil
Su problema para llegar a la gente es algo conocido dentro del partido. “Olaf Scholz es el mejor canciller en cuanto a conocimientos, pero desgraciadamente no es el mejor comunicador”, señalaba otro diputado, Axel Schäfer, al Frankfurter Allgemeine Zeitung.
Los dos presidentes del poderoso grupo regional de Renania del Norte-Westfalia en el grupo parlamentario del SPD, Wiebke Esdar y Dirk Wiese, reconocen que las posibilidades de reelección de Scholz son escasas. En un comunicado emitido el lunes, se distanciaban claramente del canciller y mencionaban a Pistorius como alternativa. “La atención se centra en quién es ahora el mejor posicionamiento político para estas elecciones. Estamos viendo muchos apoyos a Boris Pistorius”, afirmaron los dos presidentes del grupo regional más numeroso, con 49 diputados.
De momento, Pistorius mantiene su lealtad, pero no cierra la puerta por completo a una posible carrera electoral. “Tenemos un candidato a canciller, el actual canciller”, dijo el domingo en ARD, dando por hecho que Scholz sería nominado. Sin embargo, esta semana reconoció que “en política nunca hay que descartar nada”. “Lo único que puedo descartar definitivamente es convertirme en Papa”, ironizó el político.
Para el periodista Georg Schwarte, de ARD, se trata de un “desastroso error” que la dirección del partido no designara inmediatamente a Scholz como candidato. “¿Quién se supone que va a votar a un SPD cuando ni siquiera el propio SPD sabe a quién quiere elegir como líder? ¿Quién se supone que debe tener respeto por un SPD que publicita con respeto y daña irrespetuosamente a su propio canciller?”, escribió Schwarte. Es, dice, una “ironía” que el excanciller socialdemócrata Gerhard Schröder, considerado un paria dentro de su partido, sea el encargado de recordar ahora que “el partido no puede desmantelar a su propio canciller. Eso perjudicaría a todos. Al partido, a Scholz y a Pistorius”.