El excongresista George Santos se declara culpable de usurpación de identidad y fraude electrónico

El político republicano expulsado de la Cámara de Representantes evita ir a juicio por 23 cargos, pero podrá ser condenado a varios años de prisión

El excongresista republicano por Nueva York George Santos, este lunes a su llegada al Tribunal Federal de Central Islip, en Nueva York.PETER FOLEY (EFE)

George Santos, el republicano expulsado del Congreso de Estados Unidos por sus colegas, se ha declarado este lunes culpable de dos delitos graves ante un juez del Estado de Nueva York. Tras el pacto alcanzado con la fiscalía, el político evita un juicio de varias semanas en un proceso en el que pesaban sobre él un total de 23 cargos, de los que inicialmente se había declarado inocente. Al final, Santos, de 36 años, ha admitido los delitos de usurpación de identidad agravada y de fraude electrónico, cometidos en relación con la campaña de 2022 en la que resultó elegido tras falsear su currículo.

El juicio estaba previsto para comienzos de septiembre. Aunque la admisión de culpabilidad le libra de la mayoría de las acusaciones que pesaban sobre él, incluidas las de apropiación de fondos y lavado de dinero, lo previsible es que tenga que cumplir una pena de prisión de varios años. La sentencia no se dictará hasta el 7 de febrero del próximo año. Santos ha aceptado restituir 370.000 dólares en fondos de los que se había apoderado.

“Traicioné la confianza de mis electores y simpatizantes. Lamento profundamente mi conducta”, ha dicho el republicano, con voz temblorosa, al presentar su declaración en un tribunal de Long Island durante la vista que se ha celebrado este lunes, según recoge la agencia Associated Press. La admisión de culpabilidad es el epílogo de la corta carrera del político caído en desgracia, cuyos escándalos estallaron antes incluso de que jurase el cargo.

Santos fue acusado inicialmente en mayo de 2023 de 13 cargos de fraude electrónico, blanqueo de dinero, robo de fondos públicos y hacer declaraciones falsas a la Cámara de Representantes tras descubrirse las mentiras que el congresista republicano había fabricado sobre su historial. En octubre pasado, fue acusado por otros 10 cargos, entre ellos fraude electrónico, declaraciones materialmente falsas a la Comisión Electoral Federal y usurpación de identidad con agravantes.

Según la investigación que llevó a cabo el Congreso, Santos utilizó fondos de la campaña para fines personales, como compras en tiendas de lujo y sitios web de contenido para adultos como OnlyFans, y luego hizo que el equipo de campaña presentara justificaciones falsas o incompletas. El excongresista se inventó buena parte de su currículum académico y profesional y el descubrimiento de sus mentiras le puso en el ojo del huracán.

Con 311 votos a favor de su salida, 114 en contra y 2 abstenciones, Santos se convirtió en diciembre pasado en el sexto miembro de la Cámara de Representantes expulsado por sus compañeros. La Constitución otorga expresamente a cada cámara del Congreso el poder de “castigar a sus miembros por conducta desordenada y, con la concurrencia de dos tercios, expulsar a un miembro”, algo que hasta el caso de Santos se había puesto en práctica con 15 senadores y 5 representantes, la mayoría de ellos por apoyo a la secesión y a la Confederación en la guerra civil. En el caso de la Cámara, desde ese conflicto bélico había habido dos expulsiones por casos sonados de corrupción, pero después de dictada sentencia.

Santos fue considerado en su día como una estrella política en ciernes tras haber ganado en 2022 el distrito suburbano que abarca la acomodada costa norte de Long Island y un trozo del distrito neoyorquino de Queens, de orientación tradicionalmente demócrata. Tras la expulsión de Santos, los demócratas recuperaron el escaño en una elección especial celebrada en febrero pasado.

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