Rusia se convierte en el principal suministrador (involuntario) de armas para Ucrania
La retirada rusa en los frentes de Járkov y Jersón aporta al ejército ucranio munición, cañones y cientos de blindados abandonados
La imagen de agricultores que remolcan con sus tractores tanques rusos abandonados por los invasores en el frente ha sido una constante en las redes sociales. Tanto, que a modo de broma los ucranios los llaman la División Agrícola para mofarse de los reveses militares que sufre Moscú frente a un rival teóricamente inferior. Pero el chiste esconde una paradoja: Rusia se ha convertido, involuntariamente, en el principal suministrador de armas de Ucrania.
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La imagen de agricultores que remolcan con sus tractores tanques rusos abandonados por los invasores en el frente ha sido una constante en las redes sociales. Tanto, que a modo de broma los ucranios los llaman la División Agrícola para mofarse de los reveses militares que sufre Moscú frente a un rival teóricamente inferior. Pero el chiste esconde una paradoja: Rusia se ha convertido, involuntariamente, en el principal suministrador de armas de Ucrania.
La invasión comenzó el 24 de febrero; solo un mes más tarde, la defensa ucrania empezaba a recuperar terreno perdido, en las provincias de Kiev, Chernihiv y Járkov, y se contaban por docenas los blindados y las armas rusas que las tropas ucranias obtenían como botín. The Wall Street Journal ha publicado esta semana una lista detallada del armamento ruso incorporado al arsenal ucranio: 421 tanques, 445 vehículos blindados de infantería, 192 vehículos blindados de combate y 44 lanzamisiles múltiples. Cerca de la mitad habrían sido perdidos por Rusia en la contraofensiva sorpresa de Járkov del pasado septiembre.
Estos datos superarían, en lo que concierne a blindados, todos los suministros sumados que ha recibido Ucrania de sus aliados internacionales: estos son 320 tanques, 210 vehículos blindados de infantería y 40 vehículos de combate. En piezas de artillería, Rusia también sería la principal fuente de recursos de las Fuerzas Armadas ucranias: más de 167 cañones, incluidos lanzacohetes múltiples, frente a los 162 de Estados Unidos.
Los datos citados por The Wall Street Journal proceden de Oryx, un equipo de expertos en defensa que desde el inicio de la guerra monitoriza y confirma cada unidad y arma rusa que los diferentes regimientos ucranios comunican con imágenes para demostrar que han sido apresados al enemigo. Las Fuerzas Armadas de Ucrania evitan confirmar si estos datos son precisos, según indica a EL PAÍS un portavoz de su Estado Mayor. Los vehículos blindados, según el recuento de Oryx, equivaldrían a casi la mitad del total con el que contaba el Ejército de Tierra ucranio en septiembre, antes de las recientes ofensivas.
El parque de unidades blindadas es de vital importancia para un ejército que quiere atacar. Ucrania ha iniciado la contraofensiva para retomar las provincias de Járkov, en el este, y Jersón, en el sur, además de conseguir por primera vez en casi medio año el acceso a pueblos de la provincia de Lugansk, en la región de Donbás. La desigualdad numérica en unidades blindadas y de artillería es especialmente elevada, por lo que capturar un tanque T-90, una de las joyas militares rusas, se celebra como una victoria. Así sucedió esta semana cuando el comandante de la 92ª Brigada Mecanizada ucrania, Pavlo Fedosenko, fue filmado pilotando un T-90 mientras expresaba a gritos, satisfecho, la maniobrabilidad y la velocidad del tanque. La 92ª Brigada ha sido una de las columnas clave en el avance ucranio que ha expulsado a los rusos de la provincia de Járkov.
Tras una revisión sobre el estado mecánico de las armas capturadas, los símbolos identificativos rusos son borrados y sustituidos por los ucranios. El vehículo del que se han capturado más unidades, según Oryx, son tanquetas blindadas de transporte de infantería BMP-2. También esta semana se hizo viral en las redes sociales el vídeo de un grupo de soldados rusos que se entregaban junto a un BMP-2 en el frente de Jersón. Como bandera blanca, señal de rendición, utilizaron su ropa interior. Andrii Yusov, jefe de inteligencia del Ministerio de Defensa ucranio, afirmó el martes que en lo que va de otoño, más de 2.000 militares rusos habían contactado con las líneas telefónicas que las autoridades ucranias han puesto a disposición de soldados enemigos para que se rindan.
La ventaja para la defensa ucrania es que está familiarizada con el armamento ruso porque la mayoría de las unidades son compartidas desde la época soviética. Los vehículos dañados se desguazan para utilizar sus componentes en reparaciones. En unidades de artillería, caen con frecuencia en sus manos cañones antitanque T-12, abandonados en emboscadas ucranias, llevadas a cabo por unidades pequeñas pero más ágiles y mejor pertrechadas que la más desmotivada tropa rusa, que depende además de una estructura más rígida y de una cadena de mando menos flexible. También han aparecido en las últimas semanas imágenes de pelotones ucranios antitanque armados con lanzamisiles portátiles rusos Kornet, también abandonados en la desbandada de Járkov.
El grupo de analistas militares Conflict Intelligence Team concluyó el pasado septiembre que con la contraofensiva relámpago y sorpresa en la provincia de Járkov, Ucrania había conseguido algo extraordinario en un conflicto bélico: finalizar con más blindados, gracias a los abandonados por los rusos, que con los que había iniciado la batalla.
Pese a todo, si la contraofensiva ucrania depende de algo es del suministro de armas modernas de sus aliados de la OTAN. Uno de los mejores ejemplos del equipamiento más avanzado que está recibiendo Ucrania de sus aliados occidentales son los fusiles lituanos antidrones EDM4S, que mediante pulsos electromagnéticos anulan el sistema de navegación del aparato y permite que sea recuperado y reutilizado como arma propia.
Que Ucrania haya resistido la embestida rusa ha sido sobre todo gracias a la mejor formación de sus soldados y a armas como los drones turcos Barayktar, los cañones de artillería estadounidenses M777 y la estrella de esta guerra, las lanzaderas múltiples de misiles de precisión de largo alcance Himars, también aportados por Estados Unidos. Los Himars han supuesto un antes y un después en la guerra porque están destruyendo las redes de suministro y depósitos de armas en la retaguardia rusa, lo que obliga al invasor a alejar todavía más sus recursos del frente.
Estados Unidos ha transferido a Kiev en 2022 armamento valorado en más de 2.000 millones de euros, y se ha comprometido a enviar 8.000 millones más en equipamiento, según cálculos del Instituto de Kiel para la Economía Mundial (IFW, por sus siglas en alemán). Le sigue el Reino Unido con un compromiso de transferir armamento por un valor total de 1.330 millones de euros. Washington reserva además un presupuesto de más de 16.000 millones de euros para futuras compras de equipos militares para Ucrania, según el IFW.
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