Democracia, derechos y saqueos: cómo leer a Noam Chomsky
El intelectual lleva medio siglo avisándonos de que las libertades siempre están supeditadas a la voluntad de saqueo de los grandes Estados
En medio de la II Guerra Mundial, el presidente americano Franklin Delano Roosevelt dio un discurso histórico. En él definió las cuatro libertades que son inalienables a todo individuo: la libertad de expresión, la libertad de creencias, la libertad para vivir sin miseria y la libertad de vivir sin temor. Más de cuatro décadas después, un filósofo que escribía mucho de política, Noam Chomsky, publicó sus dos libros seminales ...
En medio de la II Guerra Mundial, el presidente americano Franklin Delano Roosevelt dio un discurso histórico. En él definió las cuatro libertades que son inalienables a todo individuo: la libertad de expresión, la libertad de creencias, la libertad para vivir sin miseria y la libertad de vivir sin temor. Más de cuatro décadas después, un filósofo que escribía mucho de política, Noam Chomsky, publicó sus dos libros seminales en esta materia: La quinta libertad (1985) y Los guardianes de la libertad (1988), este último en colaboración con el economista Edward S. Herman.
Suele suceder así: que los escritores muy prolíficos (a través de ensayos inéditos, compendios de conferencias, entrevistas largas,…) lancen sus ideas y sus obsesiones en los primeros textos y luego todas sean profundizaciones, actualizaciones y repeticiones (otra forma de exponerlas) de aquellas. Ese es el caso del Chomsky político. Casi todo lo que ha escrito después se halla ya en los dos textos citados. Convertido en el gran debelador de la democracia realmente existente, el pensador afirma que existe una quinta libertad para cuya aplicación se necesita hacer de las otras un maniqueo: que se hable de ellas pero que en realidad no existan. Esa quinta libertad es la de saquear y explotar; según Chomsky, los auténticos propietarios de la Tierra solo se han preocupado de los derechos humanos y por las cuatro libertades fundamentales cuando han visto amenazada la quinta libertad. Ya en esos dos libros se ejemplifica lo que sucede en la relación de EE UU con los países de América Central (El Salvador, Guatemala, Nicaragua,…), territorio que no abandonará nunca a pesar de que extienda sus reflexiones a los sucesivos conflictos que van estallando en el planeta: Irak, Oriente Próximo, Ucrania, etcétera.
Para anular en la práctica esas cuatro libertades aunque manteniendo al mismo tiempo su valor simbólico, existen los aparatos ideológicos del Estado y, entre ellos, los medios de comunicación de masas. Según el lingüista de origen judío existe una telaraña infinita de engaños y antoengaños que se concreta en un modelo de propaganda capaz de movilizar el apoyo de los intereses privados y hacer subsidiarios los intereses comunes. Desde que escribió aquellos libros, la tecnología ha transformado extraordinariamente que los medios de comunicación pero sin que sus valores (o contravalores) hayan dejado de ser los que fueron cuando se crearon.
Hay aspectos en los que Chomsky es visionario, como cuando entiende que como sucedió en el periodo entre el comienzo de la Primera Guerra Mundial y el final de la Segunda, ahora —el “ahora” son los años ochenta pero otras cuatro décadas después la experiencia puede repetirse— el patrioterismo reaccionario está sustituyendo a los auténticos valores conservadores, que son pervertidos en su afán de disminuir las libertades comunes.
Es sugerente subrayar cómo la tercera y la cuarta libertad (la de no vivir en la miseria y la de vivir sin temor) pertenecen más a la categoría de los derechos sociales y económicos que fueron incorporados más adelante al acervo de las democracias, que los dos primeros, que desde el inicio han formado parte de su corazón.
Apúntate aquí a la newsletter semanal de Ideas.