La luz de Àlex no se extingue con el cáncer

El joven valenciano volcó su talento y su vida en la fotografía mientras luchaba contra la enfermedad. Una exposición reúne ahora sus luminosas imágenes en el centro Octubre de Valencia

Autorretrato de Àlex.

A la edad en que el poeta Arthur Rimbaud dejó de escribir para siempre, murió Àlex Durà Díez. El joven valenciano iba a cumplir 20 años cuando el cáncer se llevó por delante a finales de 2021 una vida llena de talento y de luz a pesar del sufrimiento. El poeta francés sostenía que la poesía y la vida están ferozmente entrelazadas. En el caso de Àlex eran la fotografía y la vida, como recordó su padre, Carles, el pasado viernes en la emociona...

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A la edad en que el poeta Arthur Rimbaud dejó de escribir para siempre, murió Àlex Durà Díez. El joven valenciano iba a cumplir 20 años cuando el cáncer se llevó por delante a finales de 2021 una vida llena de talento y de luz a pesar del sufrimiento. El poeta francés sostenía que la poesía y la vida están ferozmente entrelazadas. En el caso de Àlex eran la fotografía y la vida, como recordó su padre, Carles, el pasado viernes en la emocionante presentación de la exposición con las imágenes del chaval.

La convocatoria congregó a mucha gente en Octubre. Centre de Cultura Contemporània de Valencia. Mucha más que en cualquier inauguración en un museo o un centro cultural de un reconocido artista. Había familiares, amigos, fotógrafos, periodistas, compañeros y profesores de la Universidad Politécnica, colaboradora en la organización de la exposición que se puede ver hasta el 21 de mayo. Se respiraba mucha complicidad y empatía. Las luminosas fotografías de Àlex colgadas en las paredes muestran retratos de su novia, de sus amigos, de él mismo, paisajes naturales de gran belleza o rincones arquitectónicos de atractivo inesperado. Van acompañadas por fragmentos de sus canciones favoritas en las cartelas en un conjunto que revela la intensa vida de un chaval al que le detectaron un sarcoma de Ewing cuando acababa primero de Bachiller y entró con una nota excelente en el grado de Diseño y Tecnologías Creativas.

Una de las fotografías de Àlex Durà Díez.

Los padres de Àlex, Carles y Cristina y su hermano, Pau, decidieron contar su experiencia con la muerte y el duelo para intentar ayudar a otras familias. Para romper con el estigma que sigue rodeando el cáncer y para reafirmar la necesidad de asistencia psicológica profesional para los enfermos y sus familiares. La exposición no va sobre el cáncer, va sobre la vida que exprimió Àlex hasta el último instante, a pesar de someterse durante casi tres años a quimioterapia, radioterapia y distintas intervenciones.

“Ha sido maravilloso poder mirar la vida través de sus ojos, de tu música, e la gente que estimabas”, dijo su madre en la presentación. El padre recordó la afición por la fotografía de su abuelo, de su padre y finalmente de sus dos hijos. La novia rememoró las sesiones fotográficas y “las maravillas que hacía con la cámara”. El hermano comentó que Àlex lo hizo “todo un poquito mejor” que él y en el caso de la fotografía, “mucho mejor” e invitó a ver la exposición que refleja “cómo miraba, cómo pensaba, su manera de entender el mundo “de alguien que ha visto una realidad tan distinta.

El comisario de la exposición, el fotógrafo Alberto Di Olli, se preguntó adónde habría llegado Àlex como fotógrafo con más tiempo con el talento que demuestra en las imágenes tomadas siendo prácticamente un adolescente. En las imágenes no hay rabia, ni oscuridad, hay belleza, libertad... “. En sus imágenes, ha encontrado vida, aire para respirar. “Hay luz en los ojos de aquellos a los que mira”, apunta el fotógrafo en el catálogo donde se reproducen las imágenes de la muestra y se cuenta la corta pero intensa vida de Àlex Durà Díez.

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Foto de Àlex Durà Díez.

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