Junqueras allana el camino de los indultos al rechazar la unilateralidad
El Ejecutivo recibe con alivio el gesto de distensión del líder de ERC, que facilita al Ministerio de Justicia apoyar la medida de gracia por motivos de utilidad pública
El gesto de distensión que el Gobierno aguardaba desde las filas del independentismo llegó este lunes para aliviar las dos semanas de críticas tras el anuncio de los indultos a los presos del procés. Y lo hizo al máximo nivel. El líder de ERC, Oriol Junqueras, condenado a 13 años por sedición y malversación, ...
El gesto de distensión que el Gobierno aguardaba desde las filas del independentismo llegó este lunes para aliviar las dos semanas de críticas tras el anuncio de los indultos a los presos del procés. Y lo hizo al máximo nivel. El líder de ERC, Oriol Junqueras, condenado a 13 años por sedición y malversación, apoyó los indultos en un artículo al diario Ara y en La Sexta donde sin renunciar a la independencia descartaba la vía unilateral: “Hoy seguimos creyendo que la mejor vía para hacerlo, como siempre hemos defendido, es la vía escocesa. La vía del pacto y del acuerdo, la vía del referéndum acordado. Es la opción que genera más garantías y reconocimiento internacional inmediato. Porque sabemos que otras vías no son viables ni deseables en la medida en que, de hecho, nos alejan del objetivo a alcanzar”.
El exvicepresidente del Govern considera en la tribuna, titulada Mirando al futuro, que los indultos son “gestos que pueden aliviar el conflicto, paliar el dolor de la represión y el sufrimiento” de la sociedad catalana. “Cualquier gesto en la línea de la desjudicialización del conflicto ayuda a poder recorrer este camino”, dice reivindicando el referéndum y la amnistía. En cuanto a la vía unilateral que el Parlament impulsó en 2017, Junqueras admite: “Debemos ser conscientes de que nuestra respuesta tampoco fue entendida como plenamente legítima por una parte de la sociedad, también de la catalana”.
El gesto de Junqueras es similar al de Carme Forcadell, expresidenta del Parlament, cuando dijo en una entrevista en 2019 que quizá no tuvieron demasiada “empatía” con los catalanes no independentistas y que por ello se sintieron tratados injustamente.
Después del desgaste de las últimas semanas, incluso dentro del PSOE, con la oposición de Felipe González a los indultos, el Gobierno entendía que el siguiente movimiento le correspondía al independentismo. Es decir, a ERC, por su apuesta por la mesa de diálogo y un referéndum pactado. Y se produce justo en la semana en que la derecha se volverá a juntar, dos años después, en la plaza de Colón de Madrid para mostrar su rechazo frontal a la gestión del conflicto político en Cataluña.
La “autocrítica” de Junqueras, según José Luis Ábalos, y su “revisión” de cómo actuó el independentismo en 2017 fue recibida con alivio en La Moncloa. Y fue el preludio del acto de la patronal catalana en el que se apreció la sintonía entre Pedro Sánchez y Pere Aragonès, que el viernes ya abordaron por teléfono una cita este mes y la reactivación de la mesa de diálogo antes del verano. “Pedíamos que en Cataluña hubiera voces, que en su momento defendieron el independentismo de forma unilateral, que se dirigieran con el valor necesario a sus votantes y plantearan la realidad con sinceridad y pragmatismo”, dijo Ábalos en La Sexta.
Las concesiones de ERC suponen un balón de oxígeno que mitiga, pero no resuelve, las dificultades que el Gobierno tiene por delante para justificar los indultos. La principal es que no cuentan con los informes favorables ni de la Fiscalía ni del Tribunal Supremo. La Abogacía del Estado no ha entrado en la conveniencia o no de otorgar una medida de gracia y simplemente informó de que los independentistas habían reparado el daño causado por la malversación de fondos públicos por la que fueron condenados. Los promotores del indulto lo defienden como requisito necesario para encauzar la situación en Cataluña. “No creo que falte mucho. El ministro de Justicia ya está preparando los informes”, señaló Miquel Iceta, ministro de Política Territorial y primer secretario del PSC.
En el Gobierno alegan que los presos por el procés que se verían beneficiados por los indultos, que serán limitados y reversibles, ya han cumplido en algunos casos tres años y medio de prisión. Por lo tanto ya estarían cerca de acceder al tercer grado, es decir, a un régimen de semilibertad. Su concesión aceleraría su salida de prisión, justifican las fuentes gubernamentales consultadas. Y la inhabilitación de los condenados para desempeñar cargos públicos se mantendría. Al margen de los indultos, La Moncloa defiende que el expresident Carles Puigdemont, huido de la justicia española desde 2017, debe ser juzgado.
“Nuestra voluntad”, escribió Junqueras, “es la de siempre. La independencia es la mejor herramienta para ayudar a la gente de este país, pero las estrategías deben adaptarse a las circunstancias para ser ganadoras”. El movimiento de ERC contribuye a rebajar, aunque sea momentáneamente, la tensión latente en el PSOE. La inquietud en el principal partido del Gobierno se extendió a finales de mayo ante el temor a la reacción a los indultos de sus votantes más tradicionales, en especial en las comunidades sin partidos nacionalistas. La predisposición de Sánchez a indultar a los líderes independentistas sorprendió a parte de los barones, que en privado reprochan no haber sido informados. El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, llegó a advertir que la medida de gracia “sería un grave error de la democracia” ante la falta de arrepentimiento de los condenados por el procés. “Lo que afecta a todos los españoles se decide entre todos, no por partes”, avisó este lunes.
Otros presidentes autonómicos socialistas recibieron con agrado el golpe de timón obrado por Junqueras. El presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, vio en la carta “un paso positivo que va en la posición correcta de intentar buscar vías de encuentro”. “Es un avance asumir, por fin, que la unilateralidad es estéril”, observó. El presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, afirmó que “la política no son solo gestos, pero son muy necesarios. Y este es muy importante. Hay que salirse al encuentro dentro de la Constitución”; Vara es uno de los dirigentes socialistas que con más reparos recibió los indultos si no hay arrepentimiento. Horas antes de que se conociese el escrito del líder de ERC, Iceta los defendió como “una decisión bastante sensata si queremos diálogo”.