10 fotos

Diez fascinantes aventuras subterráneas que deberías probar

Ocho kilómetros de cuevas calizas en Eslovenia, un ‘spa’ en Rumania, una iglesia en Colombia, la geoda gigante de Almería y otras experiencias que solo se pueden disfrutar bajo tierra

La mina de sal de Turda, ubicada a unos 30 kilómetros al sur de la ciudad transilvana de Cluj, en Rumania, ha sido felizmente convertida en un balneario salino subterráneo para que los visitantes reciban haloterapia a base de sal y se relajen en su insólito ‘spa’. Explotada desde el año 1075 de nuestra era, en ella no penetran los rayos de sol, y a cambio son potentes focos y neones los que le proporcionan una luminosidad espectral. El resto de las sorpresas que ofrece la antigua mina son su noria subterránea, su pequeño lago con botes con los que se puede recorrer a remo y hasta una sala de conciertos y un minigolf.
Más información: salinaturda.eu
Biris Paul Silviu (Getty images)
Las catacumbas de Roma son las más célebres de Italia, sin que por ello haya que desdeñar las de otras ciudades como Palermo o Nápoles, que guardan muchas sorpresas. Las catacumbas de la capital siciliana se llevan el premio a lo tétrico, pues en ellas abundan esqueletos y cuerpos momificados. Nápoles presume de su trío: las de San Gennaro (en la foto), San Gaudioso y San Severo, todas ellas en el barrio de Sanità, al pie de la colina de Capodimonte. Sus interiores de piedra volcánica recuerdan tanto a la Capadocia turca como a la arquitectura de Gaudí, y en ellos todavía se pueden admirar restos de pinturas murales.
Más información: catacombepalermo.it y catacombedinapoli.it
Salvatore Laporta (Getty images)
Asociar la provincia andaluza de Almería únicamente con largas horas de sol y playas salvajes es un error, pues uno de los mayores atractivos naturales de la región se encuentra bajo tierra: es la geoda gigante de Pulpí, la más grande de Europa en su género. En plena sierra del Aguilón se encuentra esta espectacular cueva de cristales que forma parte de la Mina Rica. Descubierta en 1999 y en perfecto estado de conservación, la geoda es un espacio de ocho metros de longitud y dos metros de alto tapizado por enormes cristales de yeso transparente que dejan boquiabierto a cualquier visitante.
Más información: geodapulpi.es
SCIENCE PHOTO LIBRARY (age)
Cuando los museos moscovitas están cerrados, siempre queda uno abierto al público: su red de metro de 14 líneas. Inaugurado en 1935, fue llamado el “palacio del pueblo” por los mármoles, vidrieras y esculturas que ornamentan sus estaciones, todo ello al servicio de uno de los transportes subterráneos más lujosos del mundo. Viajar en él es una lección de historia del arte que llega hasta nuestros días, pues sus estaciones recién inauguradas (como Ozernaya o Govorovo) son tan impactantes como sus antecesoras.
Los aficionados a la arquitectura y a este medio de transporte también pueden acudir a los museos del metro de Budapest y Nueva York, ambos situados bajo tierra. Ciudades, además, que también tienen estaciones que bien merecen una vista por sí mismas. En la imagen, la estación de metro neoyorquina The Oculus Transportation, obra de Santiago Calatrava. Más información: bkv.hu y nytransitmuseum.org
Panther Media GmbH (alamy)
Se ha producido, y hemos visto, tanto cine sobre la II Guerra Mundial y la Guerra Fría que nos resulta familiar toda su parafernalia y temática. Uniformes, máscaras de gas, espías y refugios nucleares son parte de la memoria reciente de Europa, y en Praga es posible sumergirse en ella visitando The Nuclear Bunker Expostition. Además de mostrar sus entresijos, en sus túneles se expone una colección de equipamiento que abarca desde los años cuarenta del siglo XX hasta la caída del Muro de Berlín.
Otros búnkeres de la II Guerra Mundial se encuentran algo más al norte, en la isla de Jersey (Reino Unido), que ofrece un circuito guiado por varios de ellos. En la imagen, búnkers de la II Guerra Mundial y baterías en la costa de North West (Jersey). Más información: jerseybunkertours.com
Gary Le Feuvre (alamy)
En la provincia de Cundinamarca, a 48 kilómetros de la ciudad de Bogotá , se encuentra una de las principales maravillas naturales de Colombia: el Parque de la Sal. Situado en la antigua mina de sal de Zipaquirá, que ya en 1801 visitó el naturalista Alexander von Humboldt, este espacio cultural dedicado a la geología cuenta con un monumento estrella: la catedral ideada por el arquitecto Roswell Garavito Pearl a finales del siglo XX. Por sus esculturas de sal y mármol y su ubicación, a 180 metros bajo tierra, es uno de los hitos de la arquitectura moderna en el país.
Más información: catedraldesal.gov.co
Pierrick Lemaret (Getty images)
Beberse un daiquirí de plátano escuchando buena música en un baño público londinense bajo tierra es una posibilidad real. Se puede llevar a cabo en los barrios de Kentish Town y Camden Town, donde dos de estos baños han sido reconvertidos en bares tras un lavado de cara en profundidad y una reforma que ha sabido mantener parte de su peculiar aspecto. Se llaman Ladies & Gents y son notorios por sus cócteles, elaborados con zumos naturales de producción local, y por su estética entre cutre y sofisticada, que funciona como un poderoso imán para los visitantes.
La capital austriaca no es solo sinónimo de valses y palacios. Una de las rutas favoritas de los que visitan Viena rinde homenaje al cine, en concreto a la célebre película policiaca 'El tercer hombre' (1949), de Carol Reed, con guion del escritor Graham Greene. Además de un museo dedicado a este largometraje protagonizado por Orson Welles, y de la noria del parque de atracciones Prater (en la imagen), que también aparece en la película, las alcantarillas vienesas se pueden visitar para rememorar la famosa secuencia de la persecución policial por las cloacas de la ciudad. El fuerte hedor impresiona, pero es parte de la intensidad de la experiencia.
Más información: 3mpc.net y drittemanntour.at
MB_Photo (Alamy)
Las mazmorras siempre han despertado la imaginación de los amantes del medievo. En Europa abundan, y en España han restaurado y abierto al público una de las más significativas: la Mazmorra Grande del Secano, en la Alhambra de Granada. A la sala circular de esta antigua prisión nazarí solo se puede acceder por una abertura en el techo. Otras mazmorras algo más brumosas en el continente son las de Pontefract Castle, en West Yorkshire (Inglaterra), donde estuvo encerrado el rey Ricardo II, o la del romántico castillo de Chillon en Suiza (en la imagen, las mazmorras de esta fortaleza), situado a orillas del lago Lemán y escenario del poema 'El prisionero de Chillon', de Lord Byron.
Más información: alhambradegranada.org, wakefield.gov.uk y chillon.ch
Keitma (alamy)
Las cuevas de Škocjan, en Eslovenia, son patrimonio mundial de la Unesco desde 1986 por su singularidad, pues esconden ocho kilómetros de cuevas calizas con formaciones kársticas provistas de su correspondiente río, el Reka, que fluye bajo tierra (en la foto). Sus 26 cascadas y sus estalagmitas de 15 metros de altura son otros dos de sus puntos fuertes que fascinan a todo aquel que se adentra en ellas.
Otras cuevas que quitan el habla son las de Waitomo, situadas entre verdes colinas en la Isla Norte de Nueva Zelanda. Las larvas del gusano que viven en sus techos emiten una luz verdeazulada para captar a sus presas que ilumina las grutas otorgándoles un carácter fantasmagórico mientras se recorren en barca.
Jure Makovec (getty images)