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Criar peces en el desierto

La mitad de mujeres y niños refugiados saharauis en los campamentos de Tinduf, en Argelia, padecen anemia y otros problemas alimentarios debido a una canasta básica de ayuda humanitaria abundante en hidratos de carbono y pobre en proteína. Una piscifactoría produce tilapias para completar su dieta

La granja de peces en los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf (Argelia) se empieza a vislumbrar en la línea recta del horizonte, a menos de una hora en coche desde el asentamiento de Bojador. Nada más que arena a la izquierda, mismo paisaje a la derecha. No hay camino, ni más referencia que el esqueleto de algún vehículo abandonado. Y de repente: un oasis. El conjunto verde de palmeras indica dónde se encuentra el sitio de N’khaila, un centro agrícola donde se cultiva, se crían gallinas y que ahora alberga una gran piscifactoría que está siempre abierta.Óscar Corral
En una de las piscinas del exterior del recinto, 120 hembras y 40 machos de tilapias del Nilo y roja están rodeadas de sus pequeños alevines, más otros 4.000 en otro depósito y 6.000 peces ya en ceba hasta que alcancen los 250 gramos, el peso idóneo para su consumo.Óscar Corral
“Esto trabaja 24 horas. Hay dos turnos, cada cuatro días sube un equipo porque estos son seres vivos y hay que cuidarlos”, explica Chabai Mayu, saharaui de 45 años, veterinario y director de la piscifactoría.Óscar Corral
Pese a ser un pez resistente al clima extremo del desierto y la salinidad de sus pozos de agua, muchas cosas pueden salir mal. Teslem Sidi Ali, de 28 años, es una de las tres biólogas encargadas de vigilar el bienestar de los peces. “El pH es importante. Sus propios excrementos tienen amoniaco y se pueden ahogar. A diario controlamos esto, y también la temperatura, la alimentación para su edad, la cantidad y el tipo…”, enumera.Óscar Corral
“La tilapia del Nilo y la roja son peces comerciales que se pueden reproducir y hacer crecer rápido. Desde que nace hasta siete meses, con buenas condiciones, alcanza los 250 gramos, el peso comercial. Son de agua dulce y fáciles de llevar”, detalla el veterinario. “Para los países del tercer mundo, es una buena manera de producir en poco tiempo”.Óscar Corral
La piscifactoría tiene 14 empleados: nueve peones, tres biólogas, la administradora y el director. Todos están formados para desempeñar su labor, para lo que han recibido apoyo de donantes —el buró de migraciones de Estados Unidos y Andorra— así como de las entidades implementadoras del proyecto: el Programa Mundial de Alimentos y la ONG Triangle.Óscar Corral
Apenas un 12% de los refugiados saharauis goza de una plena seguridad alimentaria, un 30% se levanta cada día sin saber si comerá y el 58% restante están en riesgo de caer a un lado u otro de la estadística. La encuesta más reciente al respecto, del Acnur y el PMA, muestra un deterioro del estado nutricional de la población femenina y los niños entre 2016 y 2019. Ese año, más de la mitad (52,2%) de mujeres en edad reproductiva y el 50% de los menores de cinco años padecían anemia. La tilapia es una fuente de proteína saludable para la población para complementar su maltrecha dieta.Óscar Corral
La canasta básica que recibe la población refugiada en los campamentos saharauis en Tinduf es rica en carbohidratos y pobre en proteína. A veces, comen carne de camello, beben leche de cabra y reciben dos huevos al mes. Pero el clima extremo para la cría de animales y la agricultura, así como la absoluta dependencia de la ayuda humanitaria para sobrevivir desde hace casi medio siglo, han puesto a prueba su salud.Óscar Corral
La primera gran cosecha desde la puesta en marcha del lugar se hizo en agosto: 1,4 toneladas de pescado que se ha estado repartiendo a razón de 50 kilos a la semana para el hospital nacional en la ciudad administrativa de Rabuni y 15 para cada uno de los cinco hospitales de menor tamaño en las 'wilayas' (asentamientos).Óscar Corral
Para Mayu, dirigir una piscifactoría es una ironía: “Yo soy saharaui y me pertenece una tierra rica en pescado. Y estoy aquí produciendo uno de quinta”. Pero lo hace, dice, para devolverle al pueblo saharaui lo que le ha dado, en tanto que él tuvo la oportunidad de marcharse a Cuba con 13 años hasta que acabó la universidad.Óscar Corral
Uno de los técnicos de la piscifactoría alimenta a los peces. Estos comen maíz, soja o harina de pescado. El equipo de biólogas fija el tipo y cantidad de comida que hay que darles en función de su peso y edad, para velar por su óptimo crecimiento.Óscar Corral
“Lo que el mundo nos hace, se lo hacemos a los peces… Son refugiados”, reflexiona Sidi mientras pasea entre los tanques. “Nosotros tenemos nuestro mar, pero aquí estamos. Mis abuelos ven estos ejemplares y dicen que son pequeños comparados con los que recuerdan que capturaban en el Atlántico”.Óscar Corral
"El pH es importante porque los propios excrementos de los peces tienen amoniaco y sube este indicador y se pueden ahogar", explica Sidi Ali. "Vigilamos a los peces a diario: la temperatura, el pH, la alimentación para su edad, la cantidad y el tipo… Hay una parte de microbiología: observamos cómo están, si no nadan bien, si tienen enfermedades. Y otra anatómica: cada 15 días tomamos una muestra y lo abrimos para ver si hay algo raro dentro. Con los alevines miramos en el microscopio si tienen alguna patología, hongos, parásitos, bacterias".Óscar Corral
De un contenedor de camión donado por la caravana de la paz de Cataluña, que sirve de almacén del alimento para los peces ―soja, maíz, harina de pescado― Ahmed Salem Abba y Addeluahab Mohamed Malimini, los técnicos de turno, extraen unos sacos para satisfacer el hambre de las tilapias. No conviene que se estresen: ellas son las últimas. De momento...Óscar Corral