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La berrea del ciervo en el Gorbea

Los ciervos se encuentran en celo y el instinto reproductivo de los machos les lleva a emitir unos sonidos guturales característicos, conocidos como la berrea, con la intención de atraer a las hembras. EL PAÍS acompaña al fotógrafo Mikel Arrazola por el Parque Natural del Gorbea para captar a estos animales en su máximo esplendor

Durante la berrea, los accesos al parque están restringidos y es necesario contar con la autorización expresa de los gestores del área natural, cuya competencia depende del Departamento de Medio Ambiente y Urbanismo de la Diputación alavesa.L. RICO
Una caminata de unos 30 minutos por una zona de hayedos. Durante el trayecto, el fotógrafo Mikel Arrazola carga con todo el equipo, que supera los 25 kilos de peso.L. RICO
A unos 1.100 metros de altitud, hay que elegir el lugar idóneo para observar y fotografiar a los ciervos en celo.L. RICO
El fotógrafo monta el hide, la tienda de camuflaje, que le permite permanecer oculto a los ojos de los ciervos.L. RICO
Vista a través de una de las troneras del hide, durante la larga espera. El bramido desgarrado del ciervo anuncia su presencia en las inmediaciones.L. RICO
El rostro de Mikel Arrazola, reflejado en la pantalla apagada de la cámara, denota la paciencia y perseverancia que debe atesorar un buen fotógrafo de naturaleza.L. RICO
Por fin llega el momento deseado de observar el paso de un ciervo macho a través del teleobjetivo de 500mm.L. RICO
El fotógrafo comprueba en la pantalla de la cámara las fotografías obtenidas tras una larga pero fructífera espera.L. RICO
Un ejemplar de ciervo lanza un bramido. Así lo ha captado el fotógrafo.MIKEL ARRAZOLA